Lunes 3 de febrero de 2003

 

Creen que Perel asesinó a su esposa y se suicidó

 

Los investigadores creen que el empresario fingió un asesinato, para que sus familiares pudieran cobrar un millonario seguro. Se supo que su mujer padecía una enfermedad terminal.

  BUENOS AIRES (Télam).- Dos años después de que Mariano Losanovsky Perel y su esposa, Rosa Golodnitsky, fueron encontrados baleados en un apart hotel de Cariló, el informe de inteligencia incorporado a la causa en la que se investiga el hecho como un doble homicidio sugiere que, en verdad, el empresario mató a su mujer y se suicidó.
Para la comisión especial de detectives supervisada por la Justicia, la muerte del matrimonio tiene una sola explicación: agobiado por deudas, Perel disparó contra su esposa enferma y se mató con el único fin de que sus herederos cobraran un seguro de vida contratado en algún lugar del mundo. Sólo la muerte por homicidio de Golodnitsky aseguraba el cobro.
Esa conclusión surge del informe entregado por la comisión a la entonces fiscal de la causa, María Claudia Castro.
No obstante, la causa continúa caratulada como doble homicidio y esa es la hipótesis que, en tanto, sostienen desde el inicio los investigadores de la fiscalía y de la Procuración bonaerense.
Desde el inicio del caso, fue el propio Procurador bonaerense, Eduardo De la Cruz, quien impulsó la hipótesis del doble crimen, basado en las actividades irregulares de Perel, entre ellas, lavado de dinero, espionaje internacional y defraudación fiscal.
Es más: desde esa perspectiva, fuentes allegadas al caso especularon ya hace más de un año que el financista fue asesinado por sicarios colombianos contratados por el mexicano Cártel de Juárez para deshacerse de Perel.
En otro tramo de la investigación se mencionó también la posibilidad de que Perel y su esposa habían sido asesinados por un asesino profesional enviado por una presunta mafia china a la que habría estafado el financista en una frustrada compra de frigoríficos en el Gran Buenos Aires.
En todo este tiempo, la familia del matrimonio se presentó para impulsar la pesquisa como particular damnificado. Solamente, meses atrás viajó a Dolores para retirar todos los efectos personales secuestrados en los allanamientos realizados en las viviendas y empresas de las víctimas, agregaron los voceros.
Del único informe de inteligencia entregado a la Justicia, surge que, contra lo que sostiene la Procuración, a Perel le sobraban motivos para planear su muerte y la de su mujer, y que organizó todo para sembrar dudas. Y a esa conclusión se arribó del análisis de diferentes elementos secuestrados, entre ellos, el mensaje "mafioso" hallado junto a los cadáveres: "Soy un gringo colaborador del Citibank. Asesinado por no pagar la coima del Citigroup Antfactory Company".
Mientras que para De la Cruz y sus colaboradores ese mensaje es un indicio claro de un crimen por encargo, para la policía no existen dudas de que esa frase fue escrita e impresa por el propio Perel, según los peritos informáticos de la Policía Judicial.
La única duda reside en qué sistema operativo tenía originalmente la PC portátil del financista, ya que un policía, a poco del crimen, reinstaló Windows creyendo que la máquina tenía un virus y así impidió que se sepa, si quien escribió la frase debió usar una clave de acceso especial para usar la computadora.
El texto fue recuperado de la computadora de Perel, encontrada sobre una mesa de la cabaña 32 del apart hotel Puerto Hamlet, que la pareja ocupó desde el 2 de febrero hasta que fue encontrada baleada, la mañana del 4 de ese mes.

El empresario tenía deudas millonarias

BUENOS AIRES (Télam).- El financista Mariano Perel debía millones de dólares para la época en que apareció muerto de un balazo en la nuca junto a su esposa, y ése es para los investigadores policiales uno de los motivos que lo llevó a matar a su esposa y suicidarse.
Según el informe de inteligencia, Perel tenía cerca de 12 mil pesos de ingresos mensuales, aunque gastaba más de 30 mil.
De la documentación recolectada durante la investigación, los peritos contables determinaron que para enero de 2001, un mes antes de las muertes, el financista debía afrontar gastos por 32.183 pesos y que, incluso, había solicitado un crédito bancario para costear el fin de semana del hecho en cariló.
También establecieron que Perel, quien dedicó parte de su vida laboral a "trabajar dinero en negro", debía elevadas sumas a gente de su entorno laboral, social y familiar.
A su amigo Mario Sujoy, por ejemplo, le adeudaba 350 mil dólares; a su colaborador José Luis Daste, debía retribuirle 60 mil dólares, mientras que mantenía una deuda por una hipoteca con la inmobiliaria Tizado por 300 mil dólares.
A la empresa Visa, por una tarjeta Gold, le adeudaba 3.200 pesos, a American Express, más de 5.000, y en una cuenta corriente del Banco Río tenía más de 8.000 pesos de descubierto, según consta en el informe.
Además, Perel afrontaba una hipoteca de 200 mil dólares por el departamento en el que vivía, en Juncal 3.158 y que estaba a nombre de su hermana Roxana, una abogada vinculada al financista en muchas de sus actividades.
El empresario era dueño de varias firmas: Calasia S.A., que para febrero de 2001 no tenía actividad comercial y sólo le insumía gastos de mantenimiento; Umircum S.A., en la misma situación que la anterior, y Colthau S.A., en la que se tomaba dinero prestado para volverlo a prestar y que para la fecha de las muertes tenía una deuda por 450 mil dólares.

   
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