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Domingo 2 de febrero de 2003 | |
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Una tarea simple, placentera, que se comparte |
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El método más común utilizado a nivel familiar es el de la esterilización
por medio del calor y cierre hermético de los envases que contienen las
conservas. Preparar conservas es un proceso simple y placentero que no requiere, de quien las hace, grandes habilidades, pero sí tener ganas, prestar mucha atención en el manejo de las materias primas y de los utensilios, y fundamentalmente, en el cuidado de la higiene durante el proceso de elaboración y respeto en los tiempos de esterilización de cada producto. Es preciso conocer que sólo así se conseguirá durabilidad, sabor ideal y, principalmente, evitar los riesgos del botulismo, que es una dolencia peligrosa, en algunos casos puede ser fatal, consecuencia de la ingestión de la toxina producida por el Clostridium Botulinum, un microorganismo que en determinadas condiciones se desarrolla y deteriora a las conservas. El principio fundamental en que se basa cualquier método de conservación, debe ser aquel que cree condiciones desfavorables bajo las cuales los microorganismos no se puedan desarrollar y vivir. |
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