Domingo 5 de enero de 2003
 

Día clave para un gobernador

 

Por Gerardo Bilardo
gbilardo@rionegro.com.ar

  Buena parte del futuro político de Jorge Sobisch se juega hoy en una desapasionada interna donde hasta los opositores han calibrado sus críticas para no provocar el disgusto del hasta ahora jefe ¿indiscutido? del Movimiento Popular Neuquino.
Pero si Federico Brollo, el precandidato a intendente que cuenta con pleno respaldo del sobischismo a través de un robusto aparato estatal y partidario, no logra imponerse en la interna, el gobernador de esta provincia se verá forzado a repensar su estrategia para seguir controlando la cuota de poder que logró amasar en los últimos años.
Por el contrario, si el hombre de confianza de Sobisch se alza con un triunfo, aunque sea por una ajustada diferencia, el gobernador habrá recibido el tubo de oxígeno que andaba necesitando desde que explotó el caso de Centenario y se divulgó la trama secreta de su empecinado proyecto para designar jueces amigos en el Tribunal Superior de Justicia.
La encuesta difundida por este diario el jueves último encendió una luz roja en el gobierno neuquino. Aunque Sobisch sigue liderando en soledad la intención de voto de una elección general que ahora tiene fecha más incierta que nunca, la muestra refleja que el dirigente neuquino, que hasta hace pocos meses imaginaba su proyección nacional para el 2007, sufrió una abrupta caída de 20 puntos en cuatro meses.
Semejante tobogán refiere el natural desgaste en el ejercicio del poder, pero se agigantó por el daño que provocan prácticas de gobierno que la mayoría de la sociedad rechaza, como el manejo de la política de acción social a discreción con un fin más partidario que de auténtica asistencia a los más necesitados, y la búsqueda del poder absoluto por mecanismos no convencionales.
El gobernador Sobisch debería repasar por estos días lo que sucedió recientemente con el líder republicano del Senado de Estados Unidos, Trent Lott. El legislador, oriundo del Estado de Mississippi, reflotó un pensamiento racista y ocasionó un fenomenal revuelo en la política estadounidense, un debate que llevó a Lott a anunciar que dejará la jefatura de su bloque, aunque no la banca que ocupa.
A principios de diciembre, Lott recordó a Strom Thurmond, decano del Senado y reconocido vocero de la segregación racial. Lo rememoró como candidato a la presidencia en 1948 y pronunció una frase que lo desacreditó ante la opinión pública. "Mi Estado votó por él. Estamos orgullosos de haberlo hecho. Si el resto del país nos hubiera seguido, no habríamos tenido los problemas que hemos tenido todos estos años", dijo Lott en una declaración que circuló por todo el país.
La desafortunada frase del senador republicano provocó una polémica que llegó hasta la Casa Blanca. Lott finalmente debió anunciar que abandonaba el lugar para no dañar a su partido, el mismo al que pertenece el presidente George W. Bush.
Muy lejos de aquella democracia consolidada y de la prosperidad del Primer Mundo, aquí, el diputado Osvaldo Ferreyra, imputado por un fiscal en el presunto delito de cohecho, recibió el respaldo corporativo de la mayoría de sus compañeros de bloque del MPN y de la totalidad de los funcionarios del gobierno.
Excepto algunas voces internas del partido provincial, como la de la senadora Luz Sapag y los diputados provinciales Jorge Tobares y Antonio Guiñazú, que entienden que la posición de Ferreyra es insostenible, el resto del sobischismo, en algunos casos por acción y en otros por omisión, le puso el hombro al vicepresidente primero de la Legislatura. En un punto intermedio se ubicó el mensaje del vicegobernador al que, como buen Sapag, hay que descifrarlo.
En el gobierno saben que, más allá del resultado de la investigación judicial, el sacudón político que provocó la cámara oculta que utilizó el diputado Jorge Taylor para filmar la secuencia de una negociación tan actual en la política argentina, ya está hecho. Y también conocen que los efectos se miden en el tiempo y en momentos muy especiales, como el de hoy.
Remontar esa adversidad es la estrategia que ensayó el gobernador con resultados aún difíciles de medir desde el mismo viernes 6 de diciembre, cuando se conoció la primera información sobre la cámara oculta que utilizó el legislador de la oposición con la intención de poner al descubierto prácticas detestables que se realizan desde la sombra del poder.
El termómetro para medir el impacto inmediato de la denuncia y las derivaciones políticas que produjo, es la elección interna que hoy tiene el partido provincial para designar a su candidato a intendente para las elecciones municipales de la ciudad de Neuquén que se realizarán el próximo 2 de marzo.
Hoy se medirá no sólo el mensaje de los afiliados, sino también el nivel de participación. Los más optimistas esperan una afluencia de 15.000 votantes, algo así como el 30% del padrón de la capital. Aun con estos números, la interna será de baja performance para un partido que suele movilizar, en Neuquén, a la mitad de sus afiliados.
     
     
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