Martes 4 de febrero de 2003 | |||
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El fuego ya devoró 64.000 hectáreas en Vintter |
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Dos focos cercanos a la ruta nacional 250 permanecían incontrolables hasta anoche. A la zona controlada tampoco se puede entrar porque el suelo permanece caliente. |
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En horas del atardecer un grupo de bomberos se disponía a recorrer los kilómetros que circundan los campos afectados a los que aún no se puede ingresar. El suelo está aún caliente por las brasas y la acumulación de cenizas, lo que pone en peligro a los caballos que se utilizan como medio de locomoción en las zonas afectadas. Otro riesgo que corren los animales son las cuevas de los "peludos" que quedaron tapadas por las cenizas. El viento y la alta temperatura de ayer -que superó los 35 grados- siguieron colaborando con las llamas. Además, el mismo fuego produce remolinos y un efecto similar al de las chimeneas, que se torna mucho más agudo con ráfagas de importante intensidad. Una vez que el fuego sea sofocado la actividad continuará con el control de cenizas y luego de varios días recién se podrá comenzar con el difícil relevamiento de los campos, una tarea lenta si se tiene en cuenta que hay lotes que llegan a las 10.000 hectáreas y son más de 10 los afectados. Este foco es el de mayor magnitud de lo que va de la temporada, no sólo por la cantidad de hectáreas quemadas sino por los días que permaneció encendido. Ya lleva más de una semana en llamas. Se estima además que este año será superior respecto de las hectáreas que fueron consumidas por incendios a la temporada 2002 en la que se quemaron más de 300.000 hectáreas en la provincia. Si bien los incendios en esta época del año son frecuentes por la caída de rayos, lo alarmante es que previo a los últimos grandes focos no se registró ninguna tormenta eléctrica. Esto permite estimar que estos incendios pudieron ser producto de quemas voluntarias, un peligroso hábito de productores que a modo de limpieza comienzan eliminando rastrojos y terminan con miles de hectáreas. Esto no sólo acarrea un altísimo costo para los ganaderos sino también para el Estado, que aporta dotaciones de bomberos, el esfuerzo de estos hombres, maquinarias, combustible y equipamiento. Para el productor el daño es incalculable. Son años de esfuerzo y la pérdida de vacuno es un retroceso importante no sólo por la mortandad sino por las miles de hectáreas donde la pastura se convierte en ceniza. Si se tiene en cuenta el valor del kilo de carne actual el cálculo del daño es mucho mayor aún. Por esta razón desde Defensa Civil y el Comité de Lucha Contra Incendios de la provincia se insiste en enfatizar en forma permanente que se encuentran prohibidas las quemas voluntarias y recomiendan a los ocupantes de vehículos no arrojar colillas de cigarrillos encendidas por ser éste otro de los elementos importantes que han provocado incendios desde las banquinas. |
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