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BRASILIA- El presidente del Brasil, Lula da Silva, recomendó ayer a
su par venezolano, Hugo Chávez, no modificar el "Grupo de Países Amigos
de Venezuela", durante una reunión de más de dos horas que ambos mantuvieron
en la residencia de fin de semana de Lula.
Durante el encuentro, "explicamos que el equilibrio encontrado para
la participación de estos países es delicado, e importante para que
sean representadas las diversas opiniones. Esta es la única manera de
fomentar el diálogo", dijo el canciller brasileño, Celso Amorim, al
término de la cumbre Lula-Chávez. Según Amorim, Chávez entendió estas
razones y resolvió "dar un crédito de confianza a las naciones que integran
el Grupo en este momento".
Al llegar a Brasil, el presidente venezolano, quien expresó su rechazo
por la participación de EE.UU. afirmó que Cuba, China, Rusia, Francia,
República Dominicana y Trinidad y Tobago y Países Arabes querían unirse
al Grupo de Amigos de Venezuela. La presencia de Estados Unidos en el
Grupo "me parece interesante, siempre y cuando Washington entienda con
mucha claridad que hay un gobierno que yo presido", dijo Chávez.
Rusia, China y Francia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad
de la ONU, y constituyen un bloque muchas veces contrario a las intenciones
de Washington, como se manifiesta, por ejemplo, en su oposición a una
acción unilateral contra Irak, entre otros asuntos.
El mandatario, que afronta una huelga que reclama su renuncia desde
el 2 de diciembre, dijo que apoyaba esta extensión del grupo creado
esta semana en Ecuador, porque le daría un "carácter más global y democrático".
Amorim dijo además que la idea de Brasil es iniciar un proceso "que
trata de desarmar los espíritus en Venezuela para que los venezolanos
encuentren una manera de pasar este momento actual dentro de la Constitución,
las normas de la democracia y de una forma pacífica".
La creación del Grupo de Países Amigos, iniciativa de Lula concretada
el miércoles pasado en Quito, al margen de la asunción del presidente
ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, tuvo como objetivo declarado "apoyar los
esfuerzos de la mesa de diálogo" conducida por el secretario general
de la OEA, quien se encuentra en Caracas tratando de acercar las posiciones
de gobierno y oposición para poner fin a la crisis política venezolana.
No obstante, antes de partir hacia Brasil, Chávez dijo que su gobierno
evalúa retirar a sus miembros de la mesa de negociación porque "no hay
conversación posible con esos grupos terroristas y fascistas, lo que
hay es que derrotarlos aplicando todo el peso de la Ley"(ver aparte).
Por otra parte, Chávez dijo que las requisas de depósitos de alimentos
y bebidas que ordenó en su país buscan garantizar la seguridad alimentaria
de la población, afectada por acaparamientos de " empresarios alineados
con el golpismo. He dado instrucciones a los cuerpos de seguridad del
Estado y hemos comenzado ya a allanar sitios donde están depositados
esos alimentos, que son parte de la dieta básica del venezolano. Estamos
cumpliendo una tarea suprema de velar por la seguridad". (Reuters, Télam)
El gobierno daría un portazo
a OEA
VENEZUELA- El presidente de Venezuela,
Hugo Chávez, dijo ayer que su gobierno está considerando levantarse
de una mesa de negociación que, con el auspicio de la OEA, busca un
acuerdo con la oposición para salir de la crisis política que vive el
país petrolero sudamericano.
Sus declaraciones, en la madrugada del sábado al canal de televisión
del Estado, despertaron dudas sobre el futuro del diálogo, iniciado
hace más de dos meses bajo los auspicios del secretario general de la
OEA, César Gaviria; así como del Centro Carter y de las Naciones Unidas.
En el gobierno "estamos considerando levantar nuestro equipo de esa
mesa de diálogo porque esa gente que está allí no da demostraciones
de que quiera tomar de verdad el carril democrático", dijo Chávez. |