Lunes 27 de enero de 2003

 

El calor llevó a los balnearios "al tope"

 
  NEUQUEN (AN).- Verano a pleno y termómetros por encima de los 35 grados ayer en el Alto Valle. Como sea y adonde sea, los neuquinos fueron en busca de un lugar para refrescarse. Así, no quedaron ni balnearios ni canales sin ser ocupados por la gente que aguanta la temporada estival en la zona.
El balneario municipal y el Río Grande de esta capital estuvieron a full y en los horarios pico daba la impresión de que en la ribera no cabía ni un par de ojotas más y menos aún reposeras o sombrillas.
El encargado de la estación del servicio meteorológico nacional que funciona en el aeropuerto de Neuquén informó que la máxima de la jornada se registró a las 18,20 cuando la temperatura llegó a los 35 grados con ocho décimas.
Se trata de la temperatura más alta en lo que va del año. Ya a las seis de la tarde, cuando el viento del sudeste apenas movías las hojas más altas de los álamos el termómetro había alcanzado los 35 grados. A esa hora, los que casi no se movían eran los afortunados que consiguieron las mejores ubicaciones de los balnearios. Ya se sabe que quienes se van a Sevilla...y ayer no estuvo como para abandonar los sitios cercanos a los cursos de agua. En ese contexto, lo único permitido eran los chapuzones para amortiguar el efecto del sol que ayer se hizo sentir como nunca.
De acuerdo a los datos oficiales, a las cuatro de la tarde la temperatura era de 33 con seis décimas. Y una hora más tarde estaba dos décimas más arriba.
El gran salto llegó entre las 17 y las 18 cuando la marca alcanzó los 35 grados. A las siete de la tarde con un poquito más de viento bajó a 33 y allí oscilo durante un rato.
A dedo, en bici o en auto los neuquinos fueron masivamente hacia el río Limay y en menor medida al Neuquén. Los que no tuvieron tiempo, fuerzas o ganas para ir hasta la ribera hicieron escala definitiva en los canales de riego, como el que bordea la multitrocha de la ruta 22. Por el centro sólo unos pocos neuquinos, la mayoría en autos y apurando el tránsito. Es que el calor sobre el asfalto o el ripio fue sencillamente in-so-por-ta-ble. Más tarde, con el sol en fuga, el viento se adueñó del ocaso y sin ser una molestia gobernó hasta entrada la noche.
   
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