Jueves 23 de enero de 2003

 

A un mes, no hay pistas de Nicola Henkler

 

El equipo que la busca se reunió para evaluar. No abandonarán los esfuerzos por encontrarla.

 
Arriba. La búsqueda que realiza Red solidaria en la capital.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Ayer por la tarde, al cumplirse 30 días de la desaparición de la turista alemana Nicola Henkler, de 28 años, las autoridades policiales y los operadores que participaron en la búsqueda se reunieron para evaluar las acciones realizadas y considerar las futuras, tomando en cuenta las hipótesis analizadas y los resultados obtenidos.
"Tenemos que analizar qué hicimos, y qué nos queda por hacer", comentó un jefe policial, anticipando que pese a los fracasos no abandonarán la búsqueda de la turista. Por otro lado, la policía todavía aguarda que los bancos con los que operaba Nicola informen sobre los movimientos de sus cuentas y su tarjeta de créditos, aunque el hermano de la turista, Fred Henkler, ya había informado que el último movimiento, por un monto mínimo, se había realizado el 18 de diciembre, cuatro días antes de la desaparición.
Aunque aseguran que no descartan ninguna hipótesis, las autoridades siguen apuntando hacia los supuestos de accidente de montaña o suicidio, sin mencionar que también analizaron la posibilidad de una desaparición voluntaria. La hipótesis delictiva todavía no ha sido evaluada como muy probable, pero no se pueden ignorar los antecedentes inmediatos sobre asaltos a turistas ocurridos en la semana previa a la desaparición de Nicola.
La joven alemana, domiciliada en la ciudad de Dortmund, llegó a Bariloche el martes 17 de diciembre, presuntamente desde Estados Unidos, y se alojó en el albergue "La Bolsa del Deporte", ubicado en la esquina de Palacios y Elflein. La responsable del albergue, Inés Tomba, fue quien radicó la denuncia el 23 de diciembre, cuando sospechó de su prolongada desaparición, aunque la joven al salir habría dicho que quería "estar un poco sola", y caminar por la costa del lago y luego ir al cerro Catedral en colectivo. Otro testigo le adjudicó estar "triste", porque recordaba mucho a su hermana y su sobrino. Sin embargo, "camino unas tres horas y vuelvo", habría anunciado, a la vez que acordaba para cenar junto con otro huéspedes del albergue.
Si bien es bastante frecuente que los acampantes o caminantes suelan romper algunos planes preestablecidos, Tomba consideró anormal que no hubiese regresado al albergue al día siguiente de su partida. En el cofre que le habían asignado encontraron una bolsa de dormir, ropa, la fotocopia del pasaporte y un pasaje desde Santiago de Chile a Auckland, Nueva Zelanda, reservado para marzo del próximo año. La desaparición de la joven turista preocupó de manera especial desde el primer momento. Y entonces comenzaron a realizar una búsqueda casi desesperada, siguiendo datos de brujas y videntes, y de vecinos que aseguraron haberla visto en lugares tan distantes como Villa Los Coihues, Dina Huapi y el lago Mascardi, en tanto que un fotógrafo situado en la base del Catedral creyó haberla visto allí. Debido a ese testimonio se intensificó el rastrillaje en el Catedral, y aunque el colectivero que debió haberla trasladado aseguró que no la había visto, las probabilidades de que la joven se hubiera extraviado en los bosques del cerro fue la pista a la que se aferraron los investigadores, presumiendo que pudiera haber sufrido alguna fractura o caída y que estaba imposibilitada para caminar. Después siguieron decenas de pistas, en operativos igualmente fallidos.

Pocos llamados por recompensa

Preocupado por la prolongada desaparición, el primer día del año llegó a Bariloche Fred Henkler, hermano mayor de Nicola, para colaborar con las investigaciones y aportar nuevos datos. Viajó junto a Roger Krenz y Tomas Siring, periodista y camarógrafo respectivamente del canal Sat-1, una de las empresas de televisión más importantes de Alemania, y confirmó que los últimos tres e-mail Nicola los había enviado el 21 de diciembre, un día antes de su desaparición. Recordó que con su familia se había contactado el día anterior, y descartó que su hermana tuviera problemas nerviosos o depresivos. Asimismo, Henkler destruyó la teoría de que Nicola hubiera "hecho dedo" a un automovilista, asegurando que "nunca viajaría sola con un desconocido", y también la de un accidente de alta montaña, porque según él había sufrido un problema en una pierna y era exageradamente precavida en sus desplazamientos.
Con la esperanza de que su hermana hubiese sufrido un accidente y la ambición de lograr resultados, Fred ofreció una recompensa de 5 mil pesos, y luego la duplicó antes de regresar a Dortmund, pero la investigación no avanzó, y fueron pocos los llamados de interesados en cobrar ese dinero.

   
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