Jueves 23 de enero de 2003

 

México tembló una y otra vez. Hay 26 muertos

 

El sismo principal fue en Colima, de 7,6 grados en la escala Richter.

 
Todo fue pánico en Colima y estados cercanos, como Jalisco y Michoacán, donde también hubo víctimas fatales.
COLIMA, México (AFP) - Al menos 26 muertos y más de 400 lesionados, la destrucción de al menos 500 casas y daños en 89 hospitales, era anoche el saldo preliminar del sismo de 7,6 grados en la escala de Richter que afectó durante las últimas horas del martes a Colima y otros estados del centro-oeste de México.
El movimiento telúrico afectó a 1.000 inmuebles y otros 500 -principalmente casas- "fueron destruidas en la costa" de ese estado, informaron fuentes de Protección Civil de Colima, según un censo preliminar.
La cifra de muertos, siempre provisional, era de 26, en Colima, Jalisco y Michoacán, todos ellos estados cercanos al epicentro, en pleno océano Pacífico, según esas fuentes de Protección Civil, citados por la emisora Televisa.
Las escenas de destrucción eran considerables en la capital, Colima, y en especial en los municipios colindantes. El gobierno federal declaró de inmediato el estado de emergencia en cinco municipios.
Miles de personas pasaron la noche del martes al miércoles a la intemperie, mientras los servicios de socorro duplicaban esfuerzos para hacer frente a las necesidades de agua y alimentos de una población exhausta. "Se trata del primer gran terremoto del siglo XXI" en México, comentó Javier Pacheco, sismólogo del SSN, entrevistado por Televisa pocos minutos después de la réplica de 5,8 grados.
La Secretaria de Marina desalojó incluso a tres poblaciones costeras en previsión de un maremoto o "tsunami". Por su parte, el Ejército mexicano lanzó un plan que establece cinco albergues para la población damnificada, según un comunicado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Las réplicas telúricas, habituales tras un terremoto de esta magnitud, se prolongaron hasta ayer. Dos sacudidas de 5,8 y 5,3 grados, aunque muy breves, se dejaron sentir en especial a mediodía mexicano, desatando de nuevo el nerviosismo de la población.
Un total de 89 clínicas en Colima y el balneario de Manzanillo se vieron afectadas por el sismo, lo que dificultó aún más las tareas de atención sanitaria, reconoció la Secretaría de Salud.
En el vecino estado de Jalisco se informó de 2 muertos, 18 lesionados y una decena de inmuebles dañados en las poblaciones junto al volcán de Colima, al sureste de la ciudad de Jalisco.
Un total de 415 escuelas cerraron, dejando sin clases a más de 83.000 estudiantes de educación básica en ese estado. En Michoacán se registró "un muerto y dos lesionados por la caída de bardas y techos", detalló Antonio Saucedo, Comandante operativo de la Unidad de Protección Civil de ese estado.
Fuentes oficiales citadas por el diario Reforma en su edición electrónica informaron de aproximadamente 12 movimientos telúricos en las últimas 14 horas. El ayuntamiento de la megápolis mexicana, con 22 millones de habitantes, continuaba con su vida normal y la mayoría de servicios restablecidos el miércoles, tras las escenas de pánico el martes por la noche.
El temblor de 5,8 de ayer obligó sin embargo a desalojar algunos edificios públicos, lo que se realizó sin mayores problemas.
Las autoridades de la capital aseguraron que estaban dispuestos a poner 1. 000 ingenieros a disposición de la población afectada en Colima.

Los 45 segundos que hicieron volver a 1985

Bastaron poco más de 45 segundos para que la Ciudad de México volviera a vivir escenas de pánico cuando la tierra tembló, las lámparas se balancearon y la oscuridad invadió parte de la capital por el sismo que recordó el fatídico terremoto de 1985.
Fueron 45 eternos segundos, en comparación con los 90 que duró el de 1985, que causó 20.000 muertos, 6.000 de ellos en la capital. Sin embargo, fueron suficientes para echar a miles de personas a la calle, en el frágil centro histórico y en las colonias (barrios) aledañas, mientras los edificios crujían y las sirenas de las ambulancias empezaban a dominar en el habitual caos vial de la megalópolis de 22 millones de habitantes.
No hubo víctimas mortales por el temblor, sólo decenas de llamadas por crisis nerviosas a los servicios de auxilio. Ocho de las 16 delegaciones de la ciudad sufrieron apagones.
El epicentro se situó en las costas de Colima (centro-oeste), a casi 200 kilómetros de distancia del punto central en 1985.
La nueva Torre Mayor del Paseo Reforma, de 59 pisos, la más alta de América Latina, lucía intacta y flamante, con todas sus luces puestas al caer la noche. Unas cuantas calles más adelante, en el Eje Central, la vieja Torre Latinoamericana, su vetusta antecesora, volvió a deslizarse en silencio sobre su especial sistema de rodillos y a provocar el pánico entre sus inquilinos.
"Esto no lo arregla ni Giuliani", comentó sarcástico un vendedor de tortillas. "Qué susto..., soy de Ciudad Juárez (norte), prefiero el frío de mi ciudad" al terremoto, comentaba aún temblando una chica ante el hotel. En Reforma, un edificio de los servicios de Seguridad Pública decidió apoyarse en el hotel Sevilla Palace para no caer. Los bomberos lo desalojaron.
"Las lámparas se balancearon, hasta me mareé", comentaba Jorge, un joven de la colonia Condesa. El barrio, uno de los más animados en la noche capitalina, cumplió 100 años en 2002. Horas después aparecía desierto. El tráfico automotor desapareció. "La población se comportó con veteranía", comentó en una radio el secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard. El recuerdo de 1985 estaba presente en todos. (AFP)
   
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