Domingo 16 de febrero de 2003
 

Gira, crimen y final de la colonia norteamericana

 

La presión de los pobladores contra la nueva colonia obligó al gobernador del Chubut a reclamar ante el gobierno central.
El asesinato que poco después cometió el norteamericano Charles Williams ayudó a sepultar el plan colonizador.

 
Una familia norteamericana en un alto en el viaje por la Patagonia hacia la cordillera.
Una gira gubernamental en la Patagonia era, en 1904, una aventura de a caballo, tramos en carruaje y noches de vigilia a la intemperie. La que emprendió por su territorio el gobernador el Chubut Julio B. Lezana arrancó el 21 de enero de ese año 4, y su primera etapa fue dedicada al sur de sus dominios. Luego siguió hacia la cordillera. Los principales acompañantes fueron el Jefe de Policía Julio Fougere y el salesiano padre Mignone. Cuatro días después se produjo una discrepancia entre el gobernador y Fougere, porque Lezana quería mantener al comisario Miranda de la Colonia Sarmiento, conocido por sus abusos.
La gira continuó y el 11 de febrero marchaban camino de Ñorquinco a la vez que en Buenos Aires La Nación publicaba un telegrama de Rawson sobre la fuerte impresión que causaron las críticas periodísticas respecto de la situación del territorio "debido a la falta de tino del gobernador Lezana" y el éxodo de pobladores.

Maquillaje sin colonia

El 13 de febrero a las 11 de la mañana llegó el gobernador y comitiva a Ñorquinco. Doscientos pobladores y algunas autoridades locales mezclaron "aclamaciones y vítores", según telegrafió el corresponsal de La Nación. La crónica señalaba que el gobernador permanecería allí algunos días "para recorrer los alrededores y conocer el Bolsón de Cholila (sic). Se muestra muy satisfecho por no haber recibido en lo que va del recorrido, ninguna queja contra sus subalternos". Pero debió escuchar la primera demanda de varios vecinos que le solicitaron "interponga su valiosa influencia ante el supremo gobierno para que éste respete los derechos de los antiguos pobladores, o que sean preferidos a los que ahora vienen a poblar". Era el tema de la colonia norteamericana que La Prensa del mismo día aludió pero sin eufemismos, a pesar de defender la instalación de esos vaqueros. Señaló que los antiguos pobladores pidieron que "no se conceda a los colonos norteamericanos la concesión pedida de cincuenta leguas de tierra". Argumentaron que si eso era posible, también lo era venderles tierras a quienes la poseen desde hace muchos años y han adquirido lógico derecho de preferencia.
El clamor de los pobladores continuó y un día después La Prensa, que antes había dedicado editoriales a favor de una colonia norteamericana en la Patagonia que propiciaba el vicecónsul norteamericano George H. Newbery, cambió de postura al mismo tiempo que lo hizo el gobernador. Consultado en Ñorquinco el 14 de febrero (y publicado el 15), eligió la cautela. Lezana prefirió sugerir que "antes de autorizarse la creación de la colonia norteamericana y determinar su asiento, un empleado de la división de Tierras y colonias inspeccione el Territorio y vea las cosas de cerca, pues hay mucho espacio donde puede fundarse la colonia... sin que haya necesidad para ello de cometer una injusticia con los de casa". El mismo día La Nación incluyó dos telegramas que el gobernador Lezana despachó desde Ñorquinco. Uno para el presidente Roca y el otro para el Ministro del Interior Joaquín V. González. En el primero señaló que los vecinos de Ñorquinco, Bolsón, Cushamen y Cholila, reunidos frente a él, le pidieron creara juzgados de paz en las poblaciones señaladas y en los establecimientos de la Cía de Tierras (de los ingleses, que esa semana le vendieron 4.000 capones al frigorífico de Bahía Blanca). El telegrama puntualizaba que la comarca en cuestión tenía un radio de 40 leguas de la "zona más poblada, más rica y de más porvenir de la cordillera".
Junto a Lezana estaba con el fiel comisario de Ñorquinco, Severiano Britos, que "todos desean que ocupe" el cargo de juez de paz y así lo propuso en el telegrama. El dirigido al Ministro del Interior, aludió a las poblaciones, la riqueza y futuro regional, sirvió para remarcar la antigüedad de asentamiento de agricultores y hacendados del lugar, "alarmados con las gestiones que hacen algunos norteamericanos para que se les conceda las tierras...", a la vez que propuso el envío de un empleado de Tierras (oficina de Agricultura) y advirtió no "cometer una injusticia con los de casa". La Nación volvió sobre el tema el 19 de febrero (Lezana acababa de visitar la escuela de Cushamen) y reiteró la presentación de lo pobladores al ministro, dando como ya adjudicada la concesión por el Ministerio de Agricultura a una empresa norteamericana y que "se espera la venida del ministro Escalante, que veranea en Mar del Plata, para tratar el asunto en forma equitativa".

