Domingo 26 de enero de 2003

 

Empresas francesas, reacias a invertir en Argentina

 

Duros conceptos de Thierry Courtaigne, titular de uno de los mayores movimientos empresarios de Francia. Dijo a "Río Negro" en París que en la Argentina no hay ideas y que las firmas no volverán a invertir hasta que no haya un "presidente realista" y un "proyecto abierto de mercado".

  PARIS (Especial)-Thierry Courtaigne, el director general del poderoso Movimiento de Empresas de Francia, afirmó a "Río Negro" que las empresas de ese origen están "en medio de la neblina" respecto de las próximas elecciones en la Argentina.
Disgustado por la "falta de visión" de los políticos, reclamó al mismo tiempo a los gobernantes que no hagan discriminaciones para favorecer a compañías nacionales o norteamericanas.
El vehemente hombre de negocios que recordó haber contribuido en 1989 a que la Argentina recuperase la confianza del mundo (señaló sus contactos de entonces con el ex presidente Carlos Menem y empresarios como Soldatti, Bulgheroni, Rocca y Amalita Fortabat, entre otros), aseguró también que los extranjeros no volverán a invertir en el país hasta que conozcan un proyecto "abierto de mercado" y "un presidente realista"
"Vemos que no hay ideas, que todo el mundo está a la pesca de los votos y no exhibe -se quejó- una visión global sobre lo que hay que hacer".
Courtaigne representa los intereses de 1.300.000 firmas francesas, incluyendo a las de servicios y excluyendo a las agrícolas, defendidas directamente por el gobierno francés.
"¿Qué quieren hacer los argentinos con la Argentina? No está en las manos de los inversores y de los banqueros resolver los problemas internos. Está en sus manos. Y deben tener en cuenta -advirtió- que instituciones como el FMI y el BM y las empresas extranjeras son muy importantes para generar crecimiento y dar trabajo".
Dijo que los franceses "respetan las culturas de los pueblos, sus hábitos y sus reflejos frente a los obstáculos". En tal sentido, exhortó a "buscar en las raíces" para que vuelva "la confianza y la credibilidad" en las instituciones argentinas.
Subrayó que los capitales fueron a la Argentina cuando "un peso era un dólar" y que en base a esa ecuación se hicieron los cálculos de ganancias y pérdidas. Lamento que la Nación y las provincias no se hayan esforzado en modernizarse, luego de los años de hiperinflación.
Destacó además "los sufrimientos del pueblo" y no dejó de hacer notar tampoco la fuga de dinero argentino a lo largo de 2001.
Pese a su rosario de quejas, apuntó que "los franceses en la Argentina son felices, aunque por un lado esperan conocer los proyectos para "adecuar sus estrategias comerciales" y por el otro "temen por la seguridad de sus familias".
Reconoció que las compañías francesas "cometieron errores, pero que no se las puede culpar de todos los males: pagan impuestos, son factores de modernización. No son exclusivamente los extranjeros los que deben pagar por el desastre".
Indicó que son muy pocos los que recuerdan cómo funcionaban los teléfonos y los otros servicios en 1990, época "en la que todo el mundo estuvo de acuerdo con las privatizaciones".

"Pueblo emprobrecido"

Admitió que con el "pueblo empobrecido" es muy poco lo que se puede hacer para modificar las tarifas en el corto plazo.
"Pero nosotros -añadió- hicimos nuestras previsiones con el dólar a un peso y nos endeudamos en esa moneda. Nos comportamos como invitados, y deben tener en cuenta que nos han invitado en el marco de una reglamentación que se debería respetar".
Implícitamente, admitió Courtaigne que se esperará el cambio de gobierno en Buenos Aires, sin dejar de insistir en que "encerrarse y apartarse de la globalización, detendrá la modernización. Todo se puede caer y romper", alertó.
"¿Cómo será el nuevo presidente? ¿Cómo se integrará su gobierno? ¿Cuál será la visión sobre los problemas? Tendrá que defender a las empresas que se quedaron a pesar de todo y fomentar la creación de nuevas. La Argentina -aventuró- no puede darse el lujo de vivir sólo de la agricultura y el turismo".
En este punto, elogió al Mercosur como instrumento de desarrollo, pero agregó que hoy "es sólo un papel firmado porque no cuenta con una organización que genere obligaciones".
Antes de finalizar la charla con "Río Negro", el dirigente empresario dijo que las empresas francesas "quieren quedarse en la Argentina", no obstante las pérdidas del último año que "no son cifras extraordinarias", sorprendió.
Arnaldo Paganetti
   
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