Domingo 12 de enero de 2003
 

Sospechada gestión de Alsina por Las Lajas

 

Los diarios porteños del viernes 30 de enero de 1903 revelaron que el gobernador del Neuquén planteó ante el Poder Ejecutivo el traslado de la capital territorial al tiempo que se le oponían gravísimas denuncias.

  El año 1903 arrancó agitado para los entonces escasos habitantes del Neuquén. El gobernador José Ignacio Alsina viajó a Buenos Aires en coincidencia con la denuncia del vecino Salvador C. Trota desde la capital Chos Malal, a quien sólo una casualidad lo salvó de ser asesinado en su establecimiento de las Minas. El telegrama de Trotta al presidente Roca por los atropellos que -aseguraba- sufrían en el territorio a causa de la arbitrariedad de sus autoridades, apenas precedió su propio viaje a Buenos Aires. Le urgía poner la vida a resguardo y testimoniar en la mejor caja de resonancia -como era Buenos Aires- los sucesos del Neuquén. Lo consiguió en el vespertino Tribuna del martes 27 de enero de 1903. El reportaje con su denuncia logró alborotada repercusión y un editorial de dos días después, invitaba a Alsina a aclarar "los graves cargos que se hacen sobre sus funcionarios y cómo es que vecinos de sus territorios han salido por no tener garantías en el mismo". Además, era "vox populi" que Alsina quería llevar la capital a Las Lajas, donde tenía sus tierras y hubiera sido una inocultable corruptela.
Las Lajas tenía el origen fortinero de incipientes poblados del Neuquén y cuando el comandante Ortega erigió el destacamento se llamó Cum-Có (según José Mario Raone en "Fortines del Desierto" -1969). El fortín de la línea del Agrio ya estaba en pie el 2 diciembre de 1882 cuando -visitado por el general Villegas- pero Las Lajas, como se sabe, lo fundó el general Enrique Godoy recién el 8 de febrero de 1897 tres kilómetros aguas arriba del Agrio.
Pero no sería la capital del Neuquén. El puente tendido y finalmente listo en 1901 del F.C. Sud sobre el río y la estación Neuquén asentada en 1902 en el ángulo territorial más a mano de las comunicaciones con la metrópolis, tenía el signo de concentrarlo todo en la Confluencia.

Lobbistas de Chos Malal

Gobernaba el ingeniero Alsina cuando los vecinos de Chos Malal presintieron que la capitalidad del lugar peligraba, sin evidencias de lo que éste pretendía. En esa primavera de 1902 una comisión de vecinos (Fernando Lannes, Jorge Thirion e Isidoro Muro) llegó a la Capital Federal para divulgar la solidez de Chos Malal y conjurar la amenaza del traslado que se tramaba. Los viajeros -elegantes- se dejaron retratar por Caras y Caretas (nota del 18 de octubre de 1902) y aportaron fotografías del pueblo, los lavaderos de oro -incluidas las de El Manzano de Quiroga-, La Julia, la única veta de cuarzo aurífero en explotación, y hasta la que mostraba carpas de pioneros turistas junto a las nieves y vapores de Copahue.
No hubo respuestas gubernamentales. Meses después, cuando Trotta denunció a las autoridades el caos territorial, también se quiso abortar las intenciones del traslado que encubría Alsina.
Sin embargo, el tono editorial de Tribuna del 30 de enero de 1903 sobre las denuncias de Trotta no fue tan agresivo contra el gobernador, a pesar de que sus intenciones fueron el tema de los matutinos de ese día. "Los diarios de hoy -señaló esa tarde el Tribuna- dan como información la noticia de que el gobernador del Neuquén gestiona ante el ministerio del interior el cambio de la capital de Chos Malal a Las Lajas. Hemos tratado de comprobar esta aseveración encontrándonos que, si bien es cierto que el señor Alsina algo ha dicho al respecto, no ha tramitado ningún pedido de esta naturaleza ni ha hecho gestión en ese sentido". Pero al fundamentar su conclusión, el editorial resultaba paradójica y veladamente acusatorio en boca de un supuesto vecino del Neuquén quien afirmaba "que no hay tales gestiones. El buen sentido indica que no puede ser como se dice y que el señor Alsina no ha tomado parte en estas tramitaciones, porque como él es uno de los grandes propietarios de tierras en Las Lajas, se podría creer que hay intención de favorecer sus propiedades llevándose allí la capital. Ya se sabe de lo que la maledicencia es capaz, y una gestión directa en ese sentido daría lugar para que la murmuración hinque el diente en el actual gobernador". Y concluía el vecino incorporado al editorial del Tribuna: "Es posible que el señor Alsina haya dicho algo respecto a la situación de la capital pero es seguro que no ha indicado sus propios terrenos para que se construya la capital del territorio que gobierna". Bastaba la proximidad.

