"La única salida es el trabajo genuino"

La ministra de Trabajo explica a "Río Negro" el plan de reinserción laboral.

La ministra de Trabajo defiende un plan ya muy cuestionado.

BUENOS AIRES (ABA).- Graciela Camaño está orgullosa. Tanto, que no permite que nadie haga ni el menor cuestionamiento del Plan Jefas y Jefes de Hogar desocupados que asiste a 2.000.000 de personas en todo el país. Pero al mismo tiempo está preocupada. Sabe que en el mediano plazo, cuando los recursos sean más escasos aún, puede quedar un escenario conflictivo.
"La única salida al plan es el trabajo genuino. Para desarmarlo, va a tener que haber una creación de fuentes genuinas", le explica a "Río Negro" la ministra de Trabajo.
La necesidad del gobierno de encauzar los planes sociales hacia una salida no problemática quedó en evidencia hace días con el lanzamiento del programa "Componente Solidario de Reinserción Laboral", iniciativa que busca descomprimir el Jefes y Jefas de Hogar otorgando por 6 meses la mitad del sueldo básico a las empresas que tomen beneficiarios.
-¿Es viable un plan así en este contexto de recesión? ¿Confía en que las empresas tomen gente con este mecanismo?
-Claro que es viable...y si no confiara en eso, no hubiéramos lanzado el plan. Porque si bien hay dificultades en las empresas para salir, también se visualiza que hay creación de empleo. Tenemos cálculos sobre la creación de empleo en el último trimestre y sobre las potenciales fuentes de trabajo que se crearán este año, y en base a eso tomamos una cantidad de beneficiarios con la que pretendemos trabajar.
-¿No temen que se pueda producir una precarización laboral con la medida?
-No. Hay normas clarísimas en el plan para evitar esto. Vamos a levantar la historia laboral de todos los beneficiarios del plan Jefes y Jefas y aquellos que estén en condiciones o que las empresas adviertan que les son de utilidad como mano de obra serán tomados respetando todas las normativas que rigen en materia laboral la relación entre empleado y empleador. Las empresas tendrán la única ventaja de tener cubierta la mitad del salario básico de ese trabajador.
-¿Pero si un empleador decide despedir a su planta permanente porque le resulta más conveniente la nueva mano de obra?
-Hay un mecanismo que prevé estas cuestiones. Por una parte, previene que no haya despidos en un período anterior para garantizar que estos beneficiarios van a ir a aumentar la plantilla de personal y no a rebajarla. Y por otra, establece que los empresarios tienen un límite para solicitar beneficiarios. Solo van a poder seguir tomando beneficiarios del plan aquellos que acrediten haber tomado a la misma cantidad que solicitan de remplazo.
-¿Afecta el hecho de que el plan que apunta a corregir un problema tan grande como el desempleo sea instrumentado por un gobierno de transición?
-No...yo solo pretendo encontrarle una puerta al plan Jefes y Jefas, y que tenga una suerte de efluente hacia el trabajo verdadero, real. Nosotros tenemos que poder pensar eso aún en la transición. Y creo que al gobierno hay que reconocerle la virtud de haber empezado a hacer eso, direccionando una cantidad importantísima de dinero hacia los desocupados. Pero no sólo eso: no hay que desconocer que a cinco meses de irse, el gobierno tiene planificada la salida del plan Jefes y Jefas...
-¿Cuál es esa salida?
-Siempre me lo preguntaban y siempre dije que tenía que terminar en trabajo...Acá, para desarmar el plan Jefes va tener que haber creación de fuentes genuinas. Queremos que no sean las razones presupuestarias las que terminen con él. En la medida en que las cuestiones macroeconómicas estén dadas, ésta es nuestra salida.

Sin margen para suspicacias

El fantasma del clientelismo político que puede girar en torno de los programas sociales no hace mella alguna en la ministra de Trabajo. Por el contrario, ella exhibe triunfante los resultados del programa instrumentado desde su cartera y no da margen a las suspicacias. Incluso, consideró que "no se puede plantear que el mecanismo de los planes asistenciales pueda generar problemas estructurales de dependencia de los beneficiarios en medio de semejante crisis social".
"Esto se puede plantear en un país donde hay un 10% de desocupación y un 25% de pobres. No lo podés plantear en un país con el 50% de pobres, más del 17% de desocupados y otro tanto de subocupados...es imposible de plantear. Este es un país que necesitaba invertir el pensamiento en materia económica para poder tener una mirada hacia una parte de nuestra sociedad que quedó desprotegida", aseguró.
"Además, el FMI al examinar el Plan Jefes en la última negociación ha dicho que no tiene ni más ni menos componente político que el que tiene cualquier municipalidad de Estados Unidos", dijo.
Y agregó: "Y eso quiere decir que el plan ha sido instrumentado con mecanismos de transparencia".