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Miércoles 26 de febrero de 2003 | |
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Exitosa jornada de "literatura de cordel" |
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Más de 300 textos fueron colgados de sogas en la plaza de San Martín de los Andes. |
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| SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- La original jornada de "literatura de cordel" que se realizó aquí fue un verdadero éxito, con más de 300 piezas aportadas por vecinos en la plaza San Martín. La única nota disonante fue que, de un día para otro, los textos prolijamente colgados de cordeles desaparecieron sin rastro, acaso como un secreto desafío para que los escritores locales disparen un ejercicio de ficción. El origen de la literatura de cordel se ubica en el siglo XVI, en la península ibérica. Durante el medioevo en España y Portugal, los poetas populares utilizaban este medio para contar, de modo pintoresco, satírico, cómico o trágico, casos verdaderos o ficticios. Sus temas siempre estaban relacionados con la cultura y el acontecer de cada región. Por entonces, las hojas eran colgadas en cordeles o sogas de un lado a otro de las plazas públicas y ferias populares. La literatura de cordel se trasladó luego a América, y fue incorporada sobre todo por los pueblos de México, Colombia y el nordeste de Brasil, donde tomó una dimensión propia afincada en la tradición popular y oral. Con ese espíritu, la Biblioteca Popular 9 de Julio organizó el pasado fin de semana la Primera Muestra de Literatura de Cordel de San Martín de los Andes, con algo de natural incertidumbre, pues se trataba de una actividad infrecuente en la zona. Pero la respuesta del público sorprendió. Uno a uno, más de 300 textos fueron pendiendo de los hilos conforme los acercaban los participantes. Fragmentos de obras clásicas, selecciones de poemas, y alguna que otra página de autor local, fueron conformando el "tendal" literario. Y no faltaron, claro, los lectores. Hasta hubo algunos que leyeron casi todos los textos. Los organizadores decidieron dejar los cordeles en su lugar, para continuar la actividad al día siguiente. Pero para su sorpresa, a la mañana ya no estaban. No había trozos de papel ni restos de los cordeles, con lo cual se deduce que no hubo intenciones de vandalismo. Alguien simplemente los sacó y quizá los llevó al hogar para disfrutar de la lectura, aunque privó al resto de la comunidad del mismo placer. En fin, ojalá que la literatura de cordel se repita en San Martín de los Andes. |
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