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Martes 21 de enero de 2003 | ||
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Ahora van por los que venden alcohol en la sombra |
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El municipio quiere erradicar a los clandestinos. |
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Los funcionarios municipales están buscando una figura legal para reclamar a la Justicia que disponga órdenes de allanamiento en los comercios y casas que por la madrugada expenden ilegalmente cerveza y vino. Los filosos ojos de los inspectores están posados sobre la avenida Olascoaga y sus alrededores, epicentro del incesante consumo de alcohol. Lo que busca la municipalidad es que la justicia disponga los allanamientos, porque es la única herramienta a la vista para terminar con la venta en los comercios y viviendas que no están habilitados para funcionar. "Lo que pasa es que en estos lugares venden alcohol detrás de rejas, y cuando los inspectores llegan para multarlos no les abren o se esconden", explicó una alta fuente municipal. Por su parte una fuente judicial consultada por este diario consideró que el municipio tiene suficientes facultades para intervenir solo. "Si hay una ordenanza que prohíbe la venta de alcohol y alguien está vendiendo alcohol, la herramienta para hacer la infracción existe", explicó el juez federal Guillermo Labate con tono de estar mencionado una obviedad. "Lo que habría que preguntarse es si esta política de prohibición ayuda a bajar el consumo. Yo creo que pasa por otras cuestiones, incluso económicas: en estos momentos sale más caro tomarse un licuado que una cerveza". Sin detenerse en estas cuestiones, el municipio está dispuesto a desterrar la práctica de vender alcohol a menores en las inmediaciones del balneario. La fuente que habló con este diario informó que la idea es que los allanamientos para decomisar los locales de venta ilegal se realicen también en otras zonas críticas. La noticia fue comunicada ayer por la misma fuente, quien indicó que el pedido que se realizará a la justicia nació desde la dirección de Comercio, pero lo oficializará el juzgado 2 del Tribunal de Faltas comunal, a cargo de Jorge López. Quiroga se puso como meta terminar con el descontrol que gobierna las noches en el Río Grande, sobre todo en la zona de la avenida Olascoaga, donde la ingesta de alcohol llega a límites alarmantes. Para ello sumó en el frente de batalla al juez federal Labate, a la división Drogas Peligrosas de la Federal y a la Policía provincial. El mega-operativo que montado por el municipio local tuvo su resultado más positivo el domingo a la madrugada, cuando se logró la detención de una distribuidora de drogas y de diez menores, que fueron sorprendidos cuando estaban fumando marihuana (ver aparte). El operativo "mano dura" en el balneario tomó fuerza a partir del viernes pasado, cuando un pequeño ejército de inspectores y efectivos desembarcaron al final de la avenida Olascoaga para darle un cese al desenfreno. Hasta el momento se clausuraron dos comercios y se labraron una enorme cantidad de infracciones de tránsito, la mayoría a jóvenes que conducían en estado de ebriedad. Ahora la municipalidad posó la vista en los mercados, despensas y viviendas particulares aledañas al balneario. Allí la venta ilegal de alcohol se transformó en una de las raíces del problema. El expendio se realiza reja de por medio, y por ello los inspectores se ven imposibilitados en realizar las infracciones correspondientes. "Los padres están colaborando más" NEUQUEN (AN)- "Nos llamó la atención la colaboración de los padres. Han tomado conciencia del problema", dijo ayer el juez federal Guillermo Labate. Hizo referencia así al operativo que permitió detener a una "dealer" (distribuidora de droga) a partir de la declaración del padre de una joven consumidora. Como se informó ayer, la chica fue una de las diez demoradas por personal de Drogas Peligrosas en la zona del Río Grande, con cigarrillos de marihuana en su poder. Cuando le comunicaron la noticia al padre, el hombre la interrogó y la chica dijo dónde había comprado el estupefaciente. Luego el padre hizo una declaración como testigo de identidad reservada y con ese documento la policía allanó una vivienda del barrio La Sirena. Allí fue detenida una mujer de 28 años y se secuestró un "ladrillo" de marihuana de 250 gramos de peso. Labate destacó como signo distintivo que los padres colaboren con la justicia. "Antes no sucedía tanto", afirmó. Respecto de la situación en el balneario, al que concurrió para conocer el problema en el terreno, dijo que "no es un tema nuestro, ni siquiera judicial. Es un problema de la municipalidad. Nosotros tratamos de hacérselo entender". A su criterio, el problema es más complejo y judicializarlo no es la mejor receta que se puede aplicar. |
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