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Sábado 1 de febrero de 2003 | ||
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El Chañar y la CTA pactan salida para una toma |
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El intendente Bertoya y los dirigentes sindicales acordaron una solución para un centenar de familias que ocupó terrenos comunales en enero. Crean cooperativa para asignar los lotes. |
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El municipio se encargará de emparejar los terrenos luego de que se produzca el desalojo y, una vez distribuidos los lotes, suministrará materiales de construcción que adquirirá con fondos propios o provinciales, para el inicio de las obras. Los lotes -de 10 por 30 metros- tienen servicios de agua y energía eléctrica, y la municipalidad los entregará mensurados, "listos para escriturar", dijo Bertoya, a un precio de 400 pesos cada uno. La CTA -que llevó adelante la medida a través de una organización subsidiaria, la Federación Tierra y Vivienda- se comprometió a realizar asambleas públicas y luego a constituir la cooperativa, cuyos trámites deben iniciarse dentro de 72 horas. Además, se encargarán de supervisar que los beneficiarios "no sean especuladores" ni ex titulares de terrenos también cedidos por el municipio según el programa de remates y subastas y que los hayan comercializado. Bertoya dijo que los terrenos en cuestión, ubicados en el parque industrial, son de un antiguo establecimiento de Gasparri que debe ser "limpiado y emparejado". Comentó que el municipio desarrolla un programa de transferencia de lotes en conjunto con el colegio de martilleros, que ya entregó "más de 500 terrenos". El programa prevé bonificaciones de hasta el 50% en el precio del terreno para los que acrediten residencia de más de diez años en la localidad, y pagos fraccionados en cuotas de 30, 60 y 90 días. Al iniciar enero, el cronograma de remates estaba colmado, por lo cual Bertoya y los martilleros decidieron postergar los últimos terrenos para febrero. El programa se fundamentaba también en que la estabilidad laboral permitía el pago de cuotas y la regularización posterior de la tenencia. En esa primera semana ocurrió la ocupación, motorizada -según las versiones comunales- por el romerismo peronista, encarnado por Sonia Leiva, que se convirtió en una de las voceras de la medida. Luego de la primera oleada de ocupaciones, las familias eligieron delegados que conformaron una comisión para dialogar con las autoridades locales. En esa época, Bertoya no estaba en el municipio pero cuando llegó -ya con unas 120 familias en los terrenos- presentó una acción judicial porque interpretó que había "intencionalidad política" en los ocupantes. Sin embargo, Leiva aseguró que se trató de "la necesidad de la gente, se trata toda de gente humilde que no puede acceder de otra manera a su tierra porque en Chañar se decidió que no hay loteos nuevos", e inmediatamente aclaró que el grupo "no se niega a pagar el terreno, sino que se compromete a pagar en cuotas acordes con sus bolsillos". Entonces comenzó la ardua negociación que culminó el jueves cuando Bertoya y los dirigentes gremiales estamparon su firma en el convenio. |
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