Martes 21 de enero de 2003 | |||
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Siete mil personas peregrinaron a San Sebastián |
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Como cada año, Las Ovejas se vio colmada de devotos del santo. Descalzos, hombres y mujeres mostraron su agradecimiento. El obispo Melani ofició la misa de cierre del acontecimiento. |
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El obispo de Neuquén, Marcelo Melani, quien ofició una misa ayer en esta localidad del norte neuquino como cierre de la peregrinación a la gruta del patrono local, instó a los fieles aseguir el ejemplo de vida del mártir y "no dejarse comprar por los poderosos y luchar contra la coima y la corrupción". La jornada había arrancado con las primeras luces del alba. Una nutrida columna de más de 7000 personas inició la peregrinación hacia la gruta ubicada a 4 kilómetros del pueblo antes de las 7. La imagen de San Sebastián fue conducida, luego de visitar la ermita, nuevamente hacia la iglesia local donde fue venerada en el acto religioso. Desde hace un semana la pequeña comunidad cordillerana de Las Ovejas se convirtió en destino de los devotos que llegaban para tomar parte de las celebraciones. Los poco más de 1.000 habitantes se multiplicaron para tender su mano amigable hacia los fieles que sembraron de carpas todos los cámpings, calles y veredas del pueblo. Los carteles en casas de familia donde se ofrecían pan casero y agua caliente proliferaron en todo el radio urbano mientras que otros vecinos ofrecieron los patios de sus viviendas como refugio a los visitantes provenientes, entre otras, de Río Negro, Buenos Aires y Mendoza. Durante la peregrinación se registraron innumerables muestras de gratitud hacia el santo. Hubo quienes cubrieron el trayecto, pedregoso y extremadamente árido, descalzos para cumplir así con un agradecimiento profundo. Otras, como la joven Isabel que llegó de Zapala, prefirieron iniciar el recorrido caminando desde Andacollo la noche anterior. Uno de los momentos más emotivos de la festividad se vivió el domingo por la noche con la llegada de un grupo de jinetes desde la vecina Andacollo. La solidaridad de los pobladores hizo que sobre el mediodía de ayer los devotos compartieran un almuerzo multitudinario. Muchos crianceros donaron animales, algo que ya es costumbre. Cuenta la leyenda que San Sebastián llegó a Las Ovejas de la mano de un grupo de chilenos que, en cumplimiento de un pacto de fe, intentaban llevar la figura hacia la rionegrina de Chimpay. La pérdida de varios de sus animales durante la primera etapa de la travesía los obligó a hacer escala en aquel caserío donde recibieron la hospitalidad y calidez de sus pobladores. Al día siguiente, cuando debían retomar la marcha, una tormenta lo impidió. Finalmente, al tercer día uno de los chilenos se enfermó y tampoco pudieron partir por lo cual decidieron dejar para siempre al patrono en este punto del norte neuquino. Corría enero del año 1946 y se iniciaba así un largo camino de devoción que se extiende hasta nuestros días sustentado en la fuerza de voluntad de miles de visitantes de todo el país. "No callarse la boca" Con la imponente imagen de fondo que le proporcionaba una cordillera tapizada por el verde de los pinos sobre un cielo de nubes grisáceas, el obispo Melani trazó un paralelo entre la vida de San Sebastián y sus fieles. "El mártir enfrentó al Emperador para defender su condición de cristiano a través de la coherencia de su fe" sostuvo y advirtió que ahora "los devotos no deben quedarse de brazos cruzados por temor a perder lo que han obtenido". |
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