Miércoles 26 de febrero de 2003

 

No le creen al padre del bebé golpeado

 

En su indagatoria, el hombre se declaró inocente, pero los investigadores desconfían.

  NEUQUEN (AN).- El padre del bebé maltratado negó ante la justicia ser el autor de la paliza que puso al borde de la muerte a su hijo de 57 días de vida. Sin embargo, la versión que ofreció en su declaración indagatoria no dejó conformes a los investigadores, quienes siguen considerándolo el principal sospechoso.
Según fuentes judiciales consultadas por "Río Negro", el padre del bebé -cuya identidad no se publica por razones legales- dijo en su declaración que el 29 de enero pasado su hijo se ahogó mientras tomaba la mamadera. Por esa razón lo alzó tomándolo con sus manos por debajo de las axilas y le presionó el pecho con los dedos pulgares.
El bebé presenta, entre otras gravísimas lesiones, fractura de clavícula. Según su padre, pudo producirse con esa acción que él ejerció sin intención de lastimarlo. Pero a los investigadores les llamó la atención que si el chico estaba ahogado, no lo hubiera puesto boca abajo como indica la lógica para esos casos. El hombre de 29 años no es un padre primerizo ya que tiene otros dos hijos y se supone que debería saber cómo manejar una situación de ese tipo.
El imputado añadió que como su hijo seguía sofocado lo puso bajo una canilla para mojarlo con agua, y que allí pudo golpearse la cabeza. Según los médicos, el bebé presenta un hundimiento de cráneo que lo sumió en un estado de coma del cual despertó 13 días después aunque con parálisis cerebral por la muerte de numerosas neuronas.
Las fuentes consultadas por "Río Negro" señalaron que las lesiones en el cráneo no son compatibles con un golpe contra una canilla. Añadieron que las fracturas en las costillas que también sufrió el bebé tampoco se compadecen con un "apretón", sino que serían producto de un choque contra un objeto contundente.
El juez Daniel Geloni, quien indagó al sospechoso el lunes, tiene diez días para resolver su situación. Puede procesarlo, dictarle falta de mérito o sobreseerlo. En el primero de los casos, podría acusarlo de "tentativa de homicidio calificado" o de "lesiones gravísimas".
Las pruebas en contra del detenido serían numerosas. Hasta su propia esposa habría admitido, después de negarlo muchas veces, que ella también era víctima de golpes y maltratos incluso durante el embarazo. Y alguien muy allegado a la familia lo habría ratificado.
Por otra parte, se logró determinar que nadie más frecuentaba la vivienda ni se ocupaba del bebé mientras la madre salía a trabajar. La pareja no tenía amistades ni parientes que los visitaran. Y el día que ocurrió la supuesta sofocación del recién nacido, sólo su padre estaba en la casa. Los investigadores tratan de establecer además por qué el imputado había focalizado su presunta agresividad contra ese bebé. Sus otros dos hijos no habrían sufrido maltratos, y su talla y peso son normales para la edad.
Una posibilidad es que el hombre se haya vuelto agresivo a partir de la pérdida de su trabajo, lo cual ocurrió casi en forma contemporánea con el embarazo de su esposa. Sin embargo ambos integrantes de la pareja aseguraron que buscaron el bebé porque deseaban tener otro hijo.
Este caso de presunta violencia familiar salió a la luz cuando los padres llevaron al bebé al hospital Castro Rendón. El hombre fue detenido el sábado pasado y la madre está todo el día junto a su hijo internado.
   
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