El desquite, sin oro

Ni Ñorquinco ni Nahuel Huapi pertenecen, claro, al Chubut. Sin embargo Lezana, su comitiva y los vecinos Severiano Britos, Herman Krausse, Julián Vicente, Carlos Foresti y Agustín Pujol, marcharon el 18 de febrero rumbo al lago. El 21 navegaron en El Cóndor y visitaron Bariloche, Blest y el comercio de Jones. El 24, desde la estancia Maquinchao, el gerente de la estancias inglesas Francisco Preston mandó un galopante chasqui hasta Pilcañú (sic) con un telegrama dirigido al administrador Carlos Hacket con sede en Leleque para que "busque un poco de vino en lo de Pujol, también una botella de whisky" seguramente para agasajar el paso del gobernador y prometiendo llevar "algunas cosas más" (un bote hasta el laguito cerca de Cholila para paseo de las visitas).
El 29 de febrero -año bisiesto- Ñorquinco fue una fiesta: asadores bien clavados y bebida abundante en el banquete de despedida al gobernador que salió al día siguiente para El Bolsón y Cholila. La gira entró en una etapa memorable.
La tradición oral sostiene que Charles Williams, el pendenciero buscador de oro norteamericano, fue amenazado por el comerciante Pujol a través de su empleado y Williams prometió vaciarle un ojo de un balazo. El 21 de abril de 1904 Williams bajó desde los arroyos auríferos hasta el comercio de Pujol, cuando el barullo de la gira del gobernador se había acallado. Allí solía pagar sus tragos con el oro pepeado, pero venía de tener pocos resultados. Necesitaba provisiones y alcohol, para compensar la mala suerte. Iba por el desquite.
Lo que sucedió esa jornada lo contaron muchos días después los diarios capitalinos. "Fue asesinado en esta localidad (por Ñorquinco) el empleado del señor Pujol, Guillermo Brinch (sic) por Charles Williams, minero norteamericano. El comisario Britos remitió al criminal a Rawson. El vecindario está consternado, pues todos los años, desde 1902 se producen hechos de sangre". La colonia norteamericana propuesta, también estaba herida de muerte.
El juicio criminal se ventiló en Rawson, Chubut.

Una gira gubernamental en la Patagonia era, en 1904, una aventura de a caballo, tramos en carruaje y noches de vigilia a la intemperie. La que emprendió por su territorio el gobernador el Chubut Julio B. Lezana arrancó el 21 de enero de ese año 4, y su primera etapa fue dedicada al sur de sus dominios. Luego siguió hacia la cordillera. Los principales acompañantes fueron el Jefe de Policía Julio Fougere y el salesiano padre Mignone. Cuatro días después se produjo una discrepancia entre el gobernador y Fougere, porque Lezana quería mantener al comisario Miranda de la Colonia Sarmiento, conocido por sus abusos.
La gira continuó y el 11 de febrero marchaban camino de Ñorquinco a la vez que en Buenos Aires La Nación publicaba un telegrama de Rawson sobre la fuerte impresión que causaron las críticas periodísticas respecto de la situación del territorio "debido a la falta de tino del gobernador Lezana" y el éxodo de pobladores.

