Jueves 13 de febrero de 2003

 

 

Hospital nuevo y viejas carencias en San Antonio

 

Tener edificio nuevo no resuelve otras carencias. El cupo telefónico no alcanza, las enfermeras no dan abasto y las mucamas no pueden con semejante edificio. El dinero no alcanza.

  SAN ANTONIO OESTE (ASA)- Las paredes recién pintadas, el imponente diseño y la destacada arquitectura del nuevo edificio del hospital "Aníbal Serra" inaugurado hace apenas dos meses, esconden serias falencias que no pudieron ser resueltas con la mudanza.
Parecía que la ansiada construcción de un centro de salud unificado terminaría con muchos de los problemas que los sanantonienses, al igual que la mayoría de los rionegrinos, sufrían diariamente en relación al servicio de salud.
Pero se sabía que sin el mejoramiento y aumento de personal, presupuesto, mobiliario y flota automotor, mantener semejante infraestructura iba a ser imposible. Recién este mes se cree que llegará la primera partida ampliada de los 14 mil, con 28 mil como tope máximo del año anterior, a los 37 mil que demanda como mínimo la prestación del servicio hospitalario.
La falta de mucamas y enfermeras son una de las falencias más graves. A eso se suma que el cupo de teléfono para realizar llamadas se agota "a los diez días", según afirma el director interino Carlos Torres, que reemplaza provisoriamente a Humberto Ghione, que se encuentra de licencia.
En las guardias, la enfermera -generalmente permanece una por turno- debe atender a los pacientes y, en caso de ser necesario, cruzar la calle a llamar por teléfono a un locutorio que afortunadamente inauguraron hace poco tiempo en la esquina del hospital. "Les dejamos las moneditas para que llamen por teléfono por alguna derivación o para buscar a algún especialista al celular, si es necesario", afirma Torres.
Basta sólo imaginar la cara del paciente convaleciente y sus familiares cuando ve que la enfermera que no da abasto para atender las consultas, sale corriendo a llamar por teléfono, dejando la guardia descubierta por unos minutos. Para colmo, la ampliación de diferentes servicios, obliga a que se requiera apoyo de enfermeras en otros ámbitos, como radiología, traumatología, entre otros. Las pocas que son intentan multiplicarse para cumplir con todas sus obligaciones.
Torres afirmó que hasta salir de licencia Ghione estuvo solicitando la incorporación de nueve enfermeras, pero sólo ingresaron tres y probablemente en poco tiempo lo hagan dos más.
Las mucamas tampoco alcanzan, considerando las enormes dimensiones del lugar y muchos de esos puestos debieron ser ocupados por personal del Plan Jefes y Jefas que no trabajan ocho horas por día.
Mientras tanto, en el puerto continúa desde hace un año sin nombrarse al chofer de la ambulancia, por lo que, si existe algún accidente, no se sabe quién conducirá el vehículo.
En un hecho grave ocurrido el domingo en San Antonio, la ambulancia no pudo asistir y el paciente, que luego falleció, debió ser trasladado al Policlínico Privado por familiares y amigos. La ambulancia Trafic había ido a un accidente ocurrido en la ruta y la Ipanema no salió por motivos que se están investigando administrativamente para deslindar responsabilidades.
El alcance de los handies no llega ni a quinientos metros porque la antena instalada es minúscula y la radio de la ambulancia se pierde al llegar a la esquina, por lo que cuando el paciente arriba al hospital no tiene diagnóstico, haciendo más difícil la atención de las emergencias.
Para colmo, el hospital nuevo, bello, grande y recién pintado, ya empezó a mostrar falencias en la construcción, llevada adelante por la firma Roque Mocciola, ya que se ven algunas leves rajaduras en algunas paredes.
   
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