Miércoles 26 de febrero de 2003
 

El terror, un peligroso aditivo para la crisis política

 

Análisis

  Dos cargas explosivas que destruyeron ayer parcialmente dos legaciones extranjeras en Caracas despertaron a los venezolanos a la realidad del terrorismo, que era prácticamente desconocida en el país. Los atentados causaron daños en la embajada de España y en el consulado de Colombia, dos países acostumbrados a lidiar con actos terroristas y sus consecuencias.
El hecho se produce en medio de un clima político en donde el gobierno, fortalecido después de unos triunfos parciales sobre la ofensiva opositora, parece haber vuelto al camino de la confrontación, incluyendo a los organismos y países que intentan mediar en el conflicto. La oposición , sin ideas claras después de un extenuante paro que no condujo a nada, tampoco parece muy entusiasmada por el camino de la negociación
La propuesta del premio nobel de la Paz, Jimmy Carter, tan esperanzadora al principio, también cayó en el olvido.
En Venezuela, el suceso terrorista más reciente se remonta a una década atrás, cuando un grupo de revoltosos hizo volar un auto en un centro comercial, supuestamente para causar zozobra en el país y sacar provecho de los movimientos bursátiles en la inestabilidad. El episodio se desarrolló meses antes de la destitución en 1993 del presidente Carlos Andrés Pérez, cuyo gobierno había enfrentado una ola de saqueos conocida como el "Caracazo" en febrero de 1989 y dos fallidos intentos de golpe de Estado en 1992, uno de ellos liderados por Chávez.
El término "terrorista" había sido repetido desde diciembre por el presidente Hugo Chávez, dentro de sus habituales andanadas contra la oposición. El gobernante acusó de "terroristas" a los grupos opositores que convocaron una huelga general que se desarrollo entre el 2 de diciembre y el 2 de febrero. Además, calificó de "petroterroristas" a los empleados que se sumaron a la protesta y paralizaron a la industria petrolera, por someter a la población a la zozobra de no tener gasolina y alimentos.
En la práctica, los venezolanos no conocían hechos terroristas de la magnitud de los ocurridos esta madrugada.
La oposición intentó vincular los hechos con la protesta que Chávez hizo públicamente contra los gobiernos de España, Estados Unidos y Colombia, a los que pidió respetar la soberanía venezolana. Tras los atentados , fueron esparcidos panfletos de una autodenominada Fuerza Bolivariana de Liberación, supuestamente seguidora de Chávez, pero cuyo vínculo fue desacreditado por el vicepresidente José Vicente Rangel.
"Es una ridiculez. Lo único que faltó fue que dejaran en el lugar una fotografía de Chávez", señaló Rangel, quien afirmó a su vez que existen sectores en la oposición que "están pensando transitar la vía del terrorismo".
Más allá de la polémica, lo cierto es que los atentados agregan un peligroso condimento de violencia a una crisis política en donde tanto el gobierno como la oposición venezolana parecen empeñados en posturas intransigentes que no reconocen otra vía que el triunfo total sobre el adversario. (DPA-AR)
   
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