Miércoles 8 de enero de 2003 | ||
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Brasil aclaró que no fabricará bombas atómicas |
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Lo desmintió su canciller. Lula pidió ayuda al FMI. |
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BRASIL.- El gobierno brasileño, por medio de su canciller, Celso Amorim, aclaró que "no tiene interés en la fabricación de armas y bombas nucleares", luego de las polémicas declaraciones del nuevo ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Amaral, quien defendió el derecho a la investigación en el área nuclear. "Brasil continuará luchando por el desarme nuclear. Brasil no tiene interés en utilizar la tecnología nuclear en la fabricación de armas y bombas nucleares", dijo el canciller Celso Amorim, quien intentó así minimizar las repercusiones de las declaraciones de su colega de gabinete. El canciller se reunió con Amaral y, al salir del hospital militar donde está internado, afectado por una neumonía, explicó que el ministro había defendido las investigaciones nucleares con fines pacíficos, de la misma forma que defiende el desarrollo de la tecnología espacial por parte del Brasil. Amaral aclaró que no defiende la fabricación de la bomba atómica y sostuvo que "estamos en contra de la opción nuclear. Brasil está en contra de la bomba atómica. Somos un país que defiende la paz", señaló. De todos modos, Amaral sostuvo que no habrá ningún tipo de límites para la investigación científica durante el gobierno del presidente Lula da Silva ya que, dijo, "queremos que Brasil domine todos los campos posibles de la ciencia" y destacó que se priorizará desarrollar la tecnología aplicada a alimentos y a la generación de energía". Por su parte, el presidente Duhalde, prefirió no opinar en torno a la polémica. Lula pide al FMI La polémica no fue excusa para que la dinámica política y económica siguiera su curso. El presidente brasileño, por su parte, anunció ayer que tuvo que postergar unos días el lanzamiento de su programa Hambre Cero, la gran prioridad de su gobierno, que comenzará a aplicarse a principios febrero, y pedirá al FMI que los 800 millones de dólares que demandará se excluyan del límite de gastos exigido por el organismo multilateral. Lula quiere también apoyo del Banco Mundial y del BID para proponerle al FMI que los recursos utilizados para el programa Hambre Cero, unos 800 millones de dólares, no sean tenidos en cuenta para fijar el superávit primario. Brasil acordó con el FMI, un superávit primario equivalente al 3,75 % del PBI, lo que pone un límite muy severo al nivel de gastos del Estado. (Reuters, Télam) Asumió jefe del Banco Central El flamante presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, aseguró ayer al asumir su cargo que utilizará las tasas de interés para mantener las metas de inflación y defendió la autonomía de la autoridad monetaria, pero sólo para actuar en función de las necesidades de política económica del país. |
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