Lunes 20 de enero de 2003 | |||
Los negocios que se esconden en el complejo invernal del cerro Catedral |
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La mayoría de los centros de esquí está en bancarrota. Los medios de elevación solos no son redituables. |
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Guillermo Perícola, quien durante años fuera el gerente gene-ral de la poderosa Asociación Empresarial del Area Catedral, sostuvo oportunamente y reiteró ayer ante este diario que "los medios de elevación por sí solos no son negocio en ningún lugar en el mundo". Prueba de ello es que la mayoría de los centros de esquí argentinos son deficitarios y muchos están en bancarrota, a pesar de que en la mayoría de ellos las obras básicas las realizó el Estado. Perícola proponía el fin de las concesiones y abogaba por una privatización con restricción del dominio, lo cual estimaba que garantizaba un mejor servicios. Recordó que "a excepción de los medios de elevación, todos los demás servicios de la montaña están en manos privadas". Otro de los consultados, José Mengolini, quien presidió entre otras la Asociación Argentina de Instructores de Esquí y la AEAC, dijo que la montaña debería ser administrada en forma gerencial, por profesionales, y supervisada por representantes de instituciones públicas y privadas de Bariloche. Ambos negaron la posibilidad de lograr una gran recaudación impositiva en caso de lograrse una municipalización. No obstante, estimaron que esta fue prevista en la ley de 1985 y tarde o temprano deberá concretarse. Según pudo averiguar este dia-rio, el mayor negocio de las empresas que durante los últimos años operaron los medios de elevación del Catedral, además de no cumplir los contratos, fue el subalquiler de los servicios en torno de los medios de elevación. Robles Catedral, por ejemplo, alquilaba cada invierno siete refugios/confiterías en la montaña, a un promedio de 25 mil pesos. Asimismo concesionaba su escuela de esquí, alquileres de equipos y varios locales en la parte baja de la montaña. Algo parecido sucede en el sector norte, donde los creadores de Ski World S.A. (hoy Catedral Alta Patagonia S.A. - CAPSA) lograron cumplir la mayoría de las obras comprometidas en la concesión sin invertir un solo peso y además se aseguraron una renta. El shopping Las Terrazas, el edificio Los Troncos, las ampliaciones del refugio Lynch, Viento Cero y otras obras se realizaron de esta manera. El shopping, por si sólo, paga un canon anual de 100 mil pesos. Bajo el paraguas de esta empresa opera la cooperativa de escuelas de Esquí, los alquileres de equipos y también la publicidad del área esquiable. Según informaron desde CAPSA el mayor error de los Reynal fue afrontar el emplazamiento de las aerosillas séxtuple y cuádruple con créditos bancarios a corto plazo y paralelamente destinar importantes ingresos hacia una promoción integral del centro invernal, de la cual sólo se beneficiaba en una mínima parte. "Los Reynal pensaban que estaban viviendo en los Estados Unidos y que el negocio del esquí argentino podía ser comparado con lo que sucede en Aspen", explicaron. Esto llevó a la empresa hacia la convocatoria de acreedores. En cuanto al negocio inmobiliario hay consenso en que el desarrollo de las 70 hectáreas de "Chapelquito" sólo es rentable si se plantea como un área de servicios turísticos (con hoteles, servicios gastronómicos y cabañas) el cual tribute a los medios de elevación algún tipo de canon en función del valor agregado que aporta el centro de esquí para esos emprendimientos. Esto sucede en otros centros de esquí del mundo, donde los chalets y hosterías de la montaña pagan las expensas hacia la empresa que tiene los medios de elevación. Cualquier otro tipo de desarrollo inmobiliario no reportaría beneficios a las concesiones y tampoco integraría el cerro. |
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