Sábado 1 de marzo de 2003
 

Un hombre orquesta en la aplanadora del rock

 

La semana pasada, pocas horas antes de incendiar el Parque Central de Neuquén con Divididos, el bajista accedió a una charla telefónica con "Río Negro". Lejos de creerse una estrella, distendido y de muy buen humor, Diego Arnedo explicó qué música le "rompe la cabeza" y dio una precisa idea de lo que haría con buena parte de la dirigencia política. ¡Llegando los monos!

  Cuenta la leyenda que una extraña noche de 1999, en medio de la absurda histeria de "fin de milenio", Diego Arnedo soñó, afiebrado, que aparecía en el famoso "túnel-con-la-luz-al-final-que-indica-que-uno-se-está-por-morir". Aturdido por la increíble sensación, tardó en descubrir que la repetitiva melodía de fondo no era el "Ave María" sino el cadencioso "Reggae de paz y amor" de Sumo.
Sin embargo, no alcanzó a llegar a la luz del final: de una sucia alcantarilla aparecieron, cada uno ginebra en mano, Luca y su amigo Jim Morrison, borrachos como de costumbre.
Luca, en su inconfundible cocoliche idiomático, le dijo a Diego: "No, man. Vos no te podés morir todavía. No good". A lo que Jim agregó (en inglés): "Tenés que volver, man. A encender el fuego de tu gente". O algo parecido.
Y le volvió el alma al cuerpo.
Lo cierto (más allá de la veracidad del relato que, aclaramos, no forma parte del nuevo libro de Víctor Sueiro) es que Diego Arnedo logró vencer una pancreatitis que lo tuvo más cerca del arpa que del bajo. Tras la recuperación, atentamente supervisada por su médico, viajó a Inglaterra con Ricardo Mollo y Jorge Araujo a grabar el siguiente disco de Divididos. Inevitablemente, los fantasmas volvieron a aparecer en Abbey Road, pero esta vez fueron las melodías ocultas de los "fab four", que se colaron en canciones exquisitas como "Spaghetti del rock". El resultado fue "Narigón del siglo...", para muchos, la obra maestra del "power" trío. Luego llegaría el disco con el chacinado en la portada. Más que del placard de otro, la aplanadora parece venir de otra dimensión, y aunque una parte de la crítica lo recibió fríamente, muestra a los paisanos de Hurlingham en plena madurez artística, sin perder un ápice de su furiosa potencia.
Hoy, definitivamente a salvo de la pancreatitis, Arnedo sigue siendo esa persona simple, despojada de toda pose de "rock star", que en las giras no se despega de su mujer. Se sabe que no es hombre de hablar demasiado, al menos en los reportajes. A través de una larga charla telefónica, el ilustre bajista de MAM, Sumo y Divididos contó el presente de la banda y deslizó agudos comentarios sobre la situación del país.
Con ustedes Diego Arnedo, el hombre orquesta de la aplanadora del rock.
-¿Cómo andás, Diego?
- Estamos a punto de empezar un ensayo, preparando la salida para Neuquén.
-Hay mucha expectativa por verlos... ¿qué actividad vienen desarrollando en los últimos meses?
-Hace unos días tocamos en Cosquín Rock, que ya se convirtió en un clásico, en el festival más importante del país. La verdad es que estuvo muy bien organizado, no hubo problemas y está bueno que una vez por año el público pueda ver muchas bandas juntas, esta vez fueron cuatro días. El empresario que organiza va duplicando cada vez: empezó con dos, siguió con cuatro ¡no sea cosa que el año que viene haga ocho noches! (risas).
-Claro, y va a aparecer Julio Maharbiz diciendo: "¡Aquí Cosquín!"
- Sí, realmente es un éxito para lo que son las producciones locales, que hace que la gente pueda ver muchos artistas por un buen precio. Está bueno tocar en festivales, siempre y cuando estén bien organizados. Hay mucho respeto entre las bandas.
-A propósito, ¿es real el grado de camaradería que hay entre las bandas, o es algo para la gente y en los camarines se matan?
-Bueno, con el tiempo te vas conociendo con gente que te cruzás en los pasillos, en los camarines. Y se va generando una notable cordialidad con las bandas. Con algunos más que con otros, pero en general con los músicos que conocemos tenemos muy buen trato.
-Hablemos un poco del último disco. A unos meses de haber sido editado, ¿cómo lo ves con cierta distancia?
-El disco está fresco, ahí. Hoy justamente estuvimos en la discográfica para darle un poquito de continuidad, para ver si después de "Cajita musical", que fue el primer corte, hacemos el segundo video, que sería del tema "Pepe Lui". Fuimos a hablar con los responsables del sello porque nos parece que el CD tiene para desarrollar, que está cargado de buenas canciones y, a pesar de la crisis que tuvimos con la discográfica, hay que darle continuidad.
-Había escuchado que no andaban bien las relaciones con BMG y que pensaban cambiar de sello...
-Sí, terminamos el contrato con el sello con este último disco. Las cosas no terminaron muy bien, hubo un cambio en la dirección de la discográfica y estamos tratando de replantear un poco la difusión del último álbum, lo que faltaría empujar, ¿no? Darle más apoyo y ver qué tipo de relación a corto plazo se vuelve a gestar y qué decisión tomamos.
-Es decir que podrían renovar el contrato...
-Depende de varias instancias, habrá que ver.
-¿Qué música estás escuchando últimamente?
-Mirá, vengo de San Luis y lo último que escuché... (piensa) ¿sabés qué escuché, que me quedé así, "explotado de la cabeza"? Fue "El lado oscuro de la Luna"... mirá vos, eso fue lo último que escuché, el discazo de Pink Floyd, que en un momento dice "señores, qué mundo éste". Cosas que son para siempre.
-¿No te interesan demasiado las novedades, lo que se está haciendo últimamente?
-Mirá, en este último tiempo escucho pocas novedades. Voy a tener en cuenta lo que me decís, así me pongo a escuchar un poco a ver qué me parece. Pero soy más bien de darle a los clásicos, cada vez se me va diluyendo más: en los setenta escuchaba mucho, en los ochenta un poco, en los noventa menos y ya en el 2000 nada. Y si vuelvo a escuchar, prefiero las cosas del setenta, los clásicos me rompen la cabeza.