Cara y en peligro

Todavía faltaba para que sonara la voz del ex gobernador Olascoaga refutando la intención de Alsina. Iba a exponer razones fundadas, pero lo movía el sentimiento fundador de Chos Malal. Ya eran atendibles las razones que los emisarios Lannes, Thirion y Muro expusieron a autoridades y diarios. En Caras y Caretas había dicho que el suyo era "el único pueblo formado en el territorio y que en sus inmediaciones hállase aglomerado lo más importante del Neuquén, industrial y comercialmente hablando". De los 14.518 habitantes del territorio, 7.313 ocupaban el Norte del territorio en posesión de 34.972 cabezas vacunas, 18.596 caballar, 2.588 mular,96.725 lanar, además de 26.121 cabríos y apenas 817 porcinos (en total la mitad de la riqueza ganadera del Neuquén de entonces). Los lobbistas de Chos Malal pensaban que el directorio del F.C. Sud presionaba para que la Confluencia pasara a ser un gran pueblo. Su petitorio a Roca tenía -curiosamente- la firma del gobernador Alsina -entonces cauteloso-, de manera que es fácil deducir la estrategia del gobernador: primero frenar toda idea de capitalizar la Confluencia. Luego poner en ejecución el plan Las Lajas.
El ministro del interior de Roca tenía algunas precisiones sobre Chos Malal a través del enviado a Neuquén Gabriel Carrasco. Visitó Chos Malal en 1902 (William Rögind, autor de la Historia del Ferrocarril Sud - 1937, equivocó la fecha (1900) que enseguida rectificó. El Dr.Carrasco en su "De Buenos Aires al Neuquén" dató el viaje en 1902).
"Chos Malal -contó Carrasco- es como Tombuctu, la antigua y misteriosa ciudad del centro de Africa... conocida a través de las relaciones fantásticas de un viajero extraviado que las oyó de los labios de algunos de los esclavos escapados de sus despóticos señores". Agregó que era "un misterio geográfico sólo indicado en los mapas como tierra incógnita donde los ríos corrían al capricho de los geógrafos..."
La descripción de Carrasco -que viajó envuelto en un poncho-patria cedido por su amigo el ministro de la Guerra Ricchieri- simula una novela. Lo que corre a partir de la estación Neuquén -inaugurada precisamente en 1902- resulta la trama más aventurera del viaje de 6 días con sólo dos paradas bajo techo hasta Chos Malal. Bueno porque "un año atrás el viaje duraba quince días; hace dos, sólo había un correo por mes; y cuando el gobernador Olmos llegó por primera vez , aún no existía el ferrocarril al Neuquén y empleó un mes y medio" en la peregrinación. El coronel Lisandro Olmos arribó en el año 1899 de la gran inundación: las vías ya corrían junto al río Negro.
Carrasco sostuvo que Chos Malal era "el pueblo de la república donde la vida resultaba más cara". El kilo de pan a 1,10 peso, la lata de kerosene a 14 (en Buenos Aires 3) y alimentar un pingo sumaba 70 pesos por mes, más que la dieta de un hombre.
El 17 de febrero de 1903 Tribuna publicaría la oposición del coronel Olascoaga a que se mudara el gobierno neuquino de Chos Malal a Las Lajas, como proponía el gobernador Alsina quien renunciaría 5 meses después.

Curiosidades

* El general Mansilla dejó por unos meses su hogar europeo para pasarla en Buenos Aires, cómodo y rodeado de agasajos, mientras el Banco Hipotecario tramitaba distraído el cobro de su deuda por vía judicial (que fracasó). Un telegrama de Río de Janeiro dio cuenta de su paso en el vapor Danube. Ponderó su intacto prestigio ante los argentinos encumbrados (no le mellaban sus deudas impagas). Lo demostró la visita que a bordo le hizo el embajador argentino Gorostiaga. También treparon la planchada su amigo el barón de Río Branco y Quintino Bocayuva.
* El Diario, vespertino de Buenos Aires que dirigía Manuel Láinez, dio cuenta de esos agasajos en Río de Janeiro en su edición del 29 de agosto de 1905. Señalaba que el general lucía tan buena salud como 10 años atrás, tan bien le había sentado la travesía. Puntualizaba que Lucio V. Mansilla argumentó que su viaje a Buenos Aires era puramente personal y de "orientación a sus intereses materiales", entre otros objetivos.
* El miércoles 14 de enero de 1903, desde puerto Santa Cruz cablegrafiaron que la noche anterior -a las 20- levó anclas el crucero Nueve de Julio rumbo a la Isla de los Estados con el perito Moreno a bordo. El árbitro Holdich y el perito Moreno deberán reunirse el 1° de febrero de Cerro Palique. El inglés elogiaba la zona, había sido agasajado en Santa Cruz, visitaría la Isla de los Estados donde se produjo la fuga de presos, pero después de los trabajos viajará a Valparaíso en el crucero Chacabuco.
* El mismo 14 de enero el ministro Joaquín V. González y el Dr. Gabriel Carrasco visitaban Gaiman con el gobernador Conesa de Chubut. En el hotel Gaiman (aún en pie) les brindó un banquete el vecino William Griffiths. Los discursos fueron del juez de paz Hugo Griffiths y del estanciero de Cabo Raso Eduardo Rozas.

Por Francisco N. Juárez

fnjuarez@interlin.com.ar

   
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