Miércoles 5 de febrero de 2003
 

Minería metalífera:
una oportunidad histórica

 

Por Héctor Velázquez Alvarez (*)

  Aludiendo a un reconocido pensador quien sostenía que "La dignidad del hombre requiere la defensa de la verdad, no sólo de un modo teórico sino en términos concretos, por eso desapruebo toda forma de manipulación o de verdades a medias, que son siempre la peor manera de falsearlas y deformarlas", he querido sostener -como siempre he defendido- la definición de un proyecto minero nacional. Y permítanme decirles que tengo muchas razones para hacerlo, porque en definitiva ésa en algún momento habrá de representar nuestra convicción y nuestro desafío, una Argentina con un claro perfil minero y un profundo sentido nacional. ¡Sí...se puede!
Lo primero que quisiera establecer es que con el soporte de toda la información que se disponía en esos momentos y en el contexto de intereses asociados sólo con la gran minería, en 1981 se dio inicio desde Chile a un conjunto de iniciativas destinadas a evaluar desde un punto de vista geológico la cordillera de los Andes.
Esta iniciativa permitió sostener que el entorno geográfico cordillerano argentino-chileno respondía en toda su acepción a lo que se define como una "provincia geológica" (los patrones geológico-mineros son comunes a ambos países) y permitió concluir como corolario técnico de esta propia valoración, que por una suerte de continuidad geológica-estructural gran parte de lo que desde el punto de vista minero metalífero se ha materializado como desarrollo minero por el lado chileno; con similares características deberían proyectarse y esperarse por el lado argentino.
Esto es lo que efectivamente permitió:
a) Configurar a estas conclusiones en la viga maestra del Tratado Minero suscrito con Chile. b) La incorporación del Protocolo Minero al Acuerdo de Integración Argentino-Chileno. c) El reconocimiento de la enorme importancia económica y potencial asignada al recurso minero de parte de los grandes capitales de inversión y finalmente d) el reconocimiento por parte de todos los ámbitos mineros en el mundo, en cuanto a que la República Argentina representa en la actualidad el único país que cuenta con la objetiva posibilidad de proyectar la actividad minera metalífera como una actividad económica-país, básica y estructural.
Es decir, la oportunidad de adicionar la condición de "país minero" a su histórica condición de país agrícola-ganadero, representa para la Argentina un privilegio con el que ninguna nación en el mundo cuenta en la actualidad. Esto es definitivamente lo que debe constituir el centro y eje de toda discusión en relación con nuestro emblemático tema minero.

Minería y gobierno

Cuando por el imperio del carácter de economía básica y estructural que debe atribuírsele a la actividad minera se asume la decisión política de impulsar un efectivo desarrollo minero, éste debe propender al desarrollo económico productivo de todos sus sectores y en particular los vinculados con la mediana y pequeña minería y la minería artesanal, por representar éstos los segmentos productivos que más beneficios y en la forma más palpable, desde la minería, les reportan a un país. Esto es una declaración de principios de un verdadero proyecto minero nacional.
Por esto, cuando se pierden de vista estos principios y se estimula sólo el desarrollo selectivo de los grandes emprendimientos mineros, tal cual se ha hecho en algo más de la última década, se trastrocan los intereses que deben defenderse como nación y se pierde no sólo el norte, sino las posibilidades y las oportunidades.
Nadie puede desconocer razonablemente que se ha perdido en este contexto:
1- La oportunidad de haber adoptado en el marco de un plan de gobierno sustentado en una estrategia de crecimiento económico provincial, una inmediata "decisión política" cuyo horizonte debió ser orientado a sentar las bases de un efectivo desarrollo de la actividad minera metalífera de la pequeña minería y minería artesanal y por inducción, de una parte muy sustantiva de la actividad minera no metalífera. 2- La oportunidad para que a partir de la enorme necesidad de propuestas generadoras de actividad productiva existente se consolidara el desarrollo de la actividad minera metalífera como una efectiva estrategia de crecimiento y desarrollo en todas las provincias del oeste, donde el recurso minero reconoce un objetivo interés económico potencial. 3- La oportunidad para que respecto de estas provincias y en particular de Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja y San Juan, esta circunstancia se hubiera materializado como una extraordinaria herramienta para proyectar a la actividad minera como un polo económico productivo que no sólo sea capaz de imprimirles una identidad económica propia y distintiva, sino que fundamentalmente las dote de un efectivo liderazgo económico regional que nunca han tenido (presencia minera).
4- La posibilidad de que a partir de una decisión que habría sido histórica, la Argentina hubiera comenzado a delinear un claro, definido y sostenido perfil minero y de comenzar a ser reconocida y respetada como un incipiente Nación minera.

