Lunes 3 de febrero de 2003

 

Antes de votar...

 
  Demagógico e irresponsable.
Contra estas dos calificaciones deberá lidiar el Concejo Deliberante -y especialmente el bloque de la Alianza- desde esta semana a partir de la revelación de las estadísticas que evidencian el allanamiento en el camino de la licuación de deudas que protagonizaron al sancionar la ordenanza 3.518 a mediados del año pasado.
Demagógico porque instalaron la idea de que los opositores al proyecto conspiraban contra un beneficio para los que menos tienen y sólo quienes levantaron la mano para apoyar la iniciativa se acordaban de los pobres que deben intercambiar bienes y servicios para subsistir.
Irresponsables porque no atinaron a profundizar en lo más mínimo el análisis ante las advertencias escuchadas en el recinto. Las desecharon, como ocurre en la gran mayoría de las oportunidades, porque llegaban desde la oposición partidaria.
Ninguna salida que se proponga a esta situación corregirá el perjuicio ocasionado por avalar con una norma la posibilidad de pagar tasas retributivas con créditos del trueque.
Ese autismo que parece atacar a los ediles oficialistas cuando las propuestas son ajenas le costó a la comuna varios miles de pesos. Nunca nadie sabrá cuántos porque es imposible conocer qué entregaron a cambio los que consiguieron varios cientos de créditos para cancelar obligaciones pendientes y cuánto les costó en pesos ese bien o servicio trocado.
No hay que considerarse apocalíptico por pensar que dentro de unos días sólo unos pocos se acordarán del tema -es muy posible que otra irregularidad o papelón llene los espacios en los medios- y todo quedará como una (lamentable) anécdota de este Concejo Deliberante. Una más.
Sin embargo, uno no deja de anhelar el sentarse algún martes y escuchar debates inteligentes de principio a fin, con votaciones ordenadas y discusiones a la hora de discutir, no cada vez que termina de hablar un miembro de otra bancada y porque sí.
Lo visto durante los últimos tres años permite afirmar que sólo un ingenuo podría buscar esa constancia en el nivel de las sesiones dentro de los próximos once meses, pero al menos habrá un atractivo extra durante el período 2003 y será la imagen que deberá mostrar el bloque de la Alianza a la sociedad roquense.
El quiebre evidenciado en las últimas reuniones del año pasado está más que acentuado entre seguidores del intendente Ricardo Sarandría y el veranismo.
Ocurre que la mínima división a la hora de levantar la mano será sinónimo de traspaso de timón a una oposición que durante el período 2002 mostró muy aceitados contactos entre el PJ y el MPP.
Más que nunca ahora se conocerá quién tiene verdadera cintura necesaria para negociar y no caer siempre en manos de las minorías.
Y si algo faltaba para condimentar el escenario político del cuerpo legislativo, el año electoral potenciará diferencias -internas y externas- a medida que se acerque la fecha de comicios, previstos por ahora para el último trimestre.
Más allá del folclore de acusaciones y defensas hasta en las más insignificantes cuestiones, las cercanía de las elecciones transparentará mucho sobre las intenciones de legislar con seriedad que poseen los concejales roquenses.
No es descabellado pensar que si hubo análisis ligero para aprobar la aceptación de créditos del trueque en el pago de tasas municipales, el afán por sumar votos lleve a cometer errores iguales o peores.
Así empieza el año en el Concejo Deliberante de Roca. Admitir falencias propias y sumar minutos a la definición de cada caso puede ser un buen paso si existe interés por demostrar que algo está cambiando.


Hugo Alonso
halonso@rionegro.com.ar

   
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