Martes 14 de enero de 2003 | |||
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Clausuran un natatorio por día en Neuquén |
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Las causas habituales son turbiedad, falta de cloro o presencia de microorganismos en el agua. Las inhabilitaciones nunca superaron las 24 horas. Refuerzan el programa de inspecciones. |
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A la fecha las inhabilitaciones no superaron las 24 horas, el plazo mínimo que tienen los responsables para remediar la falta. Pero las piletas no volvieron a abrir al público hasta que los inspectores verificaron las condiciones. Las inspecciones se extienden a las piscinas de clubes, de hoteles, y de los centros deportivos de la capital, privados y públicos. Los propietarios de los establecimientos son responsables de mantener las instalaciones y de registrar todos los días las novedades en un libro foliado por la municipalidad. Allí debe constar el nivel de cloro del agua -tres o cuatro veces por día-, de acidez -una a cuatro veces diarias-, turbiedad -una vez por día-, y el análisis bacteriológico -dos veces al mes-. El factor sorpresa de las inspecciones es clave para corroborar la veracidad de los datos e indirectamente la conducta de los responsables. De constatar falsedad en los registros, la municipalidad levanta actas de infracción independientemente de clausurar el natatorio si no cumple los requisitos. La acidez y la cloración son dos aspectos de la calidad del agua que los agentes monitorean al instante con reactivos. En cambio, para el estudio bacteriológico remiten las muestras a laboratorios privados. El recuento periódico total de bacterias es una acción preventiva que garantiza a los bañistas no contraer enfermedades asociadas como diarreas, gastroenteritis, salmonellosis ni hepatitis. La toma de las muestras es efectuada en el momento de máxima cantidad de personas dentro de la pileta, un detalle mayor que necesariamente debe constar en el libro de registros diarios. Los controles son realizados por dos inspectores especializados, quienes en el término de una semana recorren el circuito de natatorios y vuelven a "visitarlos" sin aviso previo a la semana siguiente. Hasta el momento, las once inhabilitaciones tuvieron como disparador el cloro o el PH del agua por debajo de los niveles admitidos. De los controles no escapan los balnearios aunque en tales casos se hacen con la supervisión de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), que efectúa los muestreos en áreas pre determinadas de la cuenca hídrica. La más reciente evaluación eximió con buena nota a los centros recostados sobre los ríos Neuquén y Limay, libres de contaminación por coliformes para la realización de actividades recreativas. A esta situación contribuyó el caudal importante de agua de ambos cursos de agua. La vigilancia a los natatorios está enmarcada en normas de control y de evaluación ambiental. En 1996 la comuna actualizó el encuadre legal y capacitó a sus operadores, quienes evalúan a las 24 piscinas habilitadas. Un dato poco conocido para el público es que el número de bañistas no debe superar el de una persona por metro cuadrado de superficie de la pileta, a los fines de resguardar las condiciones básicas de higiene. Y para verificar la transparencia del agua sólo es necesario poner un disco negro de 5 centímetros de diámetro en la parte más honda: debe ser visible a 9 metros de distancia. |
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