Viernes 24 de enero de 2003
 

A un año de la renuncia, poco cambió en la comuna

 

Existen coincidencias en que la situación de la municipalidad con Icare es similar a la de un año atrás. Lo que logró el actual jefe comunal fue un acuerdo para asegurar la gobernabilidad.

 
Un estallido social llevó la tensión en Bariloche días antes de la renuncia de Atilio Feudal, inmerso en un creciente aislamiento político que condicionó su gestión.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- A un año de la renuncia de Atilio Feudal, el municipio de Bariloche continúa exhibiendo los mismos problemas económicos y operativos que signaron su caída.
El mayor logro de su sucesor, Alberto Icare, fue la pacificación social alcanzada a través un acuerdo tácito de gobernabilidad con los trabajadores municipales y la multiplicación de los subsidios laborales de la Nación.
Pero el municipio sigue con la misma incertidumbre económica generada por los dos últimos gobiernos y sin un proyecto claro de reordenamiento que permita visualizar la proyección de los servicios, prestados con precariedad.
El dato más alentador de la actual gestión es el desahogo financiero operado con la reestructuración de la deuda bancaria -sujeta a aprobación- y el entendimiento logrado con la provincia por la coparticipación que le permitirá consolidar el equilibrio primario construido a fu
Feudal.
erza de reducción de gastos.
En contrapartida, los magros porcentajes de recaudación propia y la abultada y nunca mensurada deuda comunal siguen atando su economía a los aportes extraordinarios "pellizcados" a Nación o provincia.
"Hoy el municipio no está mejor que cuando cayó Feudal, no creo que haya retrocedido pero se mantuvo estático que es igual de malo", evaluó Jorge Temporetti, presidente de la comisión de Economía del Deliberante, y artífice de la ordenanza de emergencia económica y la coalición de gobierno que sustentó a Feudal.
El concejal advirtió que la caída del jefe comunal radical profundizó todas las variables de la crisis que consumió su gobierno, dejando escaso margen de acción a sus sucesores. "Los concejales que integramos el gobierno de coalición apostamos a la gobernabilidad porque sabíamos que no podíamos darnos el lujo de un quiebre abrupto cuyas consecuencias están a la vista" explicó el Temporetti.

Más que ahora

Si bien es difícil estimar el promedio de recaudación de la anterior gestión -por la sucesión de moratorias- los números oscilaban entre los 600.000 y los 700.000 pesos mensuales, muy por encima de los recursos tributarios que dispone hoy Icare.
Pero el déficit que fagocitó al anterior intendente fue alimentado por un gasto salarial desmesurado, que superaba el 1,4 millón de pesos por mes (incluidos los contratos y subsidios sociales que afrontaba el municipio), reducido en la actualidad a unos 700.000 mil pesos.

Coincidencias en las causas

Todos los referentes consultados coincidieron en señalar que Feudal debió renunciar por su "pésimo manejo político", que lo llevó a enfrentarse con su propio partido y gobernar en una "soledad absoluta", y no la crisis socio-económica de la ciudad.
"No hay dudas de que cayó por razones políticas. Rompió la lanzas con su partido, rompió la Alianza en Bariloche y no buscó nuevos aliados creyendo que la democracia por si sola bastaba para sostenerlo", aseguró Ricardo Spoturno. El edil también concluyó que "hoy, operativamente, el municipio no está mejor".
La materia pendiente que deberán afrontar Ejecutivo y Deliberante en lo que queda del actual período será definir los lineamientos para una reestructuración operativa y económica que sirva de base a la próxima gestión.
   
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