Viernes 7 de febrero de 2003 | ||
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Las listas ponen calor a la política rionegrina |
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El Humanista, sin internas. Arriaga las está evitando. El PJ, en esta materia, es un remolino. En la UCR se negocia |
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Descarnada en algunos casos. Solapada, pero no por ello menos virulenta, en otros. En estos términos está instalándose en la política rionegrina uno de sus infiernos más desaforados: la lucha por cargos electivos. Y no es poco lo que está en juego en materia de espacios de poder. Porque este año independientemente de las elecciones para presidente de la Nación y gobernador, los rionegrinos elegirán diputados nacionales, legisladores provinciales, intendentes y concejales. Una batería de sillas y sillones sobre los cuales se centran ambiciones y expectativas que no se dejan entre sí un palmo de ventaja en la lucha por llegar. Y ahí, en esa carrera, se orilla el vale todo. Muy pocas fuerzas se sustraen de ese escenario. Una, el Partido Humanista, al cual le es ajeno todo atisbo de interna para elegir sus hombres. Otra, el Frente Grande que lidera Julio Arriaga, su candidato a gobernador. Sólo en un punto Arriaga parece destinado a tener que frenar la interna: la elección del candidato a intendente que lo sucederá en la comuna de Cipolletti. Ahí, dos de sus principales alfiles -Alberto Weretilneck y Fabián Gatti- aspiran al cargo. Arriaga no quiere que diriman quién es quién vía las urnas. No tamiza un proceso de esa naturaleza como expresión necesaria para los intereses políticos de la fuerza que conduce. Lo resiste desde una necesidad política muy concreta: está convencido de que será el próximo gobernador de Río Negro. Conclusión: quiere transitar ese trayecto ajeno a que en sus huestes haya bolsones de los heridos que son propios de las internas. En medios políticos se señala que Arriaga ya tiene decidido quién será su hombre para la comuna. Pero lo mantiene en reserva hasta tanto hable con el otro alfil, o sea el que debe bajarse del pescante. Y también se descuenta que será ímproba la tarea de Arriaga para seducir a Gatti para que resigne aspiraciones. Y antes del lunes, Arriaga deberá tener en línea al candidato del Frente para la intendencia de El Bolsón. Ese día cierra la presentación de listas para la elección -en abril- de jefe comunal. A la zaga de una línea de pensamiento y decisión que hace tiempo ya tomó forma en Arriaga, su candidato para El Bolsón será un empresario. Al menos eso ha deslizado. En el peronismo, en tanto, y como corresponde a su naturaleza como fuerza política, la lucha por los espacios de poder tiene perfiles duros. Arrastrando la dramática experiencia de ver por años su poder carcomido por el internismo, hoy existe en el partido un significativo consenso por evitar en lo posible la reinstalación de procesos de esa naturaleza. Munidos de ese paradigma, el candidato a gobernador Carlos Soria y quien fue uno de sus rivales en la colisión por ese cargo pero hoy es uno de sus principales respaldos-Juan Carlos Del Bello-, atan cabos y enlazan intereses para conformar listas. Nada le resulta fácil, claro está. Pero no es menos cierto que avanzan en la dirección deseada. La carta de navegación con que se mueven le dice que el escollo principal se está erigiendo en Bariloche. Ahí, de la mano del diputado nacional Carlos Larreguy, quien también dio batalla por la candidatura a gobernador, toman forma las aspiraciones de uno de los hombres más polémicos del peronismo rionegrino: el sindicalista Ovidio Zúñiga. Con una imagen deteriorada ante la opinión pública debido a estilos y formas de ejercer el poder, así como también bajo sospecha de decisiones de compleja trama, Zúñiga deja a fin de año la banca que tiene en la cámara baja. A partir de una necesidad objetiva de mantenerse en el esquema del poder político rionegrino, ahora quiere un sillón en la Legislatura provincial. Consustanciado con Larreguy en el proyecto "Menem 2003", ambos presionan sobre Soria: "Hoy hay banca, o hay interna", es, en síntesis, la matriz de lo que plantean. La presión se ejerce para un sitio en la lista sábana, ese sitio de 19 bancas donde los partidos esconden todo lo impresentable que tienen en materia de dirigentes con ambiciones. De otra forma, Zúñiga difícilmente pueda intentar volver a la diputación. Soria no ignora el desgaste que puede infligirle al PJ el sostener la candidatura de Zúñiga. Es más, siente por éste el mismo afecto que Margaret Thatcher sintió por Fortunado Galtieri. -Si tuviera en cuenta ese daño, le diría no a Ovidio. Pero tampoco quiere que una interna entre dos listas sábana destartale la unidad que va logrando el PJ -se señaló a este diario desde el peronismo. Dejando al justicialismo y mirando al radicalismo rionegrino, se encuentra con que en materia de organizar intereses y canalizarlos, hay mucho para andar hasta que se diga que las aguas están calmas. El veranismo ejerce un poder férreo sobre el conjunto del gobierno y de la orgánica del partido. Tras el papelón vía el cual se derrumbó en noviembre/diciembre el poder del no veranismo, el veranismo está en condiciones de imponer criterios-frontera adentro de la fuerza. Pero como columna vertebral de gobierno y partido, sabe que la elección general y el resto de las urnas por llegar, no serán huesos fáciles de roer. Conclusión veranista: hay que cohesionar el radicalismo. Con la mira en ese objetivo, por estos días ofrece al no veranismo lo que éste jamás creyó poder lograr tras la defunción de mucho de su poder: el 30/35 por ciento de los espacios en las listas para cargos electivos. Magullado por las luchas intestinas, el vicegobernador Bautista Mendioroz, máximo líder no veranista, se encuentra de golpe con que puede seguir en la Legislatura tanto como diputado por la sábana como desde la presidencia del bloque. Claro, también planteó exigencias a lo largo de las negociaciones que lleva adelante con el propio gobernador Pablo Verani. Una de ellas hace al destino que en el esquema de poder que ambos dibujan, se merece otro de los líderes del no veranismo: el legislador y ex ministro de Gobierno y ex intendente de Viedma, Fernando Chironi. El y Mendioroz tocan en la misma sintonía. Pero Chironi y el veranismo se propinan iguales dosis de desprecio. El primero fustiga con dureza la aspiración más permanente que tiene el veranismo: la búsqueda de la hegemonía en la toma de decisiones. Y además, Chironi no está dispuesto a ceder un palmo en las investigaciones que lidera sobre presunta corrupción por parte de funcionarios del veranismo. Mendioroz ha planteado la necesidad de la primera diputación nacional para Chironi. Pero el veranismo tiembla cuando piensa en el costo de aceptar el pedido. ¿Por qué? Porque implica decirle a Marta Milesi, titular del partido y veranista ortodoxa, que no busque la reelección como diputada nacional. Un pedido que nadie se anima a formular. Durán disimula, pero... CIPOLLETTI (AC).- Es evidente que a Salvador Durán lo tentó la propuesta que le hizo Carlos Soria. Y no lo disimula. Pero hasta ahora asegura no haber tomado una decisión sobre si aceptará o no ser el candidato a vicegobernador por el justicialismo. |
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