Sábado 25 de enero de 2003

 

Emotiva ceremonia de despedida a Forni

 

Sus restos fueron acompañados ayer al cementerio. Además de familiares y amigos, participaron el gobernador Sobisch y el intendente Quiroga. Palabras de Gschwind y Gutiérrez.

 
Muestras de dolor en el último adiós al ex vice gobernador y ex legislador.
NEUQUEN (AN).- Un nutrido grupo de personas dio ayer el último adiós a Horacio Forni, dirigente del Movimiento Popular Neuquino y ex gobernador de la provincia, quien falleció el jueves por la madrugada como consecuencia de una larga enfermedad.
Sus restos fueron velados en la Legislatura de Neuquén hasta las 10 de ayer. Desde allí, una importante caravana de automóviles acompañó a sus familiares hasta el Cementerio Parque Jardín del Recuerdo, donde luego de una emotiva ceremonia fueron sepultados los restos del ex funcionario provincial, cerca de las 11.30 de la mañana.
Además de sus familiares y amigos más cercanos, concurrieron a la necrópolis el gobernador de la provincia, Jorge Sobisch -acompañado de varios miembros de su gabinete-; el intendente de la ciudad, Horacio Quiroga; el jefe comunal de Senillosa, Sergio Farías; Federico Brollo, concejal por el MPN y precandidato a intendente capitalino; Luis Jalil, diputado nacional y ex intendente de Neuquén; Guillermo Pereyra, titular del sindicato de Petrolero y Gas Privados, y Héctor Castillo, colaborador del ex gobernador Felipe Sapag y amigo personal de Forni, entre otros.
"Lo queremos despedir como lo que fue: el militante de la calle que llevó la palabra del Movimiento Popular Neuquino a toda la provincia, y que trabajó siempre por los más humildes", expresó una antigua militante de la fuerza. "Ni los más antiguos ni las nuevas generaciones debemos olvidar esa premisa", continuó hasta que se quebró en llanto.
Por su parte, el subsecretario de Acción Social de la provincia, Manuel Gschwind, se dirigió a la viuda de Forni y a sus cuatro hijos -Fernando, Luciana, Guido y Franco-, y dijo que "les queda el amor y el cariño de Horacio". Mientras que "a quienes abrazamos la vida política -continuó-, nos queda su palabra, su capacidad para discutir", y reconoció que "aunque por momentos hayamos estado enfrentados, logramos ser muy buenos amigos".
Gschwind enfatizó además que "Horacio se va tranquilo porque apostó por la unidad, trabajó por más de 30 años en la vida institucional" de Neuquén y afirmó que también por su aporte, "la provincia va a salir adelante".
En un prolongado discurso teñido del recuerdo de anécdotas compartidas, el ministro de Gobierno Carlos Gutiérrez, habló "en nombre del gobierno" provincial, y expresó que Horacio Forni "fue un hombre fiel a sus convicciones" y lamentó el hecho de que "la ciudadanía pierda a uno de sus máximos referentes".
Gutiérrez recordó el trágico fallecimiento de Jorge Gorosito, quien fue ministro de Gobierno de la actual gestión, y afirmó: "Yo sé que no me voy a equivocar en mi labor porque tengo dos amigos del alma que me acompañan".
Los amigos que se dieron cita para despedir a Horacio Forni arrojaron claveles blancos al féretro, mientras expresaban su dolor con palabras y lágrimas. Cada uno de los presentes demostró afecto a los familiares, brindó palabras de aliento y de contención.
Tanto la caravana que recorrió las calles de la ciudad, como la ceremonia que se desarrolló en el cementerio estuvieron secundadas por una fuerte custodia policial. Además, la Policía de la provincia rindió los honores que contempla el protocolo y le entregó la bandera nacional a la viuda de Forni.
Forni tenía 64 años. Fue vicegobernador, diputado provincial en los períodos 1991-1995 y 1995-1999, y ministro en distintas carteras.
En 1987, cuando era vicegobernador de Felipe Sapag tuvo protagonismo en la coordinación de las acciones para preservar el orden institucional, amenazado por el motín de los carapintadas de Aldo Rico. En esa oportunidad se reunió con el general Martín Balza, entonces a cargo de la VI Brigada de Infantería de Montaña, para conjurar el posible alzamiento de la guarnición de Las Lajas. Junto a Sapag, el obispo Jaime de Nevares y los principales dirigentes políticos y gremiales contribuyó a articular la movilización popular de rechazo al intento golpista.
   
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