Viernes 24 de enero de 2003 | |||
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Alarmó un derrumbe en Las Grutas |
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No hubo problemas graves, pero demostró que los acantilados demandan prevención |
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A pesar de que existen carteles ubicados cada tanto, contra la pared natural, muchos veraneantes se instalan muy cerca de los acantilados a aprovechar del poco espacio que deja la pleamar. La falta de concientización e información que se agregue a lo escueto de la cartelería y la costumbre de la gente de acercarse en demasía a la muralla, fueron factores que colaboraron con que, al caer los peñascos desde lo alto del acantilado, algunas personas que estaban debajo resultaran levemente lesionadas. Una mujer con un corte en el cuero cabelludo, debió ser trasladada al Centro de Salud local, según relataron guardavidas que se ubicaban en ese momento en cercanías del lugar del accidente. Afortunadamente el hecho no pasó de un susto, pero sirvió como señal de que no se debe utilizar el acantilado como reparo. El tema de la firmeza de la arcilla consolidada por acción del mar genera inquietud desde hace varios años. La resistencia de la estructura geológica, cada día más sometida a presiones por efecto del continuo tránsito por la Costanera y la construcción de nuevos edificios, está en dudas en estos momentos. Se sabe que los derrumbes son frecuentes, sobre todo en días de mareas grandes o viento del sur, que provocan que las olas golpeen contra las murallas naturales. Lo que no se conoce es el límite sobre lo que pueden soportar esas estructuras. Por eso muchos se preguntan si no es tiempo de controlar el tránsito por ese sector de la villa para, al menos, reducir las vibraciones en el acantilado. Por otra parte, otra situación riesgosa producida ayer en esta villa fue la que vivieron dos personas de 28 y 8 años respectivamente que fueron llevadas por la corriente hacia un pequeño canal que se forma en la Tercera Bajada. Al no saber nadar debieron ser socorridos. Afortunadamente ambos, oriundos de la provincia de Neuquén, fueron trasladados al centro de salud, donde se recuperaron y volvieron a la playa, pero manteniendo por un rato la distancia de las olas ya que quedaron bastante asustados. Los guardavidas se encontraban cerca porque en ese sector es muy probable que ocurran inconvenientes, tanto cuando sube como cuando baja la marea, ya que se forma un canal importante. Con este hecho quedó al descubierto que aún a fines de enero los guardavidas no cuentan con todos los elementos. La ambulancia tiene serios problemas mecánicos, por lo que debieron usar el móvil de Prefectura. En tanto, se supo que los handy que habían recibido fueron devueltos porque descubrieron falencias en su funcionamiento. |
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