Sábado 11 de enero de 2003
 

Corea del Norte salió del tratado nuclear

 

Temor y mucha preocupación. Esas sensaciones causó ayer en el mundo el retiro de Corea del Norte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) que prohíbe transferir tecnología atómica a terceros países, lo que agravó la crisis entre Pyongyang y EE. UU.

  SEUL- Corea del Norte anunció el ayer su retirada de un convenio orientado a prevenir la propagación de armas atómicas, mientras Estados Unidos condenó la medida pero dijo que no lo tomó por sorpresa.
Acusando a Washington de querer derrocar su sistema político, Corea del Norte también criticó al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a la que calificó de títere de EE.UU, y rechazó un llamado de la entidad nuclear de la ONU para que readmitiera a los inspectores que expulsó el mes pasado. "El gobierno declaró su retirada del Tratado de No Proliferación nuclear y su liberación total del compromiso con el acuerdo de normas de salvaguarda del OIEA ", dieron.
Poco después, el embajador de Corea del Norte ante la ONU, Pak Gil Yon, en una inusual conferencia en la sede del organismo internacional, dijo que la oferta estadounidense de inicios de esta semana, de sostener conversaciones sobre el programa nuclear de Pyongyang sin estar dispuesto a participar en negociaciones, mostraba una falta de sinceridad.
El embajador también le dijo a periodistas que Pyongyang consideraría una declaración de guerra si el Consejo de Seguridad de la ONU le imponía sanciones económicas. "Ahora consideramos cualquier tipo de sanciones económicas que sean adoptadas por el Consejo de Seguridad como una declaración de guerra", dijo.
El vicepresidente estadounidense Dick Cheney, en concordancia con el deseo de su gobierno de no avivar las tensiones en la península coreana, dijo que aunque la decisión era una "seria preocupación" no era inesperada. "Aunque no inesperada, dada la reciente conducta de Corea del Norte, el anuncio de ayer representa una seria preocupación para los vecinos de Corea del Norte y para toda la comunidad internacional", dijo.
El Departamento de Estado,- que ayer informó sobre los preparativos bélicos contra Irak mientras la Unión Europea hacía presión para evitar el conflicto armado- condenó a través de su portavoz Richard Boucher, la decisión norcoreana. "EE.UU condena esta acción de Corea del Norte (...) Representa una nueva escalada del desafío de Corea del Norte al consenso internacional en respaldo a una Península Coreana libre de armas nucleares".
Por su parte, la OIEA buscó tranquilizar a gobiernos preocupados por la crisis, diciendo que no veía la decisión norcoreana como una escalada en la crisis y que aún había espacio para la diplomacia.
El jefe de la OIEA, Mohamed ElBaradei, quien se encuentra en Washington para reunirse con funcionarios estadounidenses de alto rango, llamó a Corea del Norte a reconsiderar su decisión de retirarse del tratado. "Esa es la única forma de atender las preocupaciones de seguridad y otras de Corea del Norte. Un desafío a la integridad de ese tratado puede constituir un desafío a la paz y la seguridad internacional".

Temores en el mundo

Corea del Sur, que técnicamente sigue en guerra con el Norte, dijo que la decisión norcoreana es "una grave amenaza para la paz" e instó a Pyongyang a revocarla. "El gobierno advierte enérgicamente del peligro de esta medida y exhorta a Corea del Norte a revocar inmediatamente su declaración de retirada del TNP y resolver este asunto a través del diálogo", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, de visita en Rusia, demandó que Corea del Norte revoque su decisión. Moscú, uno de los pocos amigos que le quedan a Corea del Norte, también expresó alarma, así como todos los países europeos, que pidieron la intervención del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (Reuters, Télam)

Qué dice el tratado

El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), al cual renunció ayer Corea del Norte, prohíbe a las potencias atómicas transferir tecnología nuclear a terceros países que no la posean y establece medidas para el desarme gradual.
El acuerdo, cuyo objetivo es evitar una guerra nuclear e instaurar una cooperación internacional en materia de utilización civil de la energía atómica, fue firmado en 1968 por Estados Unidos, la entonces Unión Soviética y el Reino Unido.
Francia y China, las otras dos potencias atómicas y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, se sumaron al TNP en 1992, mientras que Corea del Norte, cuya retirada es la primera en la historia del TNP, se incorporó en 1985.
El tratado fue ratificado a fines del 2002 por 188 países, incluidas las cinco grandes potencias nucleares y miembros permanentes del órgano ejecutivo de Naciones Unidas. Dos años antes, en mayo de 2000, los cinco países consensuaron la destrucción de sus arsenales nucleares, pero sin fijar un calendario.
India y Pakistán, potencias nucleares recientes que llevaron a cabo seis ensayos atómicos cada una, no lo suscribieron.
Israel, que según los expertos dispone de 100 a 1000 cabezas atómicas, nunca reconoció públicamente que posea un arsenal nuclear militar y se negó a firmarlo.
En los términos del tratado, las potencias nucleares se comprometen a no transferir armas nucleares a nadie ni ayudar a un país que no las tenga a adquirirlas.

   
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