Maquillaje sin colonia

El 13 de febrero a las 11 de la mañana llegó el gobernador y comitiva a Ñorquinco. Doscientos pobladores y algunas autoridades locales mezclaron "aclamaciones y vítores", según telegrafió el corresponsal de La Nación. La crónica señalaba que el gobernador permanecería allí algunos días "para recorrer los alrededores y conocer el Bolsón de Cholila (sic). Se muestra muy satisfecho por no haber recibido en lo que va del recorrido, ninguna queja contra sus subalternos". Pero debió escuchar la primera demanda de varios vecinos que le solicitaron "interponga su valiosa influencia ante el supremo gobierno para que éste respete los derechos de los antiguos pobladores, o que sean preferidos a los que ahora vienen a poblar". Era el tema de la colonia norteamericana que La Prensa del mismo día aludió pero sin eufemismos, a pesar de defender la instalación de esos vaqueros. Señaló que los antiguos pobladores pidieron que "no se conceda a los colonos norteamericanos la concesión pedida de cincuenta leguas de tierra". Argumentaron que si eso era posible, también lo era venderles tierras a quienes la poseen desde hace muchos años y han adquirido lógico derecho de preferencia.
El clamor de los pobladores continuó y un día después La Prensa, que antes había dedicado editoriales a favor de una colonia norteamericana en la Patagonia que propiciaba el vicecónsul norteamericano George H. Newbery, cambió de postura al mismo tiempo que lo hizo el gobernador. Consultado en Ñorquinco el 14 de febrero (y publicado el 15), eligió la cautela. Lezana prefirió sugerir que "antes de autorizarse la creación de la colonia norteamericana y determinar su asiento, un empleado de la división de Tierras y colonias inspeccione el Territorio y vea las cosas de cerca, pues hay mucho espacio donde puede fundarse la colonia... sin que haya necesidad para ello de cometer una injusticia con los de casa". El mismo día La Nación incluyó dos telegramas que el gobernador Lezana despachó desde Ñorquinco. Uno para el presidente Roca y el otro para el Ministro del Interior Joaquín V. González. En el primero señaló que los vecinos de Ñorquinco, Bolsón, Cushamen y Cholila, reunidos frente a él, le pidieron creara juzgados de paz en las poblaciones señaladas y en los establecimientos de la Cía de Tierras (de los ingleses, que esa semana le vendieron 4.000 capones al frigorífico de Bahía Blanca). El telegrama puntualizaba que la comarca en cuestión tenía un radio de 40 leguas de la "zona más poblada, más rica y de más porvenir de la cordillera".
Junto a Lezana estaba con el fiel comisario de Ñorquinco, Severiano Britos, que "todos desean que ocupe" el cargo de juez de paz y así lo propuso en el telegrama. El dirigido al Ministro del Interior, aludió a las poblaciones, la riqueza y futuro regional, sirvió para remarcar la antigüedad de asentamiento de agricultores y hacendados del lugar, "alarmados con las gestiones que hacen algunos norteamericanos para que se les conceda las tierras...", a la vez que propuso el envío de un empleado de Tierras (oficina de Agricultura) y advirtió no "cometer una injusticia con los de casa". La Nación volvió sobre el tema el 19 de febrero (Lezana acababa de visitar la escuela de Cushamen) y reiteró la presentación de lo pobladores al ministro, dando como ya adjudicada la concesión por el Ministerio de Agricultura a una empresa norteamericana y que "se espera la venida del ministro Escalante, que veranea en Mar del Plata, para tratar el asunto en forma equitativa".

