Jueves 13 de febrero de 2003

 

 

Gobierno de Bolivia retiró el "impuestazo" tras día de furia

 

Policías y militares se tirotearon: 14 personas murieron. La protesta contra el gobierno se extendía anoche.

 
Los socorristas llevan a uno de los heridos durante los enfrentamientos armados en el centro de La Paz.
LA PAZ (AFP/Reuters) - El presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, abandonó ayer un proyectado impuesto sobre los salarios y llamó a la concertación política, luego que choques armados entre policías amotinados y soldados frente a la casa de gobierno dejaron al menos 14 muertos y 64 heridos, según fuentes médicas.
"He tomado la decisión de retirar el proyecto de presupuesto que envié al Congreso", dijo el mandatario en un mensaje a la nación por cadena de radio y televisión, en el que expresó dolor por la jornada de violencia.
El jefe de Estado expresó también por la violencia desatada en el centro histórico de La Paz, sede de gobierno, cuando policías que protestaban contra el impuesto y por otras reivindicaciones chocaron con tropas del ejército.
"Estoy entristecido al ver cómo se enfrentaron miembros de dos instituciones fundamentales de nuestra democracia. Esto no pude ser, tiene que parar", exclamó al convocar a los bolivianos a que se comprometan en un "nuevo diálogo político, sincero y fraterno".
La violencia dejó al menos ocho policías, dos soldados y 4 civiles muertos. También hubo 60 agentes y civiles heridos, al igual que 13 militares, según los hospitales de La Paz.
El presidente ordenó que tropas militares patrullen las calles de la capital boliviana, tras los enfrentamientos, que disminuyeron en intensidad pero se mantenían en sectores alejados del centro.
Bolivia vivia hasta anoche un clima de rebelión.
Grupos de civiles saquearon los comercios informales de una barriada periférica de La Paz, mientras aún se escuchan nutridos tiroteos en el centro de la ciudad. Civiles intentaron incendiar el edificio del Ministerio del Trabajo, donde a documentación y parte del mobiliario quemados en enormes piras. Poco antes, una turba quemó un vehículo a metros del palacio presidencial. Manifestantes también causaban disturbios en diversos puntos de la ciudad e intentaban levantar barricadas

Armamento pesado

Mientras, en la Plaza de Armas de La Paz los choques entre policías amotinados y tropas del Ejército cedían en intensidad , después del llamado a la calma de las cúpulas castrense y policial demandaron en un mensaje en conjunto que sus subalternos.
Ambos bandos emplearon por igual armamento de grueso calibre, efectivos del Ejército también han utilizado armamento pesado y los Policías cargas de dinamita y metralletas que a más de cinco horas de desatada la refriega aún conmueven la sede del gobierno boliviano.
Los enfrentamientos se atizaron debido a la actuación de francotiradores del Ejército, leal a Sánchez de Lozada, emplazados en la terraza del presidencial Palacio Quemado, cuya toma no era un objetivo policial.
"Estamos cayendo como moscas", dijo un oficial de Policía que repartía cartuchos de dinamita a sus subordinados."Son francotiradores los que nos disparan. Aquí hay un policía con el cráneo destrozado", describió el presidente de DDHH, Waldo Albarracín, que sostenía una gestión de mediación en el cuartel de la policial fuerza antimotines.
Las clínicas de la capital no daban abasto para atender a los heridos, todos por armas de fuego.

El inicio

Los enfrentamientos se desarrollaron después de que estudiantes de un colegio paceño, en su mayoría adolescentes, que exigían el nombramiento de un director, el Palacio Quemado, en cuyo interior el mandatario y su gabinete de ministros analizaban la crítica situación nacional.
Los incidentes a raíz de la intención presidencial de gravar con un impuesto de 12% a los salarios de 750.000 dependientes bolivianos tuvieron lugar inmediatamente después de que policías en activo vestidos de civil protestaran pacíficamente en el mismo lugar, en demanda de mejoras salariales.
El conflicto armado estalló después de que una patrulla del regimiento Colorados de Bolivia, encargado de la custodia del palacio presidencial, intentara dispersar con gases lacrimógenos a los osados colegiales, que en la puerta principal gritaban consignas contra el mandatario.
Emplazados en la azotea de la Cancillería, los amotinados se aliaron con los estudiantes, lanzando granadas de gas lacrimógeno, actitud que engendró la reacción de militares que después de gritar arengas de guerra se dispusieron a tomar la convulsionada plaza capitalina.
Ninguna fuente gubernamental o de los organismos de seguridad hizo un balance oficial de la violencia, sin precedentes desde el último cruento golpe militar en julio de 1980, cuando el entonces comandante del Ejército, Luis García Meza, derrocó a la presidente Lidia Gueiler.
Tras los enfrentamientos, el principal líder de la oposición, el diputado indígena Evo Morales, exigió la renuncia de Sánchez de Lozada, a quien acusó de "dictador".
El jefe de Estado, un empresario de 72 años, ganó a Morales en junio una estrecha elección que se dilucidó con una votación en el Congreso.

Rumores del golpe y pedido de renuncia al presidente

La Paz (Télam-ANSA).- El líder de los productores de coca y de la oposición política, Evo Morales, demandó ayer la renuncia del presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, tras los enfrentamientos de ayer.
La renuncia del mandatario boliviano "debe producirse a pesar de que revoque sus impopulares medidas, sólo por el hecho de haber causado tanto dolor y luto al pueblo boliviano", sostuvo Morales.
Morales convocó simultáneamente a los campesinos del país a que bloqueen las carreteras y los accesos a las ciudades, a partir de hoy, como parte de "la resistencia civil contra Goni", dijo, refiriéndose al apodo popular que recibe el mandatario boliviano. El pronunciamiento del líder político siguió a otro de la sindical Central Obrera Bolivia (COB), que convocó a un paro nacional con movilizaciones para hoy.
La Central Obrera había afirmado poco antes que apoyaría un eventual golpe institucional contra el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, después de exigirle la renuncia
Consultado sobre un eventual apoyo de la COB a un golpe de Estado, el principal dirigente de la central obrera, Saturnino Mallcu afirmó que "si se da en esa dirección, por qué no vamos a apoyar", aunque aclaró que "con un cambio de modelo económico y no el mismo para que vuelva a entrar la misma gente".
"Si hay necesidad de cambiar a este gobierno hay que hacerlo por otro que no responda a otro modelo ni al sistema, sino que responda de una vez por todas a la problemática estructural del pueblo boliviano", afirmó Mallcu.

   
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