Lunes 13 de enero de 2003 | |||
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Nadia, un ejemplo de lucha contra la adversidad |
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Venció todos los obstáculos y se convirtió en la tercera egresada de Filosofía en la UNC. No se considera un ejemplo, destaca el apoyo familiar y habla sin miedos de la discriminación. |
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Nadia sufre una discapacidad de base denominada "dermatomiosis", un mal que impide que el calcio se deposite en los huesos, ubicándolo sobre los músculos. El avance de la enfermedad hizo que su delgado cuerpo quede desprovisto de fuerzas, aun para mover la silla. Pero nada parece detenerla, y si no basta con ver que 2003 seguramente la encontrará convertida en Licenciada en Filosofía. "Hice las dos carreras en forma paralela. Me falta sólo la tesis para ser licenciada", dijo con el rostro iluminado por la alegría. Cuando esté en marcha el nuevo ciclo lectivo la muchacha comenzará con una pasantía en la escuela de Medicina de Cipolletti. "Voy a estar en la cátedra de Bioética, uno de los temas que más me atraen", señaló. Nadia es una persona sencilla, simple y decidida. Una chica que se resiste a la hora de resaltar sus logros personales y que como todo joven le escapa a los incómodos flashes fotográficos. Nadia anhela enseñar, con todo el alma, y por ello este año se inscribirá para ser docente en alguna escuela secundaria de esta ciudad. Desea difundir las ideas de sus filósofos preferidos: Aristóteles, Nietzche y Enrique Dussel figuran en su lista de oro. Ya hizo sus primeras armas el año pasado, cuando realizó prácticas en el CPEM 23. "La verdad es que me encantó trabajar con adolescentes. Los chicos quedaron re contentos con la materia", señaló con una sonrisa cómplice. Los pergaminos que cosechó son más que envidiables. Es la primera mujer que egresa como profesora de Filosofía en la UNC, fue ayudante de cátedra, un reconocimiento al que acceden sólo los mejores alumnos, y cursó dos carreras universitarias en forma paralela desde 1998. Acompañada por su mamá Lucy, una reconocida defensora de los derechos del discapacitado, le repitió una y otra vez al cronista de este medio en su casa ubicada en la calle Saihueque de esta ciudad: "No me creo un ejemplo. Ejemplo son aquellos chicos pobres que con todos los problemas con los que deben lidiar igual terminan una carrera universitaria". Como marca su personalidad y su filosofía de vida, pone todas las cartas sobre la mesa. Con una lucidez y una franqueza impactantes asegura que su discapacidad "no traumó ni cambió mi vida" porque fue un problema "que viví de chica". Claro que a la hora de hablar de ejemplos de vida ni siquiera piensa un segundo, y señala a su mamá Lucy, su papá Juan Carlos y a sus hermanas Vilma, Vanina y Lorena. Familia y educación "Para afrontar este tipo de situaciones una familia debe poseer mucha educación. Es un ejemplo que sirve para el resto de la sociedad. Sobrellevar esto es un trabajo diario", agregó mientras pedía una vuelta más de mate. Luego dijo con celeridad: "No se olviden de nombrar a mis dos sobrinas, que son el amor de mi vida". Nadia la tiene más que clara. Dice que a la hora de hablar de discapacidad, en el imaginario popular se crean "mitos" que exceden la realidad. Como que los discapacitados no pueden manejarse sin sus padres, que todos deben ser malhumorados o al estilo del personaje central de la serie "Corky", y hasta que son ineficientes a la hora de ser empleados, porque llegan tarde, faltan mucho o no desempeñan bien su trabajo. "Nada de eso es cierto. Mi familia me ha acompañado siempre, pero yo tengo posturas muy diferentes a las de mi madre. Soy muy independiente", confirma la flamante profe. Al hablar de discriminación no tiene pelos en la lengua. "Tengo en claro que pertenezco a un grupo más expuesto a la discriminación, más en una sociedad donde queda fuera del patrón hasta una persona obesa o un mapuche". Aunque sorprenda, a Nadia le molesta ser considerada un modelo, un ejemplo de vida. Esto no está dentro de su esencia. Y cuando Lucy dijo con orgullo: "Es su triunfo personal" la muchacha miró para otro lado como haciéndose la desentendida. Pero lo que ella no sabe es que todos piensan como Lucy. Un caso que se conocerá en todo el mundo NEUQUEN (AN).- El orgullo y la emoción invaden el rostro de Lucy Heredia. No es para menos, ya que en un tiempo la vida de su hija y los esfuerzos que realizó para convertirse en profesora de Filosofía se conocerán en cada rincón del planeta. |
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