Miércoles 26 de febrero de 2003
MAS INFORMACION Brogger, el hombre de Arriaga para Bariloche		Una apuesta a todo o nada
		Una imagen de trabajador aplicado con ponderada actuación como dirigente intermedio, que en los últimos años nunca se embarró en entreveros partidarios. Dados el desprestigio de los políticos tradicionales y el escaso entusiasmo participativo de las mayorías, esa carta de presentación es suficiente por estos días para instalar un candidato a intendente con posibilidades. Así lo entendió el Frente Grande y fue en busca de Luis Brogger, que aceptó el convite y ayer mismo comenzó su campaña, cuando todavía no hay fecha de elecciones y sólo se había lanzado el actual intendente Alberto Icare, que encabezará la boleta radical. El gesto del FG local da cuenta de que tiene reales intenciones de ir por la intendencia, apoyado en el empuje de Arriaga y en lo que puede aportarle Graciela Di Biase tras su ruptura con el MUP. No será fácil la parada porque Bariloche también es presa codiciada para los partidos tradicionales, cuyas extendidas redes de clientelismo le garantizan un piso de votos que el FG a priori no tiene. Pero sin dudas también jugará su papel la tradicional independencia del votante lacustre, que en la última elección elevó la abstención y el voto bronca por encima del 40 por ciento. Es aventurado hacer un pronóstico sobre la suerte que le puede esperar a Brogger, porque los antecedentes cercanos tienen muy relativa validez. En las elecciones del "99, el candidato del Frente Grande fue Julio Accavallo y sacó el 9,6%. Claro que en ese momento no estaba asociado con Arriaga ni con Di Biase. El año pasado hubo otro llamado a las urnas, sólo para intendente, pero el FG no participó. Y la experiencia más equiparable fue la de Luis Caram, otro vecino reconocido, vinculado con la actividad artística y comercial, que fue postulado por el MPP y salió tercero con el 17,5 %. Está visto que los dirigentes "con años" en el tema olfatean que los barilochenses están decididos a canalizar en el voto su hastío con la vieja política. Y los mandobles recaerán sobre los dirigentes con antecedentes de burócratas sindicales o de punteros mañosos. Ese estado de ánimo puede jugar en favor de Brogger, pero sólo será un punto de partida. Porque la experiencia de haber defendido intereses sectoriales es muy distinta a la de gobernar para todos. Daniel Marzal
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