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Martes 4 de febrero de 2003 | ||
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Un joven y su suegro se batieron a "duelo criollo" |
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Ocurrió en Centenario y ambos murieron en el hospital pasada la medianoche. Las peleas entre ellos eran habituales |
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Según indicaron fuentes policiales, ambos hombres fallecieron entre las 0.15 y 0.30 de ayer en el hospital Castro Rendón, donde fueron trasladados de urgencia tras una pelea a cuchillo que terminó en plena calle en la intersección de Gabriela Mistral y la arteria bautizada "Sin tierra y sin techo" en el extremo oeste del barrio Trahun Hue. Presumiblemente, la pelea habría comenzado en la casa de Mario Lincopán Milla, de unos 63 años, que vivía en la misma calle y a sólo dos casas de distancia de la vivienda habitada por su hija y Carlos Peralta. Por razones que se tratan de establecer, Peralta y Lincopán se trenzaron en una dura pelea -con cuchillos en mano- alrededor de las 20 en la casa de Lincopán Milla. En el lugar, aparentemente también se encontraba la hija de Lincopán y pareja de Peralta. Peralta vivía con la hija de Lincopán hace un par de años y de acuerdo a lo que testimoniaron los vecinos, las peleas eran habituales entre ambos. El joven era oriundo de Mendoza, por lo que ayer luego de la autopsia, la policía continuaba con la tarea de conexión con familiares para que retiraran el cuerpo del fallecido. Peralta ingresó al hospital Castro Rendón con cortes profundos en el estómago, en la cabeza y en ambos brazos; mientras que su suegro también fue derivado de urgencia al hospital regional con cortes en ambos brazos y una hemorragia interna que resultó mortal, producto de cortes en el estómago. "El abuelo salió de la casa ya todo ensangrentado, y así y todo persiguió a su yerno casi dos cuadras hasta la otra esquina donde terminó todo. Después volvió caminando a su casa, y de ahí se lo llevó la ambulancia", dijo una vecina. No se descartaba que en la persecución de Peralta pudieran haber participado otros integrantes del grupo familiar. Peralta quedó tendido en la calle, desde donde fue auxiliado por la ambulancia. Ambos fueron derivados a Neuquén y fallecieron pasada la medianoche, con pocos minutos de diferencia. La policía llegó al lugar alrededor de las 21, y para ingresar a la casa de Lincopán debió sortear una pedrea de los vecinos. De la casa paterna se llevaron a la hija de Lincopán, que hasta ayer permanecía a disposición del juzgado de turno, ya que se desconocía si la joven sólo había sido testigo de la pelea o había tomado intervención en la disputa. "La policía siempre que venía paraba por ahí", aseguraron otros vecinos, quienes coincidieron en que en esa calle eran continuas las peleas familiares, "especialmente después de que se juntaban para tomar", se indicó. Sin embargo, se desconoce aún si el domingo cuando se desencadenó la riña familiar, los protagonistas de la gresca habían bebido. |
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