Lunes 20 de enero de 2003

 

Investigan la muerte de pingüinos en Punta Tombo

 

Científicos estadounidenses están estudiando en el lugar la desaparición de los animales. El hambre por la pesca sin control de anchoítas y las mareas rojas serían las causas de las muertes.

 
Punta Tombo, en Chubut. Un lugar donde el hombre puede ver en vivo y muy de cerca el espectáculo de los pingüinos.
COMODORO RIVADAVIA (Télam).- El misterio todavía no develado de la mortandad de pingüinos en Punta Tombo, desvela a científicos de la Wildlife Conservation Society de Nueva York (EE. UU.) que estudian el caso "in situ".
En tanto, autoridades locales y ecologistas polemizan en torno a sus causas: para unos se debe al hambre producida por la pesca sin control de anchoítas y para otros a fenómenos tóxicos como las mareas rojas.
La situación afecta a la colonia continental de pingüinos de Magallanes más importante del mundo, y a una de las principales atracciones turísticas de la provincia de Chubut.
Para el secretario de Turismo de Chubut, Ricardo Del Valle, "la pesca sin control de la especie anchoíta estaría privando de su alimentación básica", a la colonia de pingüinos de Punta Tombo, lo que "ha sido comprobado además por importantes investigadores del mundo".
Pero según el vicepresidente de la Fundación Patagonia Natural de Puerto Madryn, José María Musmeci, "atribuirle todo el problema a la anchoíta, suena como medio gracioso, porque acá no tenemos una gran captura de esa especie. No sé de ninguna planta que elabore anchoítas en la Patagonia, en cambio sí sé que hemos encontrado toxinas en el tubo digestivo de los pingüinos", indicó.
Del Valle dijo a la prensa que los estudios efectuados por los científicos a lo largo de una década, sostienen que "la anchoíta con la que se alimentan los pingüinos en Punta Tombo, está teniendo una disminución".
El funcionario afirmó que además de existir "mortandad de pingüinos" en la reserva faunística de Punta Tombo, también se observan "animales muchos más flacos, al tener que nadar mayores distancias para procurar el alimento".
El funcionario provincial expresó que para el gobierno chubutense, la mortandad de pingüinos "es un tema preocupante".
Pero contra estos argumentos, Musmeci dijo que "la sobre pesca no es la única razón" y que "hay otras cuestiones relacionadas con el problema".
"Si bien desconozco qué cantidades de anchoítas se extraen como especie acompañante en el golfo San Jorge, es casi irrelevante su captura, por lo que no hay que atribuirle exclusivamente la culpa del problema a la pesca", subrayó el ambientalista.
Luego indicó que la mortandad de pingüinos "obedece a varios factores", y que "hay que tener en cuenta además, a la denominada marea roja y otros fenómenos tóxicos que ocurren en el mar".
En ese sentido dijo que técnicos de la Fundación Patagonia Natural, "hemos hallado pingüinos con el aparato digestivo y respiratorio muy dañado, por haber ingerido algunos de estos elementos tóxicos, parientes de la marea tóxica, pero distintos".
Musmeci reveló que para analizar las muertes de los pingüinos en Punta Tombo, "un equipo de científicos de la Work Conservation Society de Nueva York (EE. UU.), está trabajando en el lugar para analizar si hay mucha reducción de peso en los ejemplares, y si hay un cambio de comportamiento en sus costumbres alimenticias".
Asimismo, dijo que esa sociedad estadounidense lleva más de 30 años de trabajo en la pingüinera de Punta Tombo. "Son autoridades mundiales en materia de pingüinos", remarcó.

La más importante del mundo

COMODORO RIVADAVIA (Télam).- La reserva faunística de Punta Tombo, donde se encuentra una de las colonias de aves marinas más diversas del mundo, fue creada en 1979 por la provincia del Chubut, con el objetivo de proteger a los pingüinos de Magallanes (Spheniscus Magellanicus).
Punta Tombo -la pingüinera continental más grande del mundo, y uno de los principales atractivos turísticos de Chubut- ocupa una extensión de 21 hectáreas y se encuentra a 107 kilómetros al sur de Trelew y a 180 kilómetros de Puerto Madryn.
Fuera de la Antártida, en ese punto de la costa chubutense tiene su hábitat la mayor colonia continental de pingüinos, que en plena temporada llega a superar el millón de ejemplares.
Los pingüinos construyen sus nidos bajo arbustos, en cuevas y en lugares abiertos. Preferentemente, las cuevas se hallan en áreas cercanas a la costa, donde el suelo es más fácil de excavar.
Año tras año, estos animales nidifican en los mismos lugares.
Los machos son a veces más grandes y poseen picos más gruesos y largos que las hembras. Ambos sexos defienden el nido, incuban los huevos y alimentan a los pichones con peces y calamares.
A fines de septiembre las hembras ponen dos huevos de color blanco teñido de verde azulado, y la pareja de pingüinos se turna en la incubación y protección del nido.
Al finalizar noviembre nacen los pichones y durante los tres meses siguientes, los pingüinos despliegan una gran actividad, puesto que se encargan de buscar en el mar el alimento para sí y para sus hijos, hasta que éstos puedan valerse por sí solos.
Los pingüinos pasan casi toda su vida en el mar, e incluso duermen en él. En invierno pueden llegar hacia el norte hasta Río de Janeiro (Brasil), en un viaje de 3.000 kilómetros. (Télam)

   
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