Viernes 7 de febrero de 2003 | |||
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Totalmente cuerdos, del "Atlantis" al río Colorado |
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Alfredo Barragán, el mismo que unió Africa con América sobre una balsa, llegó al río Colorado para repetir la travesía realizada 30 años atrás, cuando recorrieron de principio a fin el curso de agua norpatagónico. Lo acompaña "El Vasco" Iriberri, quien también cruzó el océano en los "80. Asegura que no está loco, porque antes de salir estudia muy bien lo que hará. |
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Barragán es el líder natural de este grupo de eximios exploradores y el pasado jueves llegó a esta ciudad junto a su fiel compañero, Jorge "El Vasco" Iriberri, para recorrer en kayaks la última parte del río Colorado, rememorando la travesía realizada treinta años atrás cuando lo navegaron en forma completa desde su nacimiento hasta su desembocadura. En las últimas tres décadas Barragán y su grupo concretó quince expediciones importantes con espíritu amateur y deportivo, escalando montañas, cruzando la cordillera en globo o atravesando el mar Caribe a remo, entre otros. Sin dudas que "Atlantis" fue una proeza memorable que les otorgó prestigio y reconocimiento a nivel internacional. "Hemos vuelto al Colorado por una cuestión de afecto, nostalgia, de dar gracias. Estamos en el mismo campamento y con mi compañero "El vasco" al igual que en el "73 y mañana (sábado) a las 11 de la mañana, puntuales como treinta años atrás, estaremos llegando a Pedro Luro". Este locuaz abogado de Dolores (Bs.As.) no es un "loquito aventurero" sino una persona que proyecta, analiza y estudia cada paso durante años, con estricta disciplina para que no surjan inconvenientes en cada exploración y todo salga bien. Siempre amante de la naturaleza, mientras era estudiante universitario supo que el río Colorado nunca había sido navegado en forma completa. La idea tomó cuerpo y junto a Iriberri, Rubén Tablares y José Luis Godoy (también estudiantes) proyectaron el desafío. "Nos largamos al agua el 16 de enero del "73 en la Cordillera de los Andes, donde se junta el río Grande y el Barrancas en el límite de Mendoza y Neuquén. Navegamos en dos gomones a remo con 150 kilos de equipo, con todo previsto porque íbamos a hacer el primer recorrido y tomamos precauciones. Es un río muy rápido y muy bonito. Nace a 1.025 metros. de altura y pierde esa altura en 500 metros de extensión. Nos golpeamos mucho y golpeamos mucho los botes, pusimos parches enormes. Por momentos escuchábamos un murmullo río abajo y no sabíamos qué nos esperaba", relató. Agregó que la segunda etapa era desde 25 de Mayo hasta Río Colorado. "Acá un vecino de apellido Severini nos esperaba con provisiones. Acampamos en este mismo camping y nos visitó una delegación del club Independiente, gente muy solidaria y muy buena. Ahí fue la primera vez que firmé un autógrafo", dijo. La última parte del río fue más tranquila y llegaron a Pedro Luro el 11 de febrero a las 11 de la mañana donde se encontraron con un mundo de gente, prensa, autoridades, familiares y amigos. "Habíamos concretado una expedición de aquellas que leía y soñaba de chico. Y en los treinta años siguientes lo que hice fue multiplicar la apuesta", indicó. Navegó en canoa abierta por el Atlántico en una prueba de supervivencia, subió cinco veces al Aconcagua, cruzó el mar Caribe a remos, escaló el Kilimanjaro (Africa), corrió la regata internacional por los 500 años del descubrimiento de América y cruzó la Cordillera de los Andes en globo, entre otros. El próximo desafío es transformarse en el primeros argentino en subir al monte Vinson, la montaña más alta de la Antártida. Desde hace tres años está preparando la expedición al pico ubicado en el paralelo 80 y a 2.300 kilómetros al sur de la base Marambio. "Se rieron de mí y tuve la excusa" "Yo estaba convencido de que el africano había llegado a América por el Atlántico y no por el estrecho de Bering. Viajé a México en el "80 a exponer mi teoría y dijeron que estaba loco, que era un chiquilín atrevido, porque no era antropólogo, ni historiador ni científico. Se mataron de risa y me dieron la excusa que necesitaba", recordó Barragán. Entonces se puso a trabajar junto a su equipo en la aventura. Se propusieron construir una balsa de troncos atada con cuerdas vegetales. Una historia llena de desafíos Después de la primera experiencia en el Colorado, se animaron a más y navegaron en canoa canadiense abierta por el mar Atlántico desde San Clemente a Mar del Plata. |
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