Lunes 24 de febrero de 2003

 

La arena de Cuenca 15 juntó a Brollo y Quiroga

 

Los principales candidatos del MPN y de Unión por Neuquén coincidieron en la meseta.

 
La pelea de los candidatos se trasladó ayer al territorio de la meseta: se encontraron en la Cuenca, lejos del río y cerca de la mística.
NEUQUEN (AN).- Los pibes parecen tener la misma edad, siete u ocho años. Y resulta claro que se conocen bien. Han de ser vecinos del barrio Cuenca 15. Uno tiene una gorra roja y el otro un pantaloncito de Boca Juniors, gastado por el tiempo.
Están sobre la arena rojiza de la barda. Simulan pelear pero se pegan de verdad: uno defiende a Federico Brollo y el otro a Horacio Quiroga. El segundo busca la rima fácil y agresiva en contra del hombre del Movimiento Popular Neuquino: lo resolvió rápido, obvio que lo tenía ensayado. El otro quiere responder la estocada y sólo le sale "Sos Pechi Gil", se limita a contestar.
Son las seis y media de la tarde en el corazón del barrio Cuenca 15. Una vecina solidaria estira la manguera y asegura: "Hace 39 grados; mi marido tiene un termómetro en el patio, vaya a verlo", invita. No hace falta.
Es domingo por la tarde y "la Cuenca" -un lugar de cero humedad- está revolucionada, clima de fiesta, mucho color, chicas con calzas, volantes y "mística, mucha mística", se anima a definir un hombre con muchas elecciones encima, lejos del río.
Horacio Quiroga y Federico Brollo salieron a la arena, a andar por la zona caliente donde el domingo que viene se dirimirá el futuro de cada uno. La política no es trabajo fácil y, en rigor, nada parece ser fácil allí en ese rincón ganado a la barda donde los vecinos -cuando no hay elecciones, claro- se han esforzado por hacer mejoras que realmente embellecieron el sector, que agrupa a algo así como 200 casas.
Son casi las siete de la tarde y el sol pareciera estar dispuesto a quedarse. El clima está cargado y en eso nada tiene que ver el calor. Los candidatos y su gente están a menos de 200 metros y a la distancia se hacen señas, algunas simpáticas. Llega Pechi y se mueve como un pez en el agua, demostrando que junto a Jorge Sobisch es el político más político de todos. Le advierten que hay riesgos y no duda en definir: "si vienen para acá, vamos para allá" -el punto opuesto-. Brollo está por llegar, pero su gente se adelanta y encara... por la misma calle.
No pasa mucho tiempo para que los grupos queden cara a cara. Los del MPN parecen decididos a "copar la banca" y el concejal Bernardo Vega implora que se lo fagocite la arena porque los más exaltados no le responden. Ni Brollo ni Quiroga estaban en ese lugar y el tema lo resuelven los punteros, que manejan todo en los barrios. Se hablan, se palmean las caras, le arrancan un suspiro a Vega y todo vuelve a la calma, aunque no estén muy convencidos. Llega Brollo, hace lo suyo: besa y escucha sin tener la mínima idea de cuántas personas contactó desde la interna. El ex tercer hombre fuerte de la provincia enfila hacia el sector más alto del barrio, donde los pobres son más pobres.
En la esquina de la pelea -que no tiene nombre-, un hombre le advierte al periodista y al reportero gráfico de este diario que cuenten cómo se dieron las cosas; y también dicta cómo tiene que ser el título y presagia quién ganará las elecciones.
Son las siete y media, la arena sigue caliente. Los pibes ya no se pelean. La Cuenca 15 se empieza a tranquilizar. El cronista está agobiado y mira el suelo, plagado de hormigas negras. Algunas llevan una carga que las dobla en tamaño. Recuerda las reflexiones de una abuela: "ha de ser un invierno duro", decía en los años en que las hormigas querían devorase todo.

Militantes y activistas pelean voto por voto

NEUQUEN (AN).- No es casual que los candidatos se encuentren en la Cuenca 15 ó en otros sectores postergados de la capital, que los tiene para todos los gustos. No es que allí esté el mayor porcentaje de indecisos sino que en esos sectores una visita o una promesa justa puede resultar vital a la hora de definir una voluntad.
Así como todo el colorido partidario se concentra en los barrios del noroeste, el oeste o el sudoesrte, es sabido que las pasiones por esos lares son de altísimo riesgo. Por eso, desde temprano, la Policía montó un impresionante operativo que fue supervisado por el propio jefe de la fuerza, el comisario mayor Juan Carlos Lezcano, sin dudas el funcionario de la provincia con mejor perfil en un escenario complejo y problemático.
Como suele ocurrir cada vez que la situación puede irse de madre, el jefe policial recorrió la zona de riesgo en su auto particular y analizó las estrategias ante un posible enfrentamiento.
"¿Por cuánto están separados?" -le preguntó Lezcano a este diario aparereciendo por entre las angostas calles de la Cuenca.
Lo que nadie pudo explicar cómo las dos actividades coincidieron a la misma hora en un escenario tan reducido.
Así las cosas, la de ayer fue una pulseada más que significativa y a una semana de las elecciones, claves para Quiroga y también para Jorge Sobisch, más que para Brollo.
Con todo, los dos fuerzas -el partido provincial y la particular amalgama de radicales, peronistas y desarrollistas- salieron a caminar la arena. Del lado de Brollo se pudo ver a Vega, al ex múltiplie funcionario Tomás Martínez y a un ex líder piquetero cuya melena ha flameado en múltiples choques por distintos reclamos sociales contra el gobierno. Del lado de Quiroga, llamó la atención la presencia del ex concejal del MPN, Luis Cides (llevaba la gorra de Pechi Sigue) y la de un funcionario del Deliberante que por más deportiva que fue su ropa a cada paso sintió lo incómodo que resulta la tierra en los zapatos.
   
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