Buscan hacer más atractivo el museo

Reproducirán en madera animales que vivieron hace millones de años. Tratan de reconstruir la historia de los primeros habitantes de la zona.

El museo jacobacino que dirige Rodolfo Casamiquela tiene una rica historia.

INGENIERO JACOBACCI (AJ).- La reconstrucción en madera, en tamaño real, de algunos animales que vivieron hace millones de años y la puesta en exhibición de fósiles pertenecientes a un antepasado de los megaterios, constituirán la parte fundamental de la ampliación del museo Jorge Gerhold de Jacobacci.
Así lo afirmó el científico y fundador del museo paleontológico, antropológico e histórico, Rodolfo Casamiquela, al sostener que la intención es armar un sector que refleje la historia de algunos animales que habitaron la zona y hacer más atrayente al museo. "La idea es armar un espacio dedicado exclusivamente a algunos animales que habitaron este suelo hace millones de años y también descomprimir un poco las vitrinas, porque en algunos casos hay tantos objetos que pueden resultar poco entendible para los visitantes", sostuvo.
Este museo fue fundado en 1949 por Casamiquela y Gerhold en una pequeña sala a la que se denominó Ayufín Mapú, "tierra querida", en lengua mapuche.
En sus cuatro salas resume la historia de esta región, en los aspectos naturalísticos, paleontológicos y arqueológicos.
En el marco de las reformas que se intentan realizar, figura una ampliación hacia el sector donde actualmente funciona el depósito con la intención de armar un espacio dedicado sólo a la paleontología.
En este sentido, Casamiquela detalló que se construirán armazones mostrando la silueta en tamaño real -2,5 metros de alto- de algunos megaterios, incluyendo pisadas y huesos fósiles. "Vamos a correr hacia atrás la parte indígena para delimitar un espacio dedicado a lo paleontológico. Tenemos mucho material y queremos que se exhiba como corresponde. Entre ellos un cráneo, una mandíbula y un fémur de un megaterio y pisadas en piedras que son únicas y fueron encontradas en las costas del río Negro", dijo.
Durante mucho tiempo el cráneo y la mandíbula fueron exhibidas en el Museo del Agua y el Suelo, en el capítulo de la creación del Río Negro.
Los megaterios son mamíferos bípedos que forman parte de un eslabón perdido entre los desdentados con pelos y los que tienen coraza. Es decir entre los piches y los perezosos u osos hormigueros que vivieron hace unos 8 millones de años. La mayoría de los fósiles de estos animales fueron hallados por Casamiquela hace cerca de 20 años en Bahía Ross, en las cercanías de Viedma y a partir de los próximos días formarán parte de la rica historia que guarda el museo jacobacino.

Fabio Saade trabaja por el fútbol local

Comenzó acompañando a su hijo a jugar al fútbol y hace apenas un año se sumó a la comisión directiva del Club Huahuel Niyeo para comenzar a trabajar por esta institución.
Fabio Saade asumió como presidente de la Comisión de Fútbol Infantil y se sumó al ex lateral izquierdo Oscar Aguilera, y a muchos otros vecinos para trabajar con los más pequeños.
La unión hizo revivir la pasión por el fútbol no sólo en los niños, sino también en muchos grandes que hoy sueñan con un equipo de primera participando en un campeonato regional. Y ese es el objetivo que se ha fijado Saade para el futuro. "Yo me involucro con el fútbol por mi hijo. El año pasado recibimos una invitación de la Liga de Bariloche para que vayamos a participar con un equipo de mayores. Fuimos y luego ellos vinieron acá y se generó una especie de necesidad en los jacobacinos. Por eso estamos trabajando para tratar de hacer realidad ese sueño" sostiene.
Durante el 2002, Saade fue uno de los impulsores de la creación del complejo deportivo y recreativo que el Club Huahuel Niyeo construye en un predio ubicado en la zona de quintas de esta ciudad.
Hoy, a pesar de alguna resistencia, quiere volver a ver a un equipo de primera representado a Jacobacci en la Liga de Fútbol de Bariloche.

Reparan las luminarias rotas

La falta de iluminación en las calles jacobacinas generó innumerables quejas de los vecinos, que debían pagar por un servicio que no tenían. Hasta hace algunos días las calles eran "una boca de lobo" y ni la empresa privada responsable del mantenimiento ni el municipio asumían la responsabilidad. A partir de diciembre Edersa volvió a hacerse cargo del alumbrado público y a partir de allí comenzaron los trabajos de reparación de las luminarias.