Nuestro recurso minero aurífero

Como resultado de las exploraciones desarrolladas por un importante número de empresas extranjeras, que abarcan no más del 30% de la superficie del país que reviste una potencial importancia minera, se ha podido ir concluyendo lo siguiente:
Que si se consideran los depósitos de minerales detectados como portadores de oro solamente, las reservas de oro evaluadas a diciembre del 2001 ya alcanzaban las 2.300 toneladas.
Que si se considera que una vez concluidos los informes técnicos, estas reservas de oro se incrementen en algo más de 1.000 toneladas, en estas condiciones se aproximarán a las 3.500 toneladas, que representarán:
a) Alrededor de los 40.000.000.000 u$s (cuarenta mil millones de dólares). b) Aproximadamente el 4% de las reservas mundiales de oro, estimadas en alrededor de las 100.000 toneladas. c) Alrededor del 40% de las reservas de oro de los EE. UU. o Brasil, que se posicionan en alrededor del 9% de las reservas mundiales.
Todo esto, en un contexto de análisis que al hacer referencia sólo al oro permite también una deliberada abstracción de la existencia de nuestros yacimientos de cobre, plata, plomo, hierro, plomo, platino, iridio, etc. o de estos metales como subproductos asociados a depósitos de mineral.
También se hace imprescindible no olvidar que estamos haciendo alusión a estudios de evaluación que sólo se relacionan con proyectos de gran minería y que éstos sólo se vinculan con el 30% de la superficie potencialmente del país.
Tampoco se ha hecho alusión a nuestro carbón y, menos aún, a la existencia de un recurso minero no metalífero (calizas, dolomitas, cuarzo, bentonitas, etc.) que, contrariamente a lo que ocurre con todos los demás países con los cuales se comparte la cordillera de los Andes, es en la Argentina donde reconocidamente se encuentran en mayor cantidad y calidad.

Por qué defender lo nacional

1.- Porque todos los antecedentes muestran con palmaria claridad que para sentar las bases y despegue de la mediana y gran minería lo que se requiere imperativamente es el desarrollo vigoroso de la pequeña minería y la minería artesanal. 2.- Porque, como lo demuestra la "historia minera", no existe la posibilidad de que a partir de un desarrollo de gran minería por un efecto de arrastre pueda darse un desarrollo de la pequeña minería. Esta posibilidad no existe y taxativamente no es posible. 3- Porque el único camino que asegura y garantiza la efectiva consolidación de una industria minera nacional pasa inexorablemente por el desarrollo de la mediana, la pequeña y la minería artesanal. Esto es lo que define indesmentiblemente a un proyecto minero nacional. 4- Porque estos estamentos mineros vivencian y caracterizan una actividad económica productiva que, por muy modesta y pequeña que sea, jamás dejará de ser la más importante para un país y para un proyecto de Nación.

