Domingo 2 de febrero de 2003

 

 

El Columbia se desintegró a minutos de aterrizar con sus siete astronautas. Conmoción mundial

 

Suspenden los vuelos de los transbordadores.
De momento, no hay indicios de actos terroristas.

  CABO CAÑAVERAL, EE. UU. - El estupor volvió a ganar al mundo entero. El transbordador espacial estadounidense Columbia, con siete astronautas a bordo, se desintegró ayer sobre el estado de Texas en lo que el presidente George W. Bush y la NASA calificaron de una tragedia nacional, aunque, en principio, no se considera que haya habido accionar terrorista.
El Columbia se desintegró sobre Texas minutos antes de su previsto aterrizaje en el Centro Espacial Kennedy, en el estado de Florida, en la segunda gran tragedia de un transbordador tras el estallido del Challenger tras su despegue en 1986.
En el Columbia viajaban el comandante de misión Rick Husband, el piloto William McCool, el comandante Michael Anderson, el especialista en misiones David Brown, y las expertas en misiones Laurel Clark y Kalpana Chawla, nacida en la India y nacionalizada norteamericana, además del primer astronauta israelí, Ilon Ramon.
Imágenes de la televisión mostraron largas estelas blancas y puntos incandescentes en el cielo azul, en lugar de la única estela que normalmente se observa cuando un transbordador regresa a la Tierra, alrededor de las 09.00 hora del este de Estados Unidos (1400 GMT). Restos mayores de la fatídica nave cayeron en una amplia área de Texas y el vecino estado de Louisiana.

Mensaje presidencial

Bush abandonó su descanso en el retiro de Camp David y se dirigió a la Casa Blanca para analizar la situación con asesores. Dirigió un breve mensaje de pesar a sus compatriotas en lo que muchos interpretaron como una forma de tranquilizarlos respecto de la sospecha de actos terroristas y ordenó que la bandera del país se mantuviera a media asta en señal de duelo hasta el miércoles.
El presidente Bush telefoneó al primer ministro de Israel, Ariel Sharon, para lamentar el "trágico día para las familias de los astronautas y para la ciencia".
El desastre dejó atónitos en la mañana de un sábado de descanso a los estadounidenses, que en las últimas semanas habían estado más atentos a una eventual guerra con Iraq que a la ya rutinaria misión de un transbordador espacial.
Como medida precautoria, la NASA anunció la suspensión de otros vuelos de transbordadores mientras se investiga el desastre.
Ron Dittemore, administrador del programa de transbordadores en el Control de la Misión en Houston, Texas, dijo que el programa para futuras misiones al espacio no se había determinado. "No podemos decir aún qué causó la pérdida del Columbia", dijo a la prensa.
"Nos tomará algún tiempo trabajar en eso".
La causa del desastre no está clara, pero funcionarios han dicho que no hay evidencia que indique que se trata de un acto de terrorismo.
La NASA dijo que estaba comenzando una investigación del desastre y desplegó una misión en Texas para recuperar los restos de los astronautas.
"El Columbia ha desaparecido. No hay sobrevivientes", dijo un compungido presidente Bush en un mensaje de televisión que incluyó las condolencias a los familiares de los astronautas fallecidos. "Nuestra nación se une a su dolor".
Funcionarios de la NASA trasladaron a personalidades que habían acudido a dar la bienvenida a los astronautas fuera de la tribuna cercana a la pista de aterrizaje del transbordado.
Hace 17 años el transbordador Challenger explotó en el aire tras su despegue el 28 de enero de 1986. Los siete astronautas que lo tripulaban, incluida una maestra, murieron en el accidente. Cuando estaban en orbitando la Tierra, los tripulantes del Columbia guardaron el martes un minuto de silencio en memoria de los que murieron en la tragedia del Challenger.(Ver página 34)

