Domingo 26 de enero de 2003 | ||
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Los neuquinos se vuelcan en masa al Limay |
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Volvió el calor agobiante y el río estuvo repleto de bañistas.Grupos familiares y jóvenes peregrinaron hacia la costa.Las calles céntricas quedaron desiertas a la hora de la siesta. |
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NEUQUEN (AN).- El calor volvió con todo a la región después de varios días, y los neuquinos retornaron ayer de forma masiva a la costa del río, que siempre es la opción más refrescante para pasar una tarde al aire libre. Los más osados se mantuvieron en la costa y castigaron su piel con los rayos del sol. Otros acomodaron reposeras y banquitos a los pies de los árboles, para soportar las altas temperaturas a la sombra. Ayer por la tarde los casi 30 grados que marcaron los termómetros del servicio de meteorología se sintieron en la capital neuquina. Tras varios días de vientos fuertes y bajas temperaturas, el calor agobiante se adueñó nuevamente de la ciudad y obligó a los vecinos a buscar espacios que permitieran disfrutar de una tarde soleada. Las calles céntricas quedaron vacías a la hora de la siesta y el asfalto caliente parecía ondular. Cerca del mediodía, la zona de Río Grande recibió las primeras visitas. Varias familias, en su mayoría con hijos pequeños, se apostaron bajo los árboles, junto a las parrillas habilitadas sobre el final de la calle Democracia, y decidieron almorzar allí para luego pasar la tarde refrescándose en el agua: sobre las mesas aparecieron desde tentadores asados hasta canastas que contenían sándwichs y diferentes bebidas. El mismo cuadro mostraron los clubes privados ubicados sobre la avenida Olascoaga y la calle Río Negro: al asado del sábado se sumaron los deportes que se practican en cada una de las canchas ubicadas al interior de esos espacios recreativos. La caravana de jóvenes que desfilan por la avenida, desde el centro hasta la costa del río, comenzó a despertar cerca de las 15. Caminando, en bicicleta y en automóviles los más afortunados, los jóvenes de la ciudad iniciaron el ritual de cada tarde -y de cada noche- de verano: pasar un rato agradable junto a los amigos en la costa, de la que ya son dueños. Los bares ubicados sobre la calle Democracia hicieron sonar sus géneros musicales preferidos desde temprano. Hasta un campeonato de vóley playero se está desarrollando en uno de los espacios, del que participan parejas de adolescentes de cada lado de la red. Las mochilas dejaban salir termos y mates, compañeros indispensables para pasar la tarde como corresponde. Los más improvisados se recostaron al sol sobre toallones o lonas, equipados con los elementos mínimos, aunque quienes llegaron en automóviles descargaron reposeras, heladeras portátiles y bronceadores. Mientras algunos se dedicaron a nadar, compartir bebidas y conversar con los amigos, otros tomaron una siesta al sol, seguramente para recuperar fuerzas: por la noche, la larga fila de jóvenes camina la avenida Olascoaga nuevamente con el objetivo de recorrer las pistas de los boliches apostados en la costa. Por su parte, los guardavidas municipales tomaron sus posiciones y se dedicaron a observar atentamente a cada grupo de personas que ingresaba al agua, con la intención de refrescarse en la calurosa tarde del sábado. "Nene, no te metas tan adentro", le advertía una madre a su hijo que chapoteaba en la orilla. Unos metros más allá, un hombre intentaba perder la vista en el horizonte pero no lograba concentrarse: la costa del río ofrece demasiados atractivos y no quería perderse ninguno. |
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