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Sábado 1 de febrero de 2003 | ||
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Autos de arena en vez de castillos, en la playa |
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El concurso fue organizado sobre la temática de la educación vial. Participaron 20 grupos de turistas llegados hasta de Tierra del Fuego. Hubo premios, pero sobre todo fue muy divertido. |
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El arte efímero copó la cuarta bajada y las producciones fueron destacadas por el jurado que las recorrió una por una. Los jueces fueron las reinas del Golfo Azul, de las Seis Horas del Pejerrey y del Casino, funcionarios municipales, integrantes de Prefectura con la coordinación del escribano Néstor Cambarieri. Participaron nutridos grupos familiares de Tierra del Fuego, Capital Federal, Chubut, Córdoba y San Antonio, entre otros sitios. Niños y grandes llevaron a la arena las figuras que cada familia eligió. Podían verse vehículos con todos los detalles y hasta con algún pequeño como conductor, puentes con sus carteles indicadores y hasta rutas completas con cada una de las señalizaciones para lomos de burro, curvas y badenes. Un cartel real, recuperado por una familia en la playa del camping Oasis, tras haber formado parte de algún fogón, fue lo más destacado. El letrero, que alertaba acerca de la presencia de aves migratorias fue encontrado bastante deteriorado por el fuego pero aún útil. Luego de utilizarlo para la construcción en la arena, los integrantes del grupo lo entregaron a las autoridades para que fuera colocado nuevamente en su sitio, con el fin de preservar las aves que dos veces al año utilizan el humedal que se extiende en el espacio intermareal, alrededor de Las Grutas y en cercanías del puerto de Ultramar. Especialmente en la playa de Oasis y hasta el ex centro minero, los playeros rojizos, ostreros y otras aves se instalan en abril y setiembre para recuperar fuerzas en medio de sus viajes a lo largo del continente. Por eso hubo sorpresa en los funcionarios cuando la familia apareció con el cartel y denunció que lo habían encontrado casi quemado en la playa. En el resto de las obras efímeras hubo distintas técnicas y estilos. Algunos potenciaron el volumen, como por ejemplo aquéllos que fabricaron enormes autos macizos. Otros trabajaron con una onda impresionista, incorporando detalles mínimos en la obra. También estuvieron los que fueron directamente a lo figurativo, como la familia que diseñó en la arena el cartel de "Aeropuerto" con letras y todo. Algunos trajeron elementos de sus casas, otros sólo pala y baldecito, pero todos estuvieron más de dos horas trabajando para terminar sus creaciones. Se entregaron premios a todos los participantes: docenas de "churros", remeras, cenas en restaurantes, pelotas, paseos en trencito, entre otros. La iniciativa surgió de la inspectora de tránsito Griselda Vidoni, quien programó la actividad con el apoyo de diversas áreas de la comuna. Durante el invierno, más allá de su función específica, Vidoni enseña educación vial en las escuelas. |
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