Astronauta israelí

El despegue del Columbia se realizó el 16 de enero en medio de fuertes medidas de seguridad debido a temores de atentados terroristas y la presencia de un astronauta israelí.
El lanzamiento y el regreso a la atmósfera terrestre son las partes más peligrosas en una misión espacial. En 42 años de exploración humana del espacio, nunca hubo un accidente grave durante el descenso a la Tierra o el aterrizaje. "En este momento, tengo que decir que es muy pronto para especular cuál es la causa exacta", dijo Bill Readdy, administrador asociado para vuelos espaciales de la NASA. "Es obvio que estamos buscando toda la información posible".
El incidente podría desatar preguntas sobre la longevidad de la flota de transbordadores, ya que el Columbia era la aeronave más antigua de la NASA e hizo su primer vuelo en 1981. Pasaron 32 meses después del desastre del Challenger antes de que la agencia espacial lanzara otro transbordador al espacio.
Asimismo, surgen preguntas sobre el reabastecimiento de la Estación Espacial Internacional (EEI), tripulada actualmente por un ruso y dos estadounidenses. (Reuters, DPA, Télam-SNI)

La catástrofe fue precedida de anomalías

Pese a la cautela previsible de parte de las autoridades y del organismo espacial estadounidense (NASA) sobre las posibles causas de la tragedia, parece claro que el transbordador Columbia no resistió la maniobra de reingreso a la atmósfera terrestre, momento crucial en todo viaje espacial, y explotó en el aire sólo 16 minutos antes de la hora programada para su aterrizaje. "Hasta ahora no tenemos indicios de que el incidente fue causado por alguien o algo en tierra", dijo a reporteros Sean O"Keefe, administrador de la NASA.
Un incidente en apariencia insignificante en el despegue, el desprendimiento de un trozo de "espuma" (así fue descripto por un directivo de la NASA) pudo haber tenido un papel mucho más importante. Sin embargo, el director de entrada de vuelos de la NASA, Leroy Cain, dijo el viernes, respondiendo a una pregunta sobre un posible daño en el ala izquierda del transbordador durante el despegue, que los análisis hechos por los ingenieros de la NASA demostraron que el daño sería mínimo.
Por otra parte, expertos de la NASA señalan la posibilidad de un calentamiento estructural excesivo.
Ron Dittemore, administrador del programa de transbordadores en el Control de la Misión en Houston, Texas, dijo que la NASA recibió las primeras señales de que había problemas menos de media hora antes del aterrizado programado del Columbia, con la pérdida de transmisiones de datos clave de la parte izquierda de la nave. (Reuters)

Restos cayeron en una amplia área de Texas

Restos del transbordador espacial Columbia cayeron ayer en campos y autopistas del estado norteamericano de Texas, donde se declaró el estado de emergencia, y testigos avistaron pedazos incandescentes, incluyendo lo que parecía ser una puerta de la nave. Una nube de 160 kilómetros, formada por cenizas y fragmentos metálicos se extendía sobre áreas rurales de Texas y el vecino estado de Louisiana, dijeron funcionarios de Meteorología.
Un pedazo de cerca de 1,0 por 1,6 metros ardía en un terreno cerca de Rice, Texas. La policía instó a los automovilistas a conducir despacio y alejarse de los restos tóxicos que caían a lo largo de la autopista que une a Houston con Dallas. En un campo de Texas, una gran extensión de hierba ardía en uno de los lugares donde cayeron restos del Columbia.
Los residentes del este de Texas reportaron tres grandes explosiones y vieron corrientes de vapor antes de avistar la lluvia de restos de la nave, dijo Larry Mars, un detective policial de la población de Palestine.
La administradora de la ciudad de Nacogdoches, en Texas, Victoria Lafollett, dijo que un residente reportó haber hallado lo que podría ser una puerta del transbordador en la ciudad de cerca de 30.000 personas.
Imágenes de televisión mostraron que el Columbia, que terminaba una misión de 16 días, se desintegró, al parecer sobre Texas, dejando blancas estelas en el cielo.
No hubo reportes de heridos en tierra en la vasta área de 310 kilómetros cuadrados donde cayeron los restos. Las autoridades locales de meteorología dijeron que podría tomar unas 10 horas para que el material ligero de la nube de restos termine de caer.
La NASA organizó unidades de rescate para buscar restos de la nave y los tripulantes y advirtió a la gente alejarse de los restos ardientes. "Cualquier resto que se encuentre en el área Dallas-Fort Worth debe ser evitado, y pudiera ser peligroso debido a la naturaleza tóxica del combustible usado en el transbordador y debe ser reportado a las autoridades locales", dijo el control de la misión de la NASA, con sede en Houston.(Reuters)

   
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