Viernes 28 de febrero de 2003

 

Para Gendarmería el caso Del Frari "está cerrado"

 

Los peritos le dieron identidad a una huella con sangre que encontraron en la puerta del consultorio. Aseguran que pertenece a Enzo Pérez, el preso que fue asesinado. Creen que actuó solo.

 
El comandante Maggiolo estuvo en la comisaría judicial de Cipolletti y luego fue a Roca a entregarle el informe final al juez.
CIPOLLETTI (AC).- Para los peritos de Gendarmería Nacional el caso Del Frari está cerrado. Ayer le entregaron al juez Juan Torres el informe final del trabajo que realizaron en el consultorio de la kinesióloga, donde le dieron el nombre y apellido del hombre que consideran autor material del hecho: Enzo Pérez. Para ellos no hay duda de que una huella con sangre hallada en el picaporte de una puerta que da al consultorio de la víctima, pertenece al preso que fue ultimado el año pasado en la alcaidía de Roca.
Otros dos rastros que estaban en el baño (lugar donde comenzó la bestial agresión hacia Del Frari) también fueron atribuidos a este joven de 29 años.
El comandante Rolando Maggiolo, jefe del grupo de peritos, le llevó ayer al juez las conclusiones de las pericias que realizó junto a su equipo en agosto del año pasado. De un total de 23 rastros levantados en la escena del crimen, lograron estudiar 16 e identificar a 4 personas.
En el lugar, dijo Maggiolo, había huellas de la propia víctima, del marido de la mujer (que fue el que encontró el cuerpo), de un bombero que actuó en un primer momento y de Enzo Pérez.
Las improntas más contundentes habían sido encontradas al principio de la investigación por la policía rionegrina. Ambas estaban con sangre y eran de personas distintas que no habían podido ser identificadas.
En base al trabajo efectuado por Gendarmería Nacional se pudo determinar que una de estas huellas, que "estaba en el picaporte, del lado interno de la puerta que da al consultorio" pertenecía a Pérez. La otra, que también estaba en el picaporte, era de uno de los bomberos que ayudó en un primer momento.
"La huella de Pérez es muy clara. Tiene 12 puntos característicos (se requieren 9 como mínimo para dar identidad humana) y es irrefutable", le dijo Maggiolo ayer a "Río Negro".
El rastro del bombero generó confusión entre los investigadores. Creían que se trataba de una segunda persona que había ingresado al lugar "para cerciorarse" de que Del Frari terminara su agonía. Pero no era así, se confirmó.
La hipótesis que tienen es que Pérez se presentó en el consultorio como plomero para arreglar el depósito del inodoro del baño que estaba roto. Estiman que condujo hasta allí a la kinesióloga y que, sin utilizar guantes, comenzó un ataque bestial. Primero con golpes y luego con un cuchillo.
Del Frari intentó defenderse, pero fue en vano. El asesino -que actuó solo- la siguió atacando incluso en un pasillo aledaño donde la abandonó en estado de agonía.
"Para nosotros el responsable es Enzo Pérez. Indentificamos a la persona que faltaba", enfatizó Maggiolo.
Los otros dos rastros que se le atribuyen a Pérez estaban "alrededor del depósito de agua".
No se sabe si Del Frari había convocado a Pérez para que arreglara el baño o si el el hombre se presentó recién en ese fatal momento.
El jefe de peritos de Gendarmería dijo que el estudio lo hicieron en base a unas ocho fichas entre los sospechosos y las personas que había que descartar en el cotejo de huellas.
También analizaron algunos rastros de sangre hallados en el piso y en las paredes y determinaron que los mismos pertenecían a la víctima. "No había sangre de otra persona", afirmó Maggiolo. La huella que atribuyen a Pérez se plasmó en el picaporte con sangre de Del Frari.
Los peritos Javier Desideri, Jorge Obregón, Jesús González y Omar Fernández, comandados por Maggiolo, fueron los que trabajaron en las pericias que permitieron darle por primera vez el nombre al presunto autor del crimen. Sin embargo el juez Torres no podrá indagarlo.
Pérez fue víctima de atroces vejámenes en la alcaidía de Roca en abril del año pasado cuando fue detenido por atacar a una odontóloga y a su hija de 15 años. Si bien en ese momento se habló de su presunta vinculación con el caso Del Frari, nunca pudo enterarse de esta acusación ni defenderse porque ya para entonces estaba en estado de coma y murió al poco tiempo. Ahora las huellas lo comprometen directamente en el crimen.

"Es sugestivo", asegura el abogado de Pérez

CIPOLLETTI (AC).- "Me resulta sumamente sugestivo que a un año y medio del repudiable crimen de Del Frari aparezca esta huella que le atribuyen a un preso que no puede defenderse", dijo ayer Carlos Gadano, abogado de la familia de Enzo Pérez.
Gadano no interviene en la causa de la kinesióloga sino en la que se inició a partir de los vejámenes y agresiones que sufrió Pérez en la alcaidía de Roca. Esta causa aún sigue abierta, pero no tiene ningún responsable. Los mismos presos hicieron "un pacto de silencio" tras la muerte de Pérez y por eso la investigación es mucho más lenta, explicó el abogado.
El juez Emilio Stadler dispuso algunas medidas para avanzar en la búsqueda de datos y también desde la familia se hicieron algunos pedidos concretos. "La causa no está cerrada ni mucho menos", enfatizó Gadano.
Ayer "Río Negro" intentó hablar con los padres del hombre que según Gendarmería atacó a la kinesióloga Diana Del Frari en agosto de 2001, pero prefirieron dejar a su abogado que hiciera los comentarios por ellos. "Que él se encargue de todo", dijo la mamá de Pérez.
Gadano mencionó luego que el lunes se reunirá con los familiares del hombre asesinado, a quien nunca alcanzó a conocer.
"No tengo ningún dato de la causa de Del Frari. Veremos con la familia qué se puede hacer", mencionó.
Dijo que sus clientes siempre consideraron a Pérez "una persona tranquila, que no tenía problemas con nadie" y por eso no creen que haya participado en el ataque a la odontóloga y a su hija de 15 años (hecho por el cual fue detenido y alojado en la alcaidía en abril del año pasado) ni ahora en el caso de la kinesióloga.

Intervendrán también en la causa de Ana Zerdán

CIPOLLETTI (AC).- Primero trabajaron en la masacre del laboratorio, luego en el caso Del Frari y ahora fueron convocados también para investigar la muerte de Ana Zerdán.
El juez Juan Torres le entregó ayer al comandante Rolando Maggiolo una huella encontrada en el interior del laboratorio donde fue ultimada la bioquímica para que su equipo de peritos trate de realizar algún aporte a este expediente.
En este caso, los gendarmes no levantaron huellas en el lugar del hecho porque el edificio del crimen ya no estaba bajo custodia cuando vinieron el año pasado por los otros homicidios.
Torres les pidió que realizaran un estudio "de una huella que presenta ciertas características en sangre que hay que determinar".
Utilizarán para ello el microscopio de barrido electrónico.
"Todo lo que podamos hacer sobre esa huella lo vamos a hacer", dijo Maggiolo.
No se llevan en esta oportunidad fichas de sospechosos porque se trata de averiguar "tres o cuatro puntos de pericias que ayudarían a los investigadores de la Policía rionegrina a mejorar su trabajo", comentó.
   
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