Jueves 20 de febrero de 2003

 

El millonario venezolano será examinado en su casa por el forense

 
  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El precario estado de salud del empresario venezolano imputado en el abuso sexual de varias menores, obligará al psicólogo forense Oscar Benítez a concurrir a su domicilio para realizarle el examen mental de rigor.
La excepción está justificada por el informe que elaboró el médico forense Didier Le Chavalier de La Sauzaye, a raíz de la inasistencia del sospechoso, Eduardo Pius Schlageter Boulton, que debía concurrir el gabinete médico forense el pasado 12 de febrero.
En esa oportunidad, el profesional acudió al domicilio del empresario en compañía del juez Gregor Joos, que investiga los hechos denunciados, y de su secretario Ricardo Calcagno.
Durante esa visita, tanto el forense como el magistrado habrían verificado los graves problemas de salud que afectan al sospechoso, y ahora el juez habría determinado la conveniencia de que Benítez realice la pericia psicológica en la vivienda de Eduardo Schlageter. Sin embargo, la obligación de concurrir al despacho del profesional para la realización del examen mental obedece a algo más que la simple comodidad del psicólogo: tiene por objeto que el entrevistado brinde la información que le requieren, apartado del ámbito de su pertenencia, donde podría sentirse más seguro para elaborar estratégicas respuestas.
Schlageter es un empresario venezolano de 71 años que visita la ciudad desde comienzos de la década del 70", y posee una importante propiedad designada como "La Vikinga", que está ubicada entre el kilómetro 17,600 de la avenida Bustillo y el Lago Nahuel Huapi. En esa vivienda pasó casi todos los veranos durante los últimos veinte años, y su estancia en Bariloche fue similar a la muchos vecinos de su condición, hasta que el 1 de febrero fue sindicado como autor de un número importante de abusos sexuales.
Entre otros supuestos, el Código Procesal establece la obligatoriedad del examen mental cuando el imputado sea menor de 18 o mayor de 70 años, o cuando fuere sordomudo o el delito que le atribuyen esté reprimido con pena no menor de 10 años.
En estos casos, el psicólogo forense que realiza la entrevista actúa de manera neutral y se limita al establecimiento de las cuestiones que le planteó el juez de instrucción, sin leer o tomar conocimiento de las constancias del expediente.
En esta causa, el interés del magistrado apuntaría a establecer el perfil psicológico y las inclinaciones sexológicas del imputado, pero el psicólogo no puede emitir juicios de valor sobre su presunta responsabilidad en un hecho determinado.
   
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