Domingo 23 de febrero de 2003

 

Los asaltaron dos veces en apenas cinco horas

 

La víctima es un matrimonio de Plottier que tienen un quiosco en el centro. Les pidieron que reconozcan a unos demorados y los pusieron frente a frente.

  PLOTTIER (AN).- "Parece que los delincuentes se ensañaron con nosotros. Ya no se puede trabajar, y menos vivir así". La amargura desdibuja el rostro de la comerciante Liliana Gutiérrez cuando recuerda lo sucedido entre la noche del viernes y la madrugada de ayer.
Todo comenzó pasadas las 22.15 del viernes, mientras atendía junto a su hija de 10 años su quiosco, ubicado en plena avenida San Martín a pasos de la municipalidad de Plottier y a escasos 300 metros de la comisaría Séptima.
Tres delincuentes armados y a cara descubierta irrumpieron en el lugar, redujeron a la mujer y a la pequeña Aixa a punta de pistola y se llevaron todo el dinero.
Pero todo no terminó allí, ya que en plena huida a uno de los malvivientes se le escapó un disparo que pasó a milímetros del cuerpo de Liliana. "Gracias a Dios el tiro pegó en la caja registradora y no me dio a mí", dijo la tarde la mujer.
Como si esto fuera poco, entre las 3 y las 4 de ayer, tres malvivientes destruyeron la vidriera principal del comercio y se llevaron mercadería del local. Lo que no se sabe es si fueron los mismos que habían dado el golpe anterior. En apenas cinco horas Liliana y su esposo José Giménez sufrieron dos asaltos, lo que da la pauta de la inseguridad que golpea las calles de la vecina ciudad.
Liliana se mostró sumamente indignada con el accionar de la policía local. Contó que luego del primer atraco dos efectivos arribaron a su comercio para levantar los primeros testimonios. Fue allí que a uno de ellos se lo alertó que fuera del local se encontraba tirado un cuchillo que había sido utilizado para dar el golpe.
"El policía no le dio importancia, y un par de minutos después alguien se lo llevó. Le robaron una evidencia. Es una verdadera verguenza", manifestó molesta.
Pero todo no terminó allí. A la 1.30 de ayer Liliana recibió un llamado de la comisaría Séptima informandole que había varios demorados y que debía concurrir a una rueda de reconocimiento. La mujer junto a su hija se acercaron hasta la dependencia policial y se cruzaron de frente, en pleno pasillo, con todos los sospechosos. Finalmente ninguno de ellos quedó detenido.
"Es una barbaridad que nos hayan echo reconocer a los demorados de esta forma. Cualquiera de esos hombres pudo haber sido los que después nos rompieron la vidriera para robarnos", se quejó. Es que un par de horas después de salir de la comisaría, el matrimonio Gutiérrez sufrió el segundo atraco. Sospechan que se desencadenó luego de la "vergonzosa" y desprolija rueda de reconocimiento. Una especie de venganza.
José y Liliana están hartos de la inseguridad que los ha tomado como blanco predilecto. Dicen que viven con temor, sobre todo por lo que le puede llegar a pasar.
   
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