Acariciando lo áspero

Diciembre del 2001 fue el mes que vivimos en peligro. Durante aquellos días de sangre y furia, Divididos se encontraba en plena grabación de "Vengo del placard de otro". Y se nota. Las siempre crípticas letras de Mollo contienen certeras alusiones a la Argentina pos-delarruísta, y el concepto general del arte del disco no le va en zaga.
-En "Vengo del placard..." hay un cover de Pescado Rabioso ("Despiértate nena") y varias referencias al flaco Spinetta, sobre todo en temas como "Pepe Lui", que tiene reminiscencias setentistas...
-Pepe Lui es un amigo mío que falleció en el 2000. La letra hace referencia a Pescado Rabioso. Desde ya que hay una digna admiración por Luis Alberto, por toda su obra y por lo que realmente hizo y hace dentro del rock argentino, por su alta creatividad ¿no? Entonces, retomar una canción hecha en aquellos años es como acercarse un poco a lo legítimo de lo que fue el rock de los setenta y refrescar el disco con esa versión.
-Se nota en las letras del disco la situación de caos que se vivió a partir del 20 de diciembre, incluso desde el arte de tapa.
-Sí, una situación comprometida con la crisis social. También está esa foto mía, con los chicos (se ríe). (Nota: el booklet del CD contiene una fotografía en la que Arnedo está tendido en una camilla, en un hospital, rodeado por Mollo, Araujo y una bolsita con suero). Eso fue cuando tuve un problema en la calle, que tiene relación con las morcillas de la tapa, que es como una metáfora sanguinolienta de lo que fue el país en ese momento. Es como el moretón de una sociedad en crisis.
-¿La fotografía es real?
-Sí, porque justo en ese momento estaba una fotógrafa amiga, Nora Lezano, y yo le dije en chiste que aprovechara para hacer "la foto de su vida". La sacó y después, al momento de hacer el arte del CD, por supuesto que me consultaron, hubo todo un debate, y yo entendí que eso tenía que ver con el dolor de lo que había pasado en el país. ¿Qué ocurrió ese día? Nada, me afanaron en la calle y me pegaron un fierro en la cabeza... (risas). Quedé tirado en la vereda, me llevaron al hospital y mi mujer fue a buscar a los chicos que estaban en un bar, también estaba la fotógrafa y otros amigos y salió la foto. Una policial. Eso pasó el 2 de abril del 2001, fue un poco antes del quilombo, fue un preanuncio de lo que se venía. La idea fue representar un poco la violencia y la agresividad de una sociedad en crisis.
-¿Cómo ves el tema de la inseguridad en Buenos Aires?
-Bueno... el tema de la inseguridad tiene que ver con cosas que se han desatendido y no es de ahora. Acá se vive con el miedo normal de la situación de una sociedad que está desequilibrada ¿entendés? Más allá de un hecho u otro, el tema es que la sociedad se puso en un estado de alerta que quizás sea también el resultado de una especulación, esto de generar miedo es un resultado para saber qué ofrecer, vos me entendés ¿no?
-¿Qué expectativas tenés para las próximas elecciones? ¿Creés que puede llegar a cambiar algo o va a ser más de lo mismo?
-Yo no creo que una elección en particular pueda llegar a cambiar lo que es el sistema en sí ¿no?, que viene con una carga negativa de hace mucho tiempo, con una corrupción y una falta de consideración tremenda de la dirigencia política frente al pueblo. Yo no veo ninguna postura que evidencie que pueda llegar a cambiar esto, a mí me parece que, realmente, hay que pegarle una patada en el orto a más de un político que hacen que las cosas estén mal. La situación no está fácil, la gente está mal, muy preocupada, lo que logró todo esto fue que nos enfrentáramos unos contra otros. Es un enfrentamiento entre argentinos.
-Frente a ese cuadro ¿qué se puede hacer?
-Darle para adelante. Nosotros somos músicos, venimos trabajando hace tiempo, éste es nuestro país, lo queremos mucho y vamos a seguir adelante en este país que es un quilombo. Y no bajar los brazos y seguir haciendo lo que nos gusta, que es hacer música.
-¿Qué opinás de un eventual ataque contra Irak, que desencadenaría una nueva guerra?
-Ya te dije: hay gente a la que hay que pegarle una patada en el orto y que salga despedida del planeta, ésa es la imagen que me genera. A Bush le pegaría una patada en el culo para que se clavara de cabeza en Saturno... aunque ¡pobre la gente de Saturno!.

Horacio Pauletich
horipauletich@yahoo.com.ar
   
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