Jueves 9 de enero de 2003

 

La peor crisis de la prensa brasileña

 

El panorama incluye caída de lectores y de publicidad.

  En octubre pasado, el presidente del Brasil, Fernando Henrique Cardoso dictó en régimen de urgencia una medida provisional que permite a inversionistas extranjeros controlar hasta un 30 por ciento del capital con derecho a voto de los diarios y revistas.
La medida se destina a rescatar a la prensa del país de una de las peores -si no la peor- crisis de su historia, causada en parte por la caída de los ingresos publicitarios -especialmente con avisos clasificados- y agravada por la acentuada depreciación del real, que hizo dispararse sus gastos en dólar, incluso la importación de papel.
"La crisis es mucho más grave de lo que se imaginan los lectores", expresó el periodista y dueño de la revista semanal "Carta Capital", Mino Carta, quien aseguró que los principales grupos periodísticos - entre ellos Globo, Estado y Editorial Abril- "están al borde del desastre total".
"Tan sólo Globo (el mayor consorcio de comunicaciones del país) debe 2.000 millones de dólares", afirmó Carta, en una entrevista reciente, en la que señaló que los propios dueños de las empresas periodísticas se precipitaron en la crisis, al endeudarse en dólares para financiar pesadas inversiones en sus medios.
Las inversiones, destinadas principalmente a la adquisición de equipos de última tecnología para permitir el uso de fotos en color y mejorar el diseño de los principales diarios, fueron estimuladas en un período de bonanza para la prensa brasileña, cuya circulación aumentó en más del 80 por ciento entre 1990 y 2000.
Sin embargo, a partir del año pasado se produjo un declive en el número de lectores, una fuerte caída en la demanda por avisos clasificados -una de las principales fuentes de ingresos de los diarios- y una caída en torno al 6,5 por ciento en los ingresos con venta de publicidad.
Según el director de circulación del diario "O Estado de Minas" y dirigente de la Asociación Nacional de Diarios (ANJ), Augusto dos Anjos, el estancamiento de la economía brasileña es una de las causas de la retracción de los lectores y de la consecuente reducción en el tiraje de los diarios, que se acercaba a ocho millones de ejemplares el año pasado.
"Hay una gran relación entre el PBI (el Producto Interno Bruto), la circulación y el poder adquisitivo de los lectores", expresó Dos Anjos, quien agregó que la disparada del dólar -que aumentó en casi un 50 por ciento en lo que va del año- obligó a las empresas a aumentar el precio de los diarios y a despedir personal.
El número de subscriptores de los 22 mayores diarios se redujo en un 12 por ciento en el primer semestre de 2002 respecto al mismo mes del año pasado, lo que significa que más de 1,4 millones de ejemplares dejaron de ser vendidos diariamente.
La opción de atraer a inversionistas extranjeros para superar la crisis, sin embargo, provoca polémica en el país, ya que existe el temor a que los nuevos accionistas influyan en el contenido de los diarios, pese a su participación limitada en el capital.
"Estamos salvando la quiebra de algunas empresas de comunicación entregándolas a los extranjeros. Eso es lo mismo que pagar la deuda externa de Brasil vendiendo la Amazonia", dijo uno de los principales opositores de la medida, el senador Roberto Requiao, aliado del futuro gobierno del izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva. (dpa)
   
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