Domingo 5 de enero de 2003

 

El "baelee" nació en Neuquén y ya anda el país

 

Baile, terapia, gimnasia o todo eso junto, el ahora castellanizado como "bailí" hace de su creador, Daniel Bongiovani, un convencido de la utilidad de dar rienda suelta a la expresividad.

 
Miles de personas han llegado a participar de las clases, donde la consigna principal es "vale equivocarse".
NEUQUEN (AN).- Dice que cuando era pibe era medio patadura. "Me gustaba bailar pero no era bueno", afirma el hombre que en los últimos años le inyectó danza y expresión a cientos de miles de personas. ¿Cuántas? No sabe, pero tiene una idea.
"Son miles, tené en cuenta que hay fines de semana en que son mil otros que son 2.000 y algunos que entre sábado y domingo he llegado a sumar 5.000", agrega Daniel Alejandro Bongiovani, "El Tano" o "El señor Baelee", tal es la sigla que sintetiza el Baile, Aeróbico, Libre, Emotivo y Expresivo. La expresión castellanizada es "bailí", toda una marca registrada en Neuquén y Río Negro.
"El secreto de que en esto vale equivocarse, yo se los digo permanentemente y la mayoría de la gente lo capta y entonces lo disfruta", agrega Bongiovani, un neuquino que este 8 de enero soplará las 37 velitas. Ex jugador de vóley (estuvo cuatro años en la selección provincial de ese deporte), instructor de gimnasia aeróbica y estudiante de psicología social defiende contra todo el método que dio en llamar Baelee y que se extiende desde esta capital hacia el interior de Neuquén y Río Negro y también hacia otras provincias.
"Lo está llevando Jorge Darroda que está trabajando con talleres en Córdoba, Buenos Aires, en Tucumán y en otras provincias del norte del país. El método es el mismo aunque ellos lo llaman danza expresiva", explica Bongiovani quien antes de terminar el 2002 tenía una apretada agenda para el 2003.
"El Tano" parece encallado en la adolescencia pero desde hace tiempo que es un hombre grande. Tiene cuatro hijos: Antonella -la mayor, de 16 años- Franco (10), Anael (6) y Azul (3) y mil proyectos a caballo de Baelee.
"Aunque a veces no puedo creer cómo se difundió el método sé que no puedo parar y que hay que seguir trabajando. Me critican que el método sea igual para los grandes y los chicos pero acá cada uno lleva su ritmo y el que quiere parar para, permanentemente estoy siguiendo al grupo. La idea es distenderse y entretenerse, yo no quiero sacar ningún campeón de danza", se explaya mientras muestra una foto en la que vuela sobre el escenario.
Las clases son una, dos, tres o cuatro por día; en el centro de la ciudad o sobre las piedras en cualquier calle del oeste de esta ciudad.
En más de una oportunidad tuvo a 2.000 personas enfrente "esperando que les dé algo: es muy emocionante y sé que no les puedo fallar. Una de las cosas más impactantes que recuerdo fue una clase que di en la plaza de las Banderas, ese día había gente del barrio Ciudad Industrial, gente del Rincón Club de Campo, gente del centro y de los barrios, todos haciendo lo mismo todos interrelacionándose".
En ese tren recordó que hace un par de semanas, bajo una tormenta de las que no se empardan "me emocioné con la gente que siguió bailando y saltando a pesar de la lluvia. Algunos se fueron pero la mayoría se quedó, esas cosas son gratificantes, lo mismo que cada clase en los barrios aunque sea de quince pibes", se confiesa Bongiovani.
En eso de andar los barrios, hace muy poco "El Señor Baelee" cosechó uno de los mayores logros: el premio Jaime de Nevares para la biblioteca de Gran Neuquén Norte. La distinción fue en realidad para los chicos del grupo que comanda allí entre los arenales donde se salta y baila. Allí mismo, hay chicos que manejan los equipos de música y que se ganan unos pesos haciendo de DJ, algo que aprendieron con "El Tano". En ese lugar, además, con el premio se pudieron comprar herramientas para la carpintería.
En las clases, también hay mensajes y son los chicos quienes componen canciones a ritmo de rap con las que disparan contra la corrupción, el sistema político y por los derechos de los niños.
"Esto es expresión, se trata de desbloquear la energía, se trata de ser uno mismo", cierra el señor que ya alista la agenda de verano. En la Vuelta de Obligado o en la arena de Las Grutas.

"Vale equivocarse"

NEUQUEN (AN).- Todos y cada uno de los temas que suenan en las clases de Bongiovani fueron previamente estudiados hasta en el más mínimo detalle. Cada estrofa, cada salto rítmico "es analizado y preparado", explica al tiempo que hace un cálculo estimado de la cantidad de temas musicales que puso bajo la lupa.
"Son entre 400 y 500, son por lo general los temas que están de moda, los que la gente conoce y tiene incorporados. Preparo la rutina con esos temas; recién ayer terminé con los seis que voy a usar este verano junto a los que fui trabajando el resto del año", detalló.
Con los equipos alistados -en un escenario o en el suelo- Bongiovani sólo utiliza un micrófono-auricular y se para frente a la gente. "Nunca tuve miedo, sí te carga de responsabilidad el hecho de estar al frente de gente que uno sabe que tiene problemas y que te elige para que le des una mano", se explaya.
"En esto hay mucha pasión y eso se contagia pero no hasta el extremo de que le vas a exigir a alguien más de lo que puede dar. Cada uno hace lo que puede y como digo siempre vale equivocarse, eso la gente lo capta enseguida y por eso lo disfruta", cerró Bongiovani.

   
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