Viernes 10 de enero de 2003

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La temporada ya es histórica en Las Grutas, pero hay mucho por pulir

 

Lo malo

 
 
Las casillas rodantes instaladas en la Costanera: un lugar para el disfrute en el que no deberían poder hacerlo.
El estacionamiento
Los espacios para dejar los vehículos son muy difíciles de encontrar, especialmente con pleamar. La Costanera ya no da abasto y todo indica que para la próxima temporada habrá que plantear espacios en los que se puedan dejar los coches, aunque esto amerite transformar en peatonal la mayor parte de la arteria costera, obligando a que cada familia camine por lo menos tres cuadras para llegar hasta la playa. Lo cierto es que actualmente la situación se transforma por momentos en caótica.
Los abusos
Hay abusos en todos los rubros. Incumplimientos por doquier. Muchos turistas se quejan, por ejemplo, porque reservaron por teléfono una casa para seis y al llegar se encontraron con monoambientes. Otros cuentan que en algunas pizzerías les cobran plus por pedir una pizza dividida en dos variedades, lo cual no ocurre en ningún lado ni tiene asidero lógico. No se respetan los precios en cartel, se reservan casas supuestamente con cochera y luego no tienen, se ofrece vajilla de plástico, entre otras acciones desleales. También, en la oficina de informes de la Delegación Municipal, en el sector destinado a la recepción de quejas, se han denunciado casos de maltratos ante el planteo de determinados cuestionamientos. Estos abusos dejan traslucir un problema aún mayor. Es la falta de conciencia turística: el aprovecharse del visitante olvidando que el que se va ofendido no se enoja con el comercio, cuyo nombre probablemente olvide en un par de días, sino con todo el centro de veraneo, al que tal vez no regrese ni recomiende a otros visitarlo.
Las casillas
Una larga fila de casillas rodantes se instala diariamente contra la Costanera, sobre todo en el sector de los Acantilados. Además de que molestan, afean la zona y provocan suciedad ya que allí se reside como en una casa pero sin tener ningún tipo de servicio.
La cuarta bajada
Lo peor de la temporada ya es sin dudas lo ocurrido con la Cuarta Bajada. Todavía, a 10 de enero, están construyendo. Un mes y dos días después del lanzamiento de la temporada. La gente no tiene espacio para disfrutar la playa porque todo se reduce debido a la enorme afluencia de veraneantes. En contra de toda la normativa vigente, la irresponsabilidad de los privados y la inacción del gobierno hacen que el aspecto de la Cuarta sea desagradable y atente contra la tranquilidad y el físico de los turistas. Desde el Municipio prometieron sanciones, pero qué mayor sanción hubiera sido clausurarles la obra en esta temporada exitosa y al menos evitar los hierros esparcidos por la arena, la suciedad y la falta de respeto que los trabajos significan para el bañista.
Las demoras
Muchos inconvenientes simples tuvieron demorada su resolución hasta más allá de Navidad y aún algunos siguen sin resolverse. Los handies para los guardavidas, que hicieron retención de servicios para conseguir algún equipamiento, aún no llegan, los baños públicos recién abrieron alrededor del 1 de enero, los artesanos hasta hace poco tuvieron problemas en la feria, la bajada de lanchas todavía no está organizada. Además de la tardanza por parte del gobierno, también los privados esperaron a último momento para terminar obras y preparar sus comercios, como si no supieran cuándo comienza la temporada.
Escasez de alojamiento
Ya no hay más lugar. Aquí el problema no se sabe si es que la oferta es poca o si la demanda es excesiva. Lo cierto es que desde hace días no hay más alojamiento en el balneario. Mucha gente tuvo que ocupar viviendas en San Antonio Oeste y hasta en Conesa, situada a 80 kilómetros. Lo peor del caso es que se están ocupando por precios altos, viviendas sin categorizar y sin figurar en ningún registro.
Los ruidos molestos
Para quien eligió esta villa para descansar, los ruidos molestos por la noche son una constante. La marea humana que transita hasta el amanecer genera que muchos turistas alojados en la Segunda Bajada no puedan dormir. Tal vez la situación sea inevitable en ese sentido, pero es también necesario poner orden y controlar la continuidad de los espectáculos musicales en pubs hasta después de la 1 de la madrugada, lo que está prohibido por las normas. Además deben hacerse revisiones de la acústica de algunos boliches.
Los fourtrax
Parece que ya no hay solución para lo que es un flagelo de todos los años. Los fourtrax de alquiler siguen partiendo de al Tercera Bajada a pesar de que deberían hacerlo desde el Cañadón de la Paloma. Y lo peor es que existen accidentes todos los días. El fin de semana hubo siete de los cuales uno generó heridas graves en un joven que se quebró las dos muñecas. Ayer una señora con la hijita se cayeron y se lastimaron en pleno Barrio Bucha Laufquen. La problemática es constante y su continuidad depende de una decisión tajante de la Municipalidad antes de que ocurra una tragedia. (P. C.)
   
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