El desquite, sin oro

Ni Ñorquinco ni Nahuel Huapi pertenecen, claro, al Chubut. Sin embargo Lezana, su comitiva y los vecinos Severiano Britos, Herman Krausse, Julián Vicente, Carlos Foresti y Agustín Pujol, marcharon el 18 de febrero rumbo al lago. El 21 navegaron en El Cóndor y visitaron Bariloche, Blest y el comercio de Jones. El 24, desde la estancia Maquinchao, el gerente de la estancias inglesas Francisco Preston mandó un galopante chasqui hasta Pilcañú (sic) con un telegrama dirigido al administrador Carlos Hacket con sede en Leleque para que "busque un poco de vino en lo de Pujol, también una botella de whisky" seguramente para agasajar el paso del gobernador y prometiendo llevar "algunas cosas más" (un bote hasta el laguito cerca de Cholila para paseo de las visitas).
El 29 de febrero -año bisiesto- Ñorquinco fue una fiesta: asadores bien clavados y bebida abundante en el banquete de despedida al gobernador que salió al día siguiente para El Bolsón y Cholila. La gira entró en una etapa memorable.
La tradición oral sostiene que Charles Williams, el pendenciero buscador de oro norteamericano, fue amenazado por el comerciante Pujol a través de su empleado y Williams prometió vaciarle un ojo de un balazo. El 21 de abril de 1904 Williams bajó desde los arroyos auríferos hasta el comercio de Pujol, cuando el barullo de la gira del gobernador se había acallado. Allí solía pagar sus tragos con el oro pepeado, pero venía de tener pocos resultados. Necesitaba provisiones y alcohol, para compensar la mala suerte. Iba por el desquite.
Lo que sucedió esa jornada lo contaron muchos días después los diarios capitalinos. "Fue asesinado en esta localidad (por Ñorquinco) el empleado del señor Pujol, Guillermo Brinch (sic) por Charles Williams, minero norteamericano. El comisario Britos remitió al criminal a Rawson. El vecindario está consternado, pues todos los años, desde 1902 se producen hechos de sangre". La colonia norteamericana propuesta, también estaba herida de muerte.
El juicio criminal se ventiló en Rawson, Chubut.

Curiosidades

La captura en el Chubut del bandolero Asencio Brunel en febrero de 1905 produjo revuelo y los matutinos de Buenos Aires hicieron mérito de la acción del comisario Eduardo Humphreys (era corresponsal espontáneo de uno de ellos). El policía, que iba a ser exonerado por su indolencia, no tuvo mérito en el apresamiento de Brunel.
* El vespertino El Diario del 18 de febrero de ese 1905 se hizo eco de otro corresponsal espontáneo que corrigió aquellos datos. "Un poblador de la cordillera nos escribe desde el Chubut -apuntó el vespertino- extrañando la forma como se ha hecho pública la prisión del bandido Asencio Bonnell (por Brunel), versión que atribuía rasgos de heroísmo a la policía de 16 de Octubre. Nos dicen que ella es falsa, como también que haya participado con la debida energía y solicitud el comisario señor Eduardo Humphreys". El bandido había pasado "a poca distancia del puesto de nuestro informante, acusando este hecho la desaparición de haciendas y caballos. Avisada la policía de su presencia -decía el remitente- no dio señales de actividad...". El poblador hizo su pesquisa dando con el refugio del "bandolero de los bosques".
* El colaborador epistolar del Chubut agrió su comentario denunciando que el comisario Humphreys envió a su hermano acompañado de algunos milicos que se hospedaron en el puesto del poblador. Pero como las carneadas y robos no se podía disimular, emprendieron la persecución del malhechor, y pronto lo dejaron tranquilo. Fueron los vecinos sin compañía de autoridad alguna quienes formaron la partida. El denunciante mandó a su peón "Fortunato Cruz, que junto con Candelario Vargas y Manuel Jara, apresaron al bandido... La única intervención del comisario fue cuando le fue llevado el aprendido, a quien le dijo ¿Cómo te va Asencio? Y este le contestó: ¿Cómo te va, che Eduardo?".
* El Candelario Vargas, mencionado precedentemente, era hermano de Pío Quinto Vargas, pendenciero del Corcovado.
* El 21 de febrero de 1880 el Tribuna publicó la dramática carta del perito Moreno a Lucio V. López. "Tolderías de Shayhueque, río Caelufú, enero 31 de 1880. Mi querido Lucio: compare mis cartas de Cashtne y Teck"a con estas líneas. Estoy preso y lo fui al pie del Monte López en Nahuel Huapi: Lea mi carta al viejo, mi padre. Qué hermoso día fue ese en que me permití honrar su apellido en la persona de su abuelo, el autor del himno inmortal que me dará siempre ánimo. No estoy afligido y espero verme libre pronto. Trabajé por ello. No crean que me encuentro en serio peligro. Escriba a Miguel Cané y hágale presente esto. Mis afectos a su padre. Y un abrazo de su amigo F.P. Moreno. Jefe de la Comisión Exploradora de los Territorios Australes".

(Continuará)

fnjuarez@interlink.com.ar

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación