Miércoles 26 de febrero de 2003

 

Un desalojo terminó entre gritos, piedras y represión

 

Más de 50 detenidos y 14 heridos cuando quisieron evitar que evacuaran un edificio usurpado en Buenos Aires.

 
La policía irrumpió durante la mañana en el ex Patronato de la Infancia y se desató la violencia, que no cesó hasta la tarde.
BUENOS AIRES (DyN).- Más de 50 detenidos y 14 heridos leves fue el resultado del violento desalojo del edificio del ex Patronato de la Infancia (PADELAI), que derivó en una serie de enfrentamientos entre policías, piqueteros y ocupantes del inmueble, que tuvieron como escenario una amplia zona del barrio de San Telmo.
Los incidentes comenzaron ayer al mediodía cuando el Gobierno de la Ciudad decidió completar el desalojo de unas 40 familias que permanecían ocupando el inmueble -ubicado entre las calles Balcarce, Humberto Primo, y San Juan- en cumplimiento de un fallo del juez Hugo Zuleta, quien dispuso desocupar el edificio "en resguardo de la integridad de sus ocupantes", ante el riesgo de derrumbes y desmoronamientos consignado en forma coincidente por tres informes técnicos.
El operativo, del que participaron más de 200 policías, personal del SAME, de la Guardia de Auxilio, de la Secretaría de Desarrollo Social y de la Escribanía General de Gobierno, comenzó a primera hora de la mañana, e incluyó el cierre preventivo, con vallas y cordones policiales, de nueve manzanas, entre ellas la neurálgica esquina de Paseo Colón y San Juan, y la restricción del ingreso y la circulación de vecinos y periodistas.
Según dijo la secretaria de Desarrollo Social, Gabriela González Gass, el desalojo se desarrolló "en menos de 45 minutos", cuando, agotadas las negociaciones con los ocupantes para que aceptaran los subsidios y créditos ofrecidos por el Gobierno, se dispuso, sobre el mediodía, el ingreso de la policía.
En diálogo telefónico con DyN desde el interior del edificio, González Gass aseguró que, junto con unas 40 personas dependientes de su Secretaría, siguió el procedimiento desde temprano y dijo que, cerca del mediodía, cuando la policía ordenó a la Guardia de Auxilio que cortara el candado de ingreso al edificio, un grupo de ocupantes resistió el desalojo, por lo que los efectivos ingresaron por la fuerza, arrojaron gases lacrimógenos y redujeron a los moradores que opusieron resistencia.
La funcionaria aseguró que el desalojo se dispuso con el objetivo de preservar "la integridad física de los moradores", hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo sobre la propiedad del inmueble, ya que algunos de los ocupantes reivindican derechos sobre el edificio, a partir de una escritura y un convenio firmado con la administración de Carlos Grosso, en 1991.
"Nos empezaron a tirar gases, están pegando, rompiendo las piezas", gimió una mujer con su hijo en brazos y acusó a la policía de haber interrumpido con violencia en las precarias viviendas instaladas en el edificio.
Como consecuencia de la represión policial en el interior del inmueble, algunos moradores comenzaron a reagruparse en las esquinas de Humberto Primo y Paseo Colón y San Juan y Paseo Colón, donde recibieron el apoyo de piqueteros, asambleas barriales y partidos de izquierda. Fue allí que, un primer intento por cortar la avenida Paseo Colón a la altura de San Juan derivó en un enfrentamiento con la Guardia de Infantería y obligó a la intervención de los bomberos que sofocaron el fuego de dos cubiertas incendiadas por los manifestantes.
Los enfrentamientos dejaron más de una decena de heridos, en su mayoría por balas de goma, golpes y efectos de los gases lacrimógenos, y unos 70 detenidos, imputados de "resistencia a la autoridad y daños".
Después, las refriegas se generalizaron y se trasladaron a la comisaría 14 -a donde fueron trasladados los detenidos- ubicada en Garay y Bolívar, a unas seis cuadras del Padelai; Paseo Colón, entre San Juan e Independencia, la Facultad de Ingeniería, la calle Bolívar y las inmediaciones del Parque Lezama.
Como consecuencia de los enfrentamientos, el SAME prestó 45 asistencias en la vía pública y trasladó a 13 personas, aunque todas con heridas leves, según informaron en la Secretaría de Salud de la Ciudad.
En tanto, el comisario inspector Jorge Capeci -jefe de todo el operativo de las comisarías de la zona- recibió una pedrada en la cara por lo que fue asistido en el Hospital Churruca y luego dado de alta.
En paralelo, mientras se sucedían las corridas por las calles de San Telmo, los ocupantes del edificio fueron desalojados y sus pertenencias retiradas en camiones y trasladadas a depósitos municipales.
En tanto, operarios de la Ciudad procedían a la demolición de los puntos considerados críticos -según coincidentes informes técnicos de la cátedra de Construcción de la Universidad de Buenos Aires, bomberos de la Policía Federal y la Dirección General de Guardia de Auxilio- la remoción del piso, el vallado que rodea la esquina de Humberto Primo y Balcarce, el levantamiento de tapias y el apuntalamiento interno.

Muchos habían recibido subsidios para mudarse

La secretaria de Promoción Social del gobierno porteño, Graciela González Gass, anunció ayer que cerca del 40 por ciento de las familias habitantes del ex Patronato de la Infancia (PADELAI) recibieron créditos y subsidios extraordinarios para hacerse otra vivienda. La funcionaria aclaró que, "según la composición del grupo familiar, los créditos a tasa cero y cuota fija alcanzaron montos de 30.000 a 32.000 pesos".
El gobierno porteño entregó "subsidios extraordinarios que llegaron a los 16.000 pesos" para los que tenían mayores dificultades para hacerse de una vivienda y no quedaran en la calle tras el desalojo, añadió la funcionaria.
González Gass dijo que en el edificio, de más de 100 años de antigüedad, vivían "187 familias censadas, de las que el 40 por ciento tomó los créditos y las líneas siguen abiertas para quienes quieran reclamarlos". Para los que no tenían posibilidades de resolver pronto el problema habitacional se otorgó otro subsidio de hasta 1.800 pesos, para alquilar una habitación en un hotel familiar "por varios meses", explicó luego.
González Gass, quien afirmó haber estado en el lugar "varias veces antes del desalojo", dijo que el edificio fue desalojado por haber sido considerado como "inhabitable y riesgoso para la vida humana".
El proyecto a aplicar en el predio, dijo la funcionaria, era "demoler el edificio", con la finalidad de "evitar que haya riesgo para las personas y que no vuelva a ser ocupado".
El destino posterior del predio será resuelto por las secretarías de Planeamiento Urbano y Cultura, junto a la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires. (Télam)

   
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