Domingo 19 de enero de 2003

 

 

Clausuraron dos boliches de la noche neuquina

 

La municipalidad de Neuquén realizó un operativo en el balneario Río Grande. Durante los controles fueron multados 60 automovilistas. Muchos de los conductores eran menores.

  NEUQUEN (AN).- Los controles en el balneario más popular de Neuquén arrojaron anoche la clausura de dos boliches de onda y 60 infracciones de tránsito a menores al volante y a conductores flojitos de papeles.
El rastrillaje abarcó al corredor de los pubs de la avenida Olascoaga, donde los parroquianos suelen estacionar sus vehículos e ingerir cerveza mientras esperan que llegue la hora para entrar a los bailables.
La vida nocturna del viernes se caracterizó por más presencia de policías y de inspectores que de jóvenes, quizá porque la noche estuvo fría.
Los operativos no fueron violentos, si bien los agentes municipales lidiaron contra la resistencia de los comerciantes: les demandó más de tres horas clausurar los boliches Conteiner y El Cuervo. El procedimiento fue ordenado por el tribunal de faltas. Ninguno estaba habilitado para funcionar, habían sido intimados y dado un plazo de gracia para que pongan los papeles al día pero no lo hicieron y, por el contrario, mantuvieron las puertas abiertas al público.
A la calle salió una tropa de 15 inspectores para fiscalizar el tránsito, los papeles de los comercios y sus condiciones bromatológicas.
La mitad del equipo se dedicó al tránsito. En apenas cuatro horas labró 58 actas de infracción por encontrar "in fraganti" a menores al mando de vehículos, en ocasiones prestados con el consentimiento de sus padres, pero fuera de la ley. También multaron a mayores por no tener carnet habilitante para conducir, la tarjeta verde o el seguro obligatorio contra terceros.
No hubo, sin embargo, retenciones de vehículos porque los padres acudieron al llamado de sus hijos bajo la mirada de los inspectores.
"Con los controles municipales no se arregla la cuestión de fondo, hace falta el compromiso de los padres", razonó el subsecretario de Desarrollo Local, Alejandro Vidal. El funcionario se aprestaba anoche a acompañar a los sabuesos en los operativos que, dijo, son rutinarios aunque "inflexibles" para poner punto final a la ingesta excesiva de alcohol y a la violencia en la calle.
La presencia de efectivos de la policía provincial y de la federal, por grupos y en toda la Olascoaga que remata en el balneario Río Grande, fue disuasivo para quienes comercializan en la zona estupefacientes y para quienes los compran y consumen con habitualidad.
Vidal insiste que la "concientización de los padres y la contención a los hijos tiene mucho que ver con la solución del problema".
Las clausuras de los boliches fueron "prolijas, para evitar que los procedimientos puedan ser declarados nulos", agregó el funcionario de la municipalidad de Neuquén.
Vidal no quiso anticipar cómo serán rastrillados los almacenes de los alrededores que venden bebidas alcohólicas en botellas a menores y después de las 23, prohibido por ordenanza.
Al parecer, la comuna local incrementará el equipamiento de inspectores en operativos sorpresivos que se realizarán de día y de noche en zonas clave de los balnearios.
Esta metodología fue acordada entre el municipio, la jefatura de policía de la provincia y la justicia federal para dar batalla a los excesos de alcohol y de drogas, muchas veces combinados con medicamentos que potencian su efecto y pueden ocasionar la pérdida de conocimiento hasta la muerte.
   
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