Viernes 7 de febrero de 2003

 

Desvalijaron una casa, pero los apresaron
 

Un vecino y un taxista roquense permitieron demorar a tres menores
  ROCA (AR).- La oportuna llamada de un vecino al Comando Radioeléctrico, y la modulación a su base de un taxista que sospechó que estaba ocurriendo algo raro, permitió la detención de tres menores de edad que acababan de desvalijar una vivienda en barrio Modelo de Roca. Entre prendas de vestir, electrodomésticos, elementos de computación, dinero y joyas, los investigadores creen que el botín ascendía a más de cinco mil pesos.
Los detenidos, cuyas edades son cercanas a los 13 años y que son ampliamente conocidos por los uniformados por sus constantes reincidencias, fueron entregados a sus progenitores a los pocas horas.
El robo se produjo ayer a las 19.40 en una casa ubicada en Mitre y Rosario de Santa Fe. Hasta allí llegó un taxista, a quien le pidieron que pare unos metros más adelante de la casa en cuestión, y que es propiedad de Paula Ayude.
Luego le indicaron que diera una vuelta y que regrese a la casa, lo que al chofer de la empresa Flota Uno le llamó la atención.
Los jóvenes bajaron y unos minutos más tarde empezaron a cargar cosas. Esto fue advertido por un vecino y por el taxista, que en cuanto pudo avisó a la base.
Al lugar llegaron varios bicipolicías y móviles de la comisaría Tercera.
Los jóvenes intentaron emprender la huida, pero fueron atrapados a las pocas cuadras. En su poder se encontraron joyas de oro y plata, aproximadamente 300 pesos en efectivo y otros elementos menores.
Sin embargo, lo más costoso estaba dentro del taxi, ya que los delincuentes habían cargado un CPU, un monitor, una costosa cámara fotográfica, una videocasetera, una agenda electrónica, y numerosos electrodomésticos.
Además, hallaron varios bolsos con prendas de vestir, cuyo valor superaría los 1.500 pesos, trascendió.
Para dar el golpe, los menores habrían estado controlando los movimientos en la vivienda, y aprovecharon cuando la dueña de casa abandonó el lugar momentáneamente.
Anoche se trataba de establecer el lugar por donde habían ingresado, ya que dos ventanas, una de la planta baja y otra del primer piso, se encontraban forzadas.
Desde la comisaría se valoró la actitud del vecino y del taxista, al avisar lo que ocurría.
   
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