Pequeña minería

1.- La pequeña minería representa una actividad productiva que en todo concepto se encuentra vinculada con las pymes y desde esa perspectiva, como se reconoce universalmente, constituye una fuente innata de generación de empleo y desarrollo.
2- Encarna una de las pocas actividades que sin perder sus legítimos horizontes económicos está imbuida de un componente social, por su tendencia a nutrirse de un "perfil de trabajador" que por circunstancias asociadas a su edad, falta de escolaridad, etc. se les han cerrado las posibilidades para acceder a un trabajo digno.
3- Representa una actividad donde todos los recursos invertidos y percibidos en cualquier concepto, por el solo imperio de sus procesos productivos, quedan íntegramente incorporados al circuito económico del entorno poblacional, departamental, provincial y regional.
4.- Cualquier proyecto de pequeña minería metalífera produce una inmediata reactivación de la actividad vinculada con la pequeña minería no metálica y sienta sólidas bases para un desarrollo de la mediana minería.
Tal es así que un muy modesto proceso mina-planta de concentración produce una inmediata reactivación del sector calero a través del suministro de cales de regulación del medio de flotación o lixiviación y el posterior proceso de refinación y fundición, produce una inmediata reactivación de los suministros que participan como fundentes en los procesos respectivos.
5.- Todos los proyectos productivos de pequeña minería pueden ser concebidos sobre un valor de leyes del mineral que sean capaces de sostenerse económicamente, sobre la base del valor mínimo e histórico que reconocen los metales. Sólo de esta forma se pueden superar las dificultades asociadas con las fluctuaciones que experimenta el mercado internacional y se capitaliza en beneficio del país y su futuro, la ventaja comparativa que surge de la realidad de una actividad que debe ser considerada como virgen o muy incipiente.
Este concepto destruye a quienes se resisten a aceptar que la consolidación de una pequeña minería, vigorosa y empresaria, económica y sustentable, sí es posible y se resisten a asumir que éste y no otro debe constituirse en un tema de debate.

Programa de desarrollo minero

1- Ante las dificultades que impone la crisis, debe ser capaz de redefinir una visión minera que en los últimos años ha orientado todos sus esfuerzos a favorecer el desarrollo selectivo de emprendimientos vinculados sólo con la gran minería.
2- Sobre la base de dicha redefinición, debe plantearse como norte el objetivo desarrollo de todos los estamentos que configuran la actividad minera y, en especial, el desarrollo productivo de la mediana, pequeña y minería metalífera artesanal.
3- Debe simbolizar un programa responsable y realista que represente una apuesta al trabajo y a la convicción de que sólo a través de los esfuerzos debidamente estructurados y planificados es posible generar actividad productiva, construir futuro y proyectar bienestar.
4- Debe encarnar un programa desburocratizado y operativo, que bajo ninguna consideración debe contemplar la entrega de recursos en efectivo, sino la ejecución de trabajos y obras mineras vinculadas con la geología - minería, entregadas en concepto de desarrollo minero en el sector de la mina, en terreno y en el cerro.
5-Debe representar un programa técnico, profesional y realista que a los efectos de cautelar los esfuerzos económicos y el de sus objetivos privilegie imperativamente los contralores de gestión, institucionalizando la probidad y eficiencia.
6- Debe simbolizar un programa cuyo norte sea la consolidación de una mediana y pequeña minería y minería artesanal vigorosa y empresaria e, irrenunciablemente, económica y sustentable.
7-Bajo ninguna condición debe crear nuevos organismos, dependencias técnicas-administrativas, ni más incorporaciones del personal técnico-profesional que los que hasta hoy revisten los organismos de gobierno, porque este programa a lo que debe apelar imperativamente es a que todo el enorme potencial humano, técnico, profesional y de infraestructura minera que existe se ponga en actividad y lo haga con vistas a generar futuro y bienestar. Un programa que haga que todos, absolutamente todos los elementos activos de la actividad minera, se comprometan a ejercer la minería con vistas a construir futuro y bienestar y a impulsar sin pausas una industria minera y un proyecto minero nacional.

(*) Ingeniero de minas
argenmin@hotmail.